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jueves, 12 de enero de 2023

COACHING - LA ESCUCHA Y EL TIPO DE VENTA

 



LA ESCUCHA Y EL TIPO DE VENTA.

 

No es lo mismo vender al detal, que vender al mayor. Tampoco es lo mismo vender un producto que vender un servicio.  Y por supuesto, no es lo mismo vender a industrias que vender a las personas.

 

En cada caso, las ventas se enfocan de manera diferente a pesar de que tengan más o menos el mismo formato.  En otras palabras, las ventas se comportan de acuerdo con un ciclo que es el siguiente:

1.    Prospección de las Ventas. Búsqueda de Clientes.

2.    Planificación de la Venta.

3.    Acercamiento.

4.    Presentación.

5.    Manejo de Objeciones.

6.    Cierre.

7.    Seguimiento.

8.    Recompra. Evaluación del cliente.

 


Cada una de estas etapas tiene su propio ritmo, y se determina en función del tipo de negocios que vamos a trabajar. Por ejemplo, en caso de las ventas industriales, nos acercamos a un comprador preparado con información acerca de lo que necesita y quiere.  El objeto en este caso es ofrecer el producto de acuerdo a las necesidades, y mostrar las ventajas y desventajas del mismo. Por supuesto, es importante el conocimiento del producto y sus características, sobre todo de acuerdo a las necesidades del cliente.

 

En el caso de las ventas industriales también es importante definir los servicio post venta, ya que en la mayoría de los casos, son propuestas que tienen que ver con activos fijos que requerirán del soporte post-venta.  Este es un tema sumamente importante, ya que es allí donde se podrá concretar o no nuevas ventas futuras.  Nuestra capacidad de atención post-venta y las respuestas apropiadas al cliente, allanaran el camino para ventas posteriores.

 

Asimismo, la tecnología es detalle que genera beneficios en la relación. Si tenemos  tecnología de punta, lo más probable es que estemos frente a un grupo de nuevas posibilidades. Si estamos en la parte final del ciclo de vida del producto, lo más probable es que nuestras ventas sean resultado de la liquidación del mismo.

 


Si hablamos de las ventas al detal, por ejemplo, va a depender del tipo de negocio en el que estemos involucrados.  Como se acostumbra a decir últimamente, muchas veces hacemos negocios B2B cuando trabajamos relaciones entre dos compañías. Mientras que hacemos negocios B2C cuando atendemos los requerimientos del consumidor.  La mayoría de las veces en estas relaciones B2C está involucrado el servicio de atención al cliente. En este caso, el enfoque del ciclo de ventas es mucho más corto, ya que el cliente se acerca a nosotros cuando tienen una necesidad del producto, en cuyo caso, todo el trabajo de prospección y planificación de la venta tiene que ver más con una labor de mercadeo, y de captar la atención del cliente cuando este llega a nuestras oficinas.  Esta es la situación de la mayoría de los negocios al detal, donde existe la posibilidad incluso del autoservicio, en el cual es el mismo cliente quien escoge el producto que necesita, aunque la presencia de los asesores de venta es indispensable, ya que ayudaran a aclarar las dudas en relación a los productos de exhibición. De nuevo, el cierre de la venta es sumamente rápido, ya que tenemos un cliente con una necesidad de compra, dispuesto a tomar la decisión de forma inmediata, y tenemos disponibilidad del producto. Por lo tanto, la responsabilidad del asesor es coordinar la relación para que esta sea lo más exitosa posible.

 

También, podemos diferenciar entre la venta de un producto y un servicio.  Normalmente cuando se ofrece un producto, tenemos algo palpable y tangible que se está vendiendo al cliente. En este caso la transacción implica el intercambio de alguna mercancía.  En caso del servicio, lo que estamos vendiendo es un intangible, cuya utilidad dependerá de cómo el cliente aproveche los beneficios de dicho servicio, y por supuesto de como el vendedor haya ofrecido esa posibilidad. Por ejemplo, no es lo mismo vender un equipo celular que te puedes llevar de la tienda e inmediatamente disfrutar del mismo, que ofrecer un servicio de seguro para dicho equipo, que no será usado a menos que presente algún inconveniente. En este caso, es muy probable que el servicio para ser comercializado tenga que ser enfocado de otra manera, como aquella famosa frase de venta de seguros que nos decía: “Es mejor tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo”.  De allí la dificultad de la venta de productos que son servicios como por ejemplo publicidad, seguros, medicina pre-pagada, servicios de asesoría, etc.  Normalmente el cliente siempre va a querer tener una justificación para adquirirlo, el cual indudablemente debe ofrecerle un beneficio futuro para que tenga sentido para el consumidor. Servicios como por ejemplo internet, televisión por cable, etc., son productos que tienen un consumo inmediato, y aunque no son palpables porque no hay intercambio material, inmediatamente puedes ver en tu equipo la disponibilidad del mismo.

 

He tenido la oportunidad de trabajar cada uno de esos tipos de venta, y por supuesto, los retos en cada uno de ellos son diferentes. Por ejemplo, durante mucho tiempo tuve la un Agente Autorizado que vendía líneas y equipos celulares. Lo que el cliente buscaba era una solución inmediata para su necesidad; en este caso un teléfono con línea. Conforme fue avanzando la automatización de los procesos, pudimos entregar el producto activado de forma inmediata, lo cual resolvía la mayoría de los inconvenientes, ya que en un principio los equipos se entregaban días después de haber sido cancelados, resultado de que la activación de la línea era un poco engorrosa.  Esto entonces hizo que el cliente diera por hecho la satisfacción de la entrega del producto y comenzara a exigir otros beneficios, como servicios adicionales que podrían ofrecer el operador, mejores productos, y por supuesto precios más competitivos. Para nosotros la satisfacción del cliente tenía que ver con el tiempo de respuesta. Y así nos lo hacían saber.  Gracias a esas soluciones mantuvimos una buena competitividad en nuestro negocio a lo largo del tiempo que trabajamos como Agentes Autorizados. Por supuesto, el conocimiento detallado de las ofertas, y de los servicios ofrecidos por la operadora, era un Plus a la hora de que el cliente tomara una decisión.  Sin embargo, a pesar de ser un mercado de vendedores, donde había más oferta que demanda, el consumidor se decidía por aquella empresa que era capaz de brindarle calidad de servicio y tiempo de respuesta, lo cual significaba una atención Premium al cliente.

 


De nuevo, uno de los temas importantes tenía que ver con la capacidad de escucha al cliente, ¿Qué es lo que quiere? ¿Qué es lo que busca? ¿Cómo podemos darle el mejor servicio? ¿Qué es lo que necesita? Estas y otras preguntas eran las que nos hacíamos desde el lado de las ventas, y las que en muchas ocasiones le hacíamos a los clientes.  En cualquiera de los casos de ventas: industriales, a personas, de productos, servicios, al mayor o al detal, siempre son válidas esas preguntas y sobre todo una muy importante: ¿Qué puedo ofrecer para que sientas que lo que te vendo es lo que estás buscando?

 

Las ventas siempre responden a una necesidad, que quiere o busca el consumidor, y mi responsabilidad es que puedo ofrecer como vendedor para satisfacer esa necesidad.

 

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