ENFRENTANDO TUS MIEDOS.
¿Qué hay más allá del miedo?
Más allá del miedo esta la libertad.
La libertad de ser quien realmente
eres. La libertad de Ser.
Eres tal como Dios te creó. Eres
luz, amor, consciencia, energía, infinito, atemporal, todopoderoso, creativo,
omnipotente, omnisciente, sabio, abundante, próspero, etc. Siempre puedes
convertirte en la mejor versión de ti mismo.
El miedo es una fuerte emoción. Está
allí para protegerte, cuidarte, salvar tu vida. Ante el miedo reaccionamos de
distintas formas, paralizándonos, huyendo o enfrentando aquello que nos
aterra. Y sí, ciertamente estamos hoy
aquí gracias al miedo que nos protegió de los depredadores, y nos hizo
cuidarnos y apoyarnos mutuamente hasta convertir al hombre en lo que es hoy día.
Huimos de aquello que amenaza
nuestras vidas, un depredador o algún fenómeno natural que ponga en riesgo
nuestra existencia. Existen amenazas
externas e internas. Las externas son aquellas que pueden hacernos daño físicamente;
sin embargo, las internas son aquellas que anidan en nuestra mente, que solo
existen y permanecen allí.
Las amenazas externas desaparecen
cuando la amenaza termina. Cuando eso sucede,
nos quedamos tranquilos. Sin embargo, las amenazas internas son otra historia, están
allí mientras las recordemos, mientras estén en nuestra memoria, y sintamos que
nos pueden afectar de alguna manera.
Son las amenazas internas, las que
crean mecanismos de respuesta ante distintas situaciones, que son una réplica
de aquello que desconocemos. Cuando nos
enfrentamos a una situación como esta, es posible que reaccionemos debido a
nuestros recuerdos, ya su vez, se generen respuestas inapropiadas a situaciones
que no lo ameritan. De allí que sea importante
descubrirlas, y subirlas a la consciencia, para poderlas trabajar.
Por ejemplo, si en alguna
oportunidad te sentiste abandonado, es posible que ante algún evento que te recuerde
ese momento, tu reacción sea idéntica, a pesar de que la situación sea
distinta. Es tu mente quien trae la emoción, el recuerdo; por lo tanto, sientes
que debes reaccionar de la misma manera a fin de protegerte. Es una respuesta
aprendida, que se dispara de forma inconsciente, con la finalidad de sentirnos
protegidos.
Pero, es posible que no sea así. No hay
razón para sentirse abandonado, solo es tu recuerdo, tu imaginación,
pensamiento, juicios, etc., lo que hace generar esa respuesta. Y la misma,
limita las posibles actitudes ante lo que está sucediendo. Entonces, ¿Qué puedes
hacer si deseas responder de manera diferente?
El miedo es una emoción mutante. ¿Qué
significa esto? Pues que es capaz de cambiar ante las circunstancias. Puede convertirse en rabia o frustración, defendiéndote
ante lo que crees que te amenaza. Puede ser
una tristeza que te paralice y te haga recogerte. O bien puede ser simplemente un
temor que te imposibilite responder.
Cada uno de nosotros, a lo largo de
su experiencia de vida, ha coleccionado sus propios miedos. Te has preguntado
honestamente: ¿Cuáles son tus miedos? ¿Los conoces? ¿De dónde vienen? ¿Has sido
capaz de enfrentarlos? ¿Qué te impide hacerlo?
Declárale la guerra al miedo. ¿Cómo?
Míralo profundamente a los ojos, a esa inmensa oscuridad que te amenaza. Enfréntalo
preguntándole: ¿Qué quieres de mí? Y te darás cuenta que aquello que te asusta,
no es más que el maravilloso poder de enfrentar cualquier situación, y que el
miedo solo está en tu mente. Nada más tienes que tener el coraje de verlo tal
como es. Será igual que la vieja
historia del Minotauro, te darás cuenta que el miedo está tan asustado de ti,
como tú lo estás de él.
El miedo te conecta con tu
vulnerabilidad, pero eso no es más que buscar dentro de ti aquello que te
permita responder y seguir avanzando. En
algunos casos, creemos que la vulnerabilidad nos conecta con la debilidad; pero
eso no es así. Cuando abrazamos la vulnerabilidad, también somos capaces de
buscar nuevas respuestas a lo que sucede, y muchas veces descubrimos que podemos
actuar con valentía y coraje, para enfrentar las situaciones que nos afectan.
Para encarar al miedo no hace falta
la violencia. Solo es necesario mantenerte perseverante frente a los
acontecimientos. Ser capaz de discernir
lo que sucede, entendiendo los hechos, con una mente abierta y desestructurada que abra posibilidades, en
lugar de cerrarlas ante el miedo. A veces creemos que tenemos que hacer algo, y
dejamos de confiar en la inteligencia divina que realmente controla todo lo que
sucede. Somos incapaces de entender las infinitas conexiones de este Universo,
y creemos que lo que valoramos es lo que tiene importancia. El Universo tiene
un camino, un plan, que en lo absoluto tiene que ver con nuestra particular y egoísta
forma de ver el mundo.
La emoción opuesta al miedo no es el
coraje o la valentía, es simplemente el Amor. Lo único que une éste Universo e
impide que el mismo estalle en mil pedazos, es el Amor. Cuando tengas que
decidir entre el miedo y el Amor, decide por el Amor. Es el Amor lo que te dará
el valor de enfrentar al miedo a la cara y de darte cuenta que no existe eso
que tanto temes. Sólo es una interpretación
errada de la realidad.
El Amor no es ese concepto manido
que muchas veces tenemos de él, consecuencia de lo que nos ha enseñado tanto la
religión, como la sociedad y los medios.
El Amor es mucho más que eso. Es lo que nos mueve e inspira, todos los días.
Es lo que nos da el optimismo de despertar y atrevernos de nuevo. Es lo que nos
hace confiar en el otro, y avanzar. Es lo que nos levanta de una caída y nos
hace seguir adelante. Es lo que nos hace insistir y seguir viviendo. Es la
sonrisa de un niño, el abrazo de un amigo, un amanecer increíble. Es la
compasión con la que tratamos a nuestros semejantes. Es la empatía con la que
contenemos al otro. Es todo lo que existe, y a la vez es la existencia misma.
Es el amor lo que nos conecta con el
otro y nos permite ayudarlo y ayudarnos. Es lo que nos hace felices cuando
somos capaces de tenerlo y ofrecerlo, sin nada a cambio. Es lo que une a dos
personas en desarrollar nuevas tareas o alcanzar nuevas metas. Como dijo un escalador famoso, puedo llegar
sólo a la cima de la montaña, pero no hay nada más importante que compartir ese
momento con otro Ser humano.
Los seres humanos somos seres
gregarios, acostumbrados a vivir en grupos y además de eso somos seres
amorosos. Necesitamos del amor para
vivir, es lo que nos hace seguir adelante, venciendo la oscuridad del miedo.
Y a ti, ¿Qué te hace falta para
derrotar tus propios miedos?
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