Alcanzando
conversaciones exitosas.
Los seres
humanos somos seres lingüísticos. La evolución del hombre es resultado directo
del desarrollo del lenguaje en toda su expresión. Desde el lenguaje verbal que
constituyó un elemento fundamental para la comunicación y la enseñanza, pasando
por el lenguaje escrito, que democratizó el aprendizaje; llegando actualmente al
crecimiento de las redes sociales, donde estamos frente al fenómeno del
multimedia. Estamos a la espera de las
sorpresas que nos traerán los futuros avances tecnológicos, de la mano de la
Inteligencia Artificial.
Cuando
hablamos de comunicación debemos entender que los modelos han ido
evolucionando, desde el simple arquetipo de Emisor-Receptor, hasta modelos cada
vez más complejos, que pretenden incluir muchas más funciones dentro del ámbito
comunicacional.
Hoy día
podemos decir que la comunicación efectiva se basa en dos grandes pilares:
1. La
Escucha Consciente y Activa.
2. La
Conversación efectiva.
Vamos a revisar
estas ideas paso a paso.
Lo
primero que tenemos que decir es que, el Lenguaje es un elemento sumamente
importante, ya que:
Es una de
las herramientas más poderosas del hombre, debido a la multiplicidad de usos.
El Lenguaje:
Ø
Establece la
comunicación.
Ø
Genera la expresión.
Ø
Dispara la acción.
Ø
Crea realidades.
El lenguaje puede usarse de forma informativa,
expresiva, directiva, etc., y asumirá distintos comportamientos, en función de
para qué sea empleado.
Una característica fundamental del lenguaje es que
establece la comunicación, y permite establecer acuerdos. Obviamente, para poder comunicarnos, tenemos
que desarrollar una simbología, lo cual hacemos a través de las lenguas o
idiomas que manejamos. Se definen una serie de significados y acuerdos, que
permiten conectarnos.
Genera expresiones, somos capaces de mostrar nuestros
sentimientos, emociones y habilidades a través del lenguaje. De hecho, cuando hablamos, nos comunicamos,
no solo de forma verbal, sino también de forma física, ya que no es solo lo que
decimos, sino cómo lo decimos.
Dispara la acción, cuando a través de nuestras
declaraciones, movilizamos todo lo que hace falta para que eso que pensamos se
convierta en una realidad.
El poder del pensamiento es tal, que mueve montañas, literalmente.
Lo que sucede es que a veces no entendemos el poder que tenemos en las manos. Realmente es tan poderosa y sutil la manera de
hacerlo, partiendo de frágiles vibraciones que se transforman en pensamientos, que
a su vez convertimos en palabras, en lenguaje, y a partir de entonces comienzan
a traducirse en acciones.
Los pensamientos son vibraciones muy sutiles, que transitan
nuestra mente de forma continua. Cuando escogemos alguno de ellos y le damos
energía, lo vamos fortaleciendo y convirtiendo en elementos que tienen cada vez
más fuerza. Es así como esas leves vibraciones,
se convierten en densos elementos, como resultado de enfocar nuestra atención y
energía.
La Ontología del Lenguaje, o el estudio del Ser a través
del lenguaje, permite descubrir ese observador particular que somos a través de
lo que manifestamos empleando el lenguaje.
Desde el
punto de vista individual, cumplimos con los siguientes postulados de la
Ontología del Lenguaje:
·
Los seres humanos son
seres lingüísticos. El lenguaje le da sentido a nuestra existencia.
·
Somos Seres
Interpretativos. Cada uno de nosotros ve la realidad de manera diferente.
·
El Lenguaje es
Generador de Acciones. El lenguaje no solo describe la realidad, sino que crea
realidades.
·
Los seres humanos se
crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. El ser humano no es una
forma de ser determinada ni permanente. Es un espacio de posibilidad hacia su
propia creación.
Cada uno
de nosotros, nos comportamos como distintos observadores de la misma
realidad. Somos seres interpretativos,
porque dicha realidad la vemos de acuerdo con nuestras experiencias. Al ser
observadores distintos, la única manera de ponernos de acuerdo es a través de
desarrollar habilidades de comunicación que dependen claramente de nuestra
forma de ver e interpretar el mundo.
La Escucha consciente y activa.
Un
elemento fundamental de la comunicación, tiene que ver con el manejo de la
Escucha. Los seres humanos tenemos la posibilidad de oír sonidos. Tenemos un
aparato receptor de vibraciones sonoras, y somos capaces de escuchar los ruidos
producidos por otras personas, que hemos aprendido a descodificar, y a
establecer comunicación a través de ellos. Sin embargo, oír no significa escuchar.
Oír es simplemente el acto de usar el oído para percibir los sonidos del medio
ambiente. En esos sonidos puede haber muchas cosas que simplemente descartamos
como ruidos, o sonidos no importantes y a los cuales no les prestamos mucha
atención. Pero, ¿Qué sucede cuando uno de esos sonidos es emitido por una
persona que necesita ser escuchada? ¿Validada? ¿Qué pasa en esos casos?
Pues, si
no somos capaces de escuchar apropiadamente, el canal de comunicación se va a
ver afectado. Nos comunicamos a través
de nuestros sentidos, y cuando lo hacemos usando la habilidad de la escucha, lo
hacemos empleando todos ellos. Así, cuando somos capaces de escuchar, no
solamente oímos, sino que percibimos e interpretamos lo que sucede fuera de
nosotros.
El
lenguaje podemos dividirlo en verbal y no-verbal. Una parte del lenguaje es verbal, pero la
mayoría es no-verbal, es decir tiene que ver con movimientos, emociones que
podemos adivinar en el otro, la forma como se expresa, etc. Todo eso viene a
nuestro banco de memoria y nos va dando indicación de qué es lo que la persona
quiere decir, aunque no lo esté diciendo de forma explícita. Es allí cuando
realmente estamos activando nuestra capacidad de escucha.
Cuando
escuchamos somos capaces de:
• Mantenernos en el contexto de la conversación.
• Observar la Historia Personal.
• Estado emocional presente en la conversación.
• Manifestar Inquietud.
• Confianza.
• Escuchar la Corporalidad.
En otras palabras,
nuestra escucha no es ajena a lo que sucede a nuestro alrededor, ya que no
solamente somos capaces de oír, sino de interpretar las señales que nos
transmite el interlocutor.
Algunas características que tiene la escucha son las
siguientes:
1.
Escuchamos
desde nuestra historia social y personal. En otras palabras, escuchamos desde
el observador que somos. y todo lo que somos nos identifica, comenzando por
nuestra historia.
2.
El
hablar no garantiza el escuchar. Como observadores tenemos que ser capaces de
respetar al otro a través de la función de la escucha consciente. La comunicación es un camino bidireccional,
es decir se necesita tanto hablar como escuchar para poder tener una comunicación
efectiva.
3.
La
escucha es un factor fundamental del lenguaje. Sin duda alguna. Sin escucha activa
no puede haber comunicación, con lo cual dejaría de tener efecto el lenguaje.
4.
Uno
dice lo que dice y los demás escuchan lo que escuchan. Por eso es importante
que seamos capaces de validar la escucha, tanto en nosotros como en el otro.
5.
Nadie
escucha igual. Todos escuchan distinto. Siendo cada uno un observador distinto,
las características de la escucha son completamente diferentes.
6.
El
hablar efectivo solo se logra cuando es seguido de un escuchar efectivo. A esto
lo llamamos, comunicación efectiva.
7.
El
escuchar es un acto de servicio y respeto al otro. Ya que en ese acto,
reconocemos al otro como un ser completamente valido.
8.
Existe
una brecha entre el hablar y el escuchar de la que debemos hacernos cargo. Empleando
las herramientas apropiadas, seremos capaces de reducir esa brecha.
9.
El
escuchar efectivo busca reducir esa brecha. A través del parafraseo, la indagación
y la verificación.
Por supuesto, es importante seguir los siguientes consejos para desarrollar
la escucha consciente y activa:
1. Evita juzgar. Cada uno
tiene una mirada completamente válida. Y
desde ese marco de referencia es que debemos comunicarnos con el otro.
2. Evita dar consejos. A
veces dar consejos es contraproducente, sobre todo si no te están pidiendo tu
opinión. Es mejor abrir las
posibilidades para que el otro sea capaz de descubrir aquello que le inquieta o
perturba.
3. Evita la atención
dividida. Cuando estas en una conversación, y tienes a tu interlocutor
enfrente, enfoca tu atención en forma adecuada.
4. Pregunta, Indaga,
verifica. Eso es parte de la escucha
consciente.
5. Evita descalificar.
Para tener una conversación adecuada, es importante respetar al otro como un
observador independiente.
6. Cuida el
lenguaje no verbal. Recuerda que no es lo que dices, sino cómo lo dices. E
inclusive, no solo es lo que escuchas, sino también, cómo escuchas.
Si somos
capaces de prestar atención a estas simples reglas de escucha, tendremos una
conversación mucho más nutritiva con el otro, y además seremos capaces de
validar lo que quiere decir y expresar.
PREGUNTAS:
Luego de
revisar estas notas:
1.
¿Cómo sientes que son tus
conversaciones?
2. ¿Has desarrollado la escucha consciente?
3.
¿Cómo eliminas la brecha
de la escucha?
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