El Cojo y el Ciego
En
un bosque cerca de la ciudad vivían dos vagabundos. Uno era ciego y otro cojo; durante
el día entero en la ciudad competían el uno con el otro.
Pero
una noche sus chozas se incendiaron porque todo el bosque ardió. El ciego podía
escapar, pero no podía ver hacia donde correr, no podía ver hacia donde todavía
no se había extendido el fuego. El cojo podía ver que aún existía la
posibilidad de escapar, pero no podía salir corriendo – el fuego era demasiado
rápido, salvaje- , así pues, lo único que podía ver con seguridad era que se
acercaba el momento de la muerte.
Los
dos se dieron cuenta que se necesitaban el uno al otro. El cojo tuvo una
repentina claridad: «el otro hombre, el ciego, puede correr, y yo puedo ver».
Olvidaron toda su competitividad.
En
estos momentos críticos en los cuales ambos se enfrentaron a la muerte,
necesariamente se olvidaron de su tonta enemistad, crearon una gran sinergia;
se pusieron de acuerdo en que el hombre ciego cargaría al cojo sobre sus
hombros y así funcionarían como un solo hombre, el cojo puede ver, y el ciego
puede correr. Así salvaron sus vidas. Y por salvarse naturalmente la vida, se
hicieron amigos; dejaron su antagonismo.
COMENTARIO:
En
coaching se dice que tenemos un quiebre, cuando se rompe la transparencia. Y para
estos dos personajes, la transparencia se rompió cuando el fuego amenazaba sus
vidas.
Justo
en ese momento, cuando ambos están tratando de pensar qué pueden hacer para
salvarse, se les ocurre salir de la zona de confort en donde permanecían en
competencia constante, y optan por colaborar.
El cojo brinda su capacidad de ver, para salvarse, y el ciego sus piernas
para salir de allí a toda velocidad.
Fíjense,
que en esos momentos, cada uno puede ofrecer algo que el otro necesita, y
juntos se complementan, salvándose mutuamente.
Luego
de esto, entienden que gracias al otro, pudieron salir del evento con vida, y
deciden colaborar. Esto abre un enorme
abanico de posibilidades, colocándolos a ambos en posición de llegar más lejos,
si se unen que si se separan.
Quizás,
como moraleja de esta historia, deberíamos entender que eso que cada uno tiene,
es un talento particular. Ese talento te permite sobresalir. Pero si unes tus
talentos a otros, es posible llegar más lejos y beneficiarse mutuamente
alcanzando objetivos grupales más rápido.
Anteriormente,
se estimulaba la competencia para alcanzar metas. Había feudos laborales. Hoy el
trabajo en equipo es más importante. La colaboración mutua es un signo de los tiempos
actuales, e implica la conjunción de distintos talentos y habilidades, a fin de
alcanzar nuevas metas. Por ejemplo, los
equipos agiles se constituyen agregando distintas especialidades, para realizar
tareas que generen prontas respuestas. El
líder de equipos no se ocupa de gobernar, sino de sacar los mejor de la suma de
las competencias del equipo.
En
estos equipos, hablamos de sinergia de talentos, más que de la suma de los
esfuerzos. Es por eso que esos grupos están
alcanzando nuevos límites cada día, encontrándonos continuamente, frente a una disrupción
creativa, generando nuevas oportunidades y negocios.
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