JUICIOS
RELATIVOS.
¿QUIÉN ES
DUEÑO DE LA VERDAD?
¿A qué se
deben los conflictos en el mundo?
Muchas veces
me he hecho esta pregunta a lo largo de mi vida. ¿Por qué nos cuesta entender al otro? ¿Qué estamos
defendiendo que sea tan importante, que no podamos abrir nuestra posición? ¿Por
qué cerrarnos ante lo nuevo? ¿Por qué nos cuesta aceptarlo?
Fundamentalmente
es resultado de querer imponer el juicio de unos sobre otros. No hemos aprendido, como seres humanos, que
cada uno tiene derecho a tener su idea particular en relación a una situación,
y que la misma es completamente válida y única, sin que nadie quiera, pueda,
tenga o deba imponer ninguna condición sobre esa idea o juicio.
Todos los
juicios o creencias son relativos, y dependen del observador que los esté
emitiendo. No existe un juicio único o
verdadero. Un juicio puede ser válido o
inválido, pero no puede ser verdadero o falso. Va a depender en todo caso del
observador y de su experiencia.
Cuando emitimos
una idea o pensamiento en relación a una situación, es resultado de nuestra particular
experiencia de vida, una interpretación muy personal, y está vinculada a los
aprendizajes que hemos tenido en nuestra historia. Como esa existencia es muy particular,
nuestros juicios también son completamente particulares, razón por la cual no
necesariamente son compartidos por otros, o explican la realidad relativa que
vive otra persona. Por eso decimos que
los juicios son relativos, y dependen del observador.
Cuando imponemos
un juicio sobre otra persona, estamos invalidando la libertad de pensar y de
sentir, tal y como él lo desea. Por supuesto, estamos en una sociedad, en la
cual existen normas de convivencia que por el bienestar general debemos acatar,
a fin de poder convivir en paz y armonía.
Sin embargo, eso no justifica violentar el privilegio que cada uno tiene
a pensar como quiera, libremente.
Una cosa
son los juicios particulares, otra muy distinta, son los juicios colectivos, en
los cuales podemos llegar a acuerdos que permitan establecer normas de convivencia. Por ejemplo, podemos
estar de acuerdo con las leyes que imperan en una nación porque es una forma de
convivir civilizadamente. Al igual que, podemos estar de acuerdo con las normas
que nos impone un trabajo, porque tácitamente aceptamos esas condiciones cuando
tomamos ese trabajo. Esa aprobación que hacemos, es a cambio de otros
beneficios como son, la convivencia o la remuneración por un trabajo
realizado. De allí que aceptamos
negociar nuestra forma de pensar en esos aspectos.
Podemos estar
de acuerdo o no en lo que hacemos, pero nadie puede eliminar nuestro derecho a
disentir y a manifestar el desacuerdo, y en caso de no estarlo de tomar la decisión
de salir de esa situación.
Por ejemplo,
tomamos la decisión de formar una pareja con otra persona, estableciendo una
serie de condiciones de mutuo acuerdo. Si alguna de esas condiciones se
incumple, tenemos todo el derecho de suspender dicho acuerdo sin generar mayores
inconvenientes. O si, la relación no
cumple con las expectativas de uno o de los dos integrantes de la pareja. Simplemente,
nuestra libertad está por delante de acuerdos que se hayan establecido.
De hecho,
la libertad es, sin duda, otro juicio particular. El concepto de la libertad es
diferente para cada persona. Para uno, tiene que ver posiblemente con su opinión,
mientras que para otros con la libertad de hacer o tener lo que deseen. También
puede ser la “libertad” de incumplir los acuerdos, a pesar de haberlos
realizado. Y aquí podemos definir otro
juicio, como por ejemplo el compromiso. ¿Qué significa para ti esa palabra? ¿Cómo
condiciona tu libertad el compromiso?
Cuando por
ejemplo, se imponen situaciones, se violenta el derecho que cada uno de los observadores
tiene, de tener su propia opinión, y generar su propio juicio. Por eso, la imposición, de donde sea que
venga, sea esta política, social, económica, religiosa, cultural, etc. es
completamente inconveniente.
¿Puede tener
razón la mayoría, como pudiera plantearse en un supuesto esquema “democrático”?
No necesariamente. Pero en este caso se establece un acuerdo, en donde hay un número
de personas que manifiestan estar de acuerdo en una opinión, aun cuando no comprendan
el significado de la misma. Es este caso, también podemos considerar la manipulación
de las opiniones. En esto último, los
medios de comunicación se han convertido en artífices de la manipulación mediática,
con miras a obtener ingentes beneficios como resultado de su actividad.
Por ejemplo,
hay religiones o ideologías que quieren imponer una mirada particular del
mundo, y pretenden establecer la supremacía de unos por encima de otros,
violentando los derechos de los demás, justificándose en escrituras o teorías obsoletas, y que por
supuesto, no reflejan o explican lo que sucede hoy día. Que decir, por ejemplo,
de regímenes políticos, autoritarios, que quieren imponer a la fuerza, su forma
de ver el mundo, sin importarle las consecuencias o el sufrimiento de las
personas que transitan ese régimen. En el
siglo pasado, el nazismo hitleriano, condenó a la muerte a miles de personas
simplemente por llamarse “judíos”, y justificar a la raza “aria”. El régimen de
Pol Pot en Camboya, en los años 70 del siglo pasado, asesinaba a otros,
simplemente por usar “lentes”. Tenemos el fracaso de Cuba, un régimen político obsoleto,
basado en la manipulación, que ha condenado a la miseria a todo un país. ¿Bajo
cuales criterios estos dirigentes toman dichas decisiones? ¿Cuál es la razón por la cual otras personas obedecen
sus órdenes? ¿Son juicios particulares los que deben definir la realidad del
otro, que por cierto, ni siquiera entiende? Los holocaustos han sido resultado
de imponer juicios sin sentido, sobre la población, inhabilitándola y condenándola
al sufrimiento, atendiendo ideologías desquiciadas, basadas en utopías, y en la
conveniencia de la dirigencia, bajo la complaciente mirada de quienes viven a
la sombra de la misma.
Todos los
juicios, todos, son relativos. No existen juicios que describan la verdad. Cada juicio es una aproximación a la verdad,
pero solo eso. Entender lo que eso
significa, y compartir la mirada es lo que nos permite avanzar y crecer como
seres humanos.
Existen mecanismos
para desarrollar nuestras inquietudes. Cada uno de ellos permite que podamos
compartir juicios y establecer mecanismos de conexión con el otro. Lo podemos
hacer a través de las herramientas de la Ontología del Lenguaje como por
ejemplo:
1. La Escucha
Consciente.
2. Las Declaraciones
Lingüísticas.
3. Promesas.
4. Peticiones.
5. Ofertas.
6. Conversaciones.
7. Proposiciones.
8. Indagaciones.
Adicionalmente,
debemos tomar en cuenta las dimensiones del observador como son:
1. Dimensión
corporal.
2. Dimensión
energética.
3. Dimensión
emocional.
4. Dimensión
lingüística o mental.
5. Dimensión
espiritual.
Los juicios
o creencias conforman un modelo de realidad muy particular para cada observador,
que como vimos puede ser válido o inválido.
Quizás el único modelo de realidad en el que la mayoría podemos estar de
acuerdo, es el que establece la ciencia, ya que es un modelo cuyas
suposiciones, hipótesis o teorías pueden ser probadas.
Muy posiblemente,
y dependiendo del avance de la ciencia en un momento dado, esas hipótesis, teorías
y leyes tengan un alcance limitado, y las mismas puedan ser cuestionadas en el
futuro. Sin embargo, para nadie es un secreto que luego de ser probadas, se amplía
nuestra mirada del mundo en ese momento.
Todos entendemos el cambio que ha habido desde la concepción de la teoría
de la mecánica clásica enunciada por Isaac Newton en los años 1700, y la
diferencia de comprensión de la realidad luego de entenderse los conceptos de
la teoría de la relatividad y de la mecánica cuántica, a principios de
1900. Hasta ahora sabemos que esa teoría
es la mejor explicación de la realidad física que tenemos. Pero no podemos
descartar que una mejor explicación aparezca en algún futuro próximo. Y cuando eso sea así, no habrá problema en
entender el significado de dicho cambio, y ampliar nuestra concepción de dicha
realidad fisica.
Para finalizar,
es probable que muchas situaciones en nuestra vida, que nos cuesta entender,
sean resultado de juicios o creencias limitantes que hemos aprendido y que no
hemos logrado cambiar. ¿Cómo podemos cambiarlos? ¿Cómo podemos aprender nuevas
habilidades? ¿Cómo podemos convertirnos en aquello que queremos?
En mi
experiencia, cuando tenemos una conversación con alguien, que maneja los
conceptos que he descrito aquí, tenemos la posibilidad de ampliar nuestra
mirada y de descubrir nuevas soluciones que posiblemente no habíamos siquiera
pensado. Te invito a descubrir un mundo nuevo detrás de esos juicios que
limitan tus decisiones. Te sorprenderás con el mundo de oportunidades que se
abre ante tus ojos, y lo más importante, como tu zona de confort se abre para
incluir todas aquellas cosas que antes creías que eran imposibles.
Te invito
a atreverte. Ponte en acción. La única manera
de salir de donde estas es moviéndote, ampliando tu mirada y buscando de
alcanzar tus sueños. Contáctame, con gusto conversaremos de todas tus posibilidades de crecimiento.
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de lo que comenté te hizo sentido, y crees que puedo ayudarte, contáctame por cyber.media.integral@gmail.com.
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