ALINEANDO EQUIPOS DE TRABAJO.
En el mundo VICA (volátil, incierto, complejo y
ambiguo), tan complejo como en el que vivimos, sin ninguna duda la habilidad
para saber cooperar y trabajar en equipo es clave. No todo el mundo lo entiende
así y es evidente que hay mucha gente que confunde la superación personal con
la competitividad.
Cuatro
historias cortas:
1.- El cuento de los animales.- Un día, un grupo de
animales decidieron que era muy importante hacer algo para afrontar los
problemas del Nuevo Mundo. Así que fundaron
una escuela y entre todos decretaron que las materias que deberían
enseñar a todos los animales serían la carrera, la escalada, la natación y el
vuelo. Los animales que participaron en la escuela fueron el pato, el conejo,
la ardilla y el águila.
Aunque antes de entrar en la escuela todos los
animales tenían un
punto fuerte y un punto débil, los problemas que tuvieron
por superar las otras asignaturas les hicieron empeorar en aquello en lo que
realmente eran los mejores. Así pues, sus ansias de querer abarcar mucho les
hicieron apretar poco en el resto de asignaturas, obteniendo resultados desastrosos y
malas notas en aquellas asignaturas en las que tenían un talento innato.
Con esta historia, nos damos cuenta de la
dinámica y los roles que debemos adoptar a la hora de trabajar en equipo. Cada
persona debe ser consciente de sus talentos, sus puntos fuertes y sus puntos
débiles; debiendo aportar
en el equipo las cualidades que pueden ayudar. Con
todo, la historia nos muestra que es mejor centrarse en mejorar lo mejorable y no
empeñarnos en tratar de ser los mejores en algo en lo que no podemos triunfar. En otras palabras, debemos aprovechar nuestros
talentos particulares para el bien del equipo.
2.- El Cuento de las herramientas.- Las herramientas de una famosa carpintería de un pequeño pueblo se
reúnen en asamblea para hacer dimitir al martillo, que es el presidente de
todas ellas. Las herramientas sacan
a la luz los defectos del martillo, y se autoproclaman las
mejores, para escuchar a continuación sus puntos débiles por parte de otras
herramientas. Mientras discutían, entró el carpintero y se puso a trabajar,
utilizando todas y cada una de las herramientas en el momento oportuno.
Después de trabajar durante horas, el carpintero
consiguió terminar
el mueble que le habían encargado; obteniendo un resultado
excelente. Una vez salió el carpintero, la asamblea de herramientas se volvió a
reunir. Las alicates tomaron la palabra para resaltar que todas las herramientas tienen
cualidades que hacen posible tener un buen resultado,
siendo estas las que nos hacen capaces de obtener éxito. Después de aquellas
palabras todas las herramientas se dieron cuenta que sólo el trabajo en equipo
les hacía realmente útiles y que debían de fijarse en las virtudes de cada
una para conseguir el éxito.
Esta historia, es una metáfora que nos recuerda
el valor de trabajar en equipo. Cada individuo posee unas características y
habilidades que lo hacen único, y el mejor en determinados aspectos; pero que
lo convierten en un desastre en otros. Para trabajar en equipo, los
individuos han de ser
capaces de ver las ventajas de cada uno de los miembros
del grupo y dejar de lado los defectos; tratando de hacer encajar todos
esos talentos en un trabajo en equipo digno.
Reconocer las virtudes del otro, suma a las habilidades del equipo.
3.- Un saco de
pulgas.- La historia nos presenta al brujo Perrón y el
mago Chuchín, quienes poseían unas pulgas que eran consideradas como las
mejores del mundo por su inteligencia,
fortaleza y por ser las más saltarinas. Las pulgas de ambos
hombres eran transportadas en sus rarísimos sacos de cristal, para que todo el
mundo pudiera apreciar las magníficas pulgas que poseían. Sin embargo, en una
noche en la que el brujo y el mago dormían, se produjo un pequeño incendio. Ambos no se
dieron cuenta de lo que pasaba, pero sus pulgas pudieron ver a través de los
sacos de cristal como el incendio iba avanzando.
Las pulgas empezaron a ponerse nerviosas y cada
una saltaba muy fuerte, esperando escapar del fuego; pero lo único que
conseguían era que el saco permaneciera en el mismo sitio ya que cada una saltaba en una dirección
distinta. Pero una de las pulgas se dio cuenta de que podrían
escapar si saltaban todas a una, consiguiendo que el grupito de pulgas le
hiciera caso y posteriormente, toda la bolsa. Y, pronto, el otro saco de pulgas
las imitó. Hasta que chocaron ambos sacos y todas las pulgas lograron escapar y
fueron libres.
Esta historieta nos conduce a apreciar las
cualidades de un buen trabajo en equipo, que nos permite alcanzar objetivos que
de forma individual serían irrealizables. Las pulgas consiguen valorar
positivamente una idea que ellas no han lanzado, llegando a aplicarla y a
apreciar que tiene resultados. Una vez obtenidos los primeros resultados, el
resto de pulgas se suma a los esfuerzos del grupo. Un grupo unido es capaz
de alcanzar sus objetivos a partir del planteamiento de uno de los miembros del
equipo, que muchas veces, pueden ser los mismos que nosotros tenemos. Otro
de los mensajes que podemos tomar de esta historia es como la comunicación permite
orientar las acciones de forma efectiva. Cuando fueron capaces de escucharse,
fue cuando alcanzaron sus objetivos.
4.- Tres capitanes. Había una vez tres
hermanos que se llevaban muy bien aunque eran algo
traviesos. Un día, sus abuelos les regalaron un barco de juguete, que a los
tres les encantó. Sin embargo, cuando lo metieron en la bañera para jugar, el
barco era incapaz de flotar debido a un pequeño agujero el casco. Los
hermanos mediano y pequeño se desentendieron del barco y afirmaron no querer
jugar más con él porque no podía navegar.
Por su parte, el hermano mayor avisó a los
abuelos, quienes le respondieron que el barco no estaba roto y que para empezar
su aventura debían aprender a hacer navegar el barco. El hermano mayor trató de arreglarlo con
papel y con cartón, que no funcionaron; hasta que se le ocurrió reparar el
agujero con madera. Los hermanos más pequeños advirtieron los esfuerzos del
mayor y le
prestaron su ayuda para poder reparar el barco,
divirtiéndose mucho en el proceso. La tarde siguiente y con el barco arreglado,
llenaron de nuevo la bañera y consiguieron hacer navegar el barco.
En esta historia final, podemos apreciar
que la unión
hace la fuerza (El secreto del equipo). Mientras el hermano
mayor es el único interesado en hacer funcionar el barco, los otros dos
hermanos se desentienden del proyecto. La férrea voluntad del mayor no es
suficiente para sacar adelante el proyecto, siendo necesaria la colaboración y
la aportación de las habilidades de los otros dos hermanos para conseguir el
éxito. Con esta pequeña historia, reforzamos la idea que el trabajo en equipo
nos permite superar los obstáculos que podamos encontrarnos y a fomentar un
buen clima de trabajo en equipo.
Cada una de estas historias nos aporta un
granito de arena al tema de hoy, y las ideas más relevantes son:
1. Potencia
y aporta al equipo tus capacidades.
2. Cada
uno de los integrantes del equipo tiene algo importante y especial que ofrecer.
3. A través
de la comunicación eficiente, el trabajo en equipo nos permite alcanzar
objetivos que de forma individual serian inalcanzables.
4. En los
equipos, la unión hace la fuerza.
Cuando trabajamos en una organización,
y tenemos posiciones de responsabilidad, es posible nos hagamos las siguientes
preguntas:
ü
¿Cuál
es la mejor manera de afrontar los cambios?
ü
¿De
qué forma esos cambios están afectando nuestros resultados?
ü
¿Cómo
preparamos a nuestros líderes para los nuevos retos?
ü
¿Cómo
mejoramos la comunicación y las conversaciones en nuestra empresa?
ü
¿Cómo
podemos aprovechar nuestras fortalezas ante las situaciones que se nos
presentan?
ü
¿Cómo
el cambio afecta a la organización y a sus integrantes?
ü
¿De
qué manera podemos desarrollar el potencial de nuestra gente para alcanzar
nuestros objetivos?
ü
¿Cómo
afecta la emocionalidad nuestros resultados?
ü
¿Cómo
manejamos la emocionalidad en nuestro día a día?
Estas y otras más, son interrogantes
que nos hacemos de forma continua, y que ocupan espacio en nuestra mente,
cuando queremos analizar las aptitudes de nuestras organizaciones.
Estamos ante un entorno cambiante,
retador, resiliente, que nos obliga a
trabajar de forma innovadora, buscando la mayor creatividad posible de nuestra
gente. Nos exige ser cada día mejores y a estar enfocados en las posibilidades
que ofrece el mercado. Una pequeña diferencia en el tipo de producto o servicio
que ofrecemos puede producir altos beneficios o generar muchos inconvenientes.
Ante este entorno tan competitivo es
necesario que nuestra organización esté integrada por personas y equipos que
tengan todas o algunas de las siguientes características:
ü
Estén
Motivadas.
ü
Tengan
capacidad de liderazgo.
ü
Sean
comunicadores efectivos.
ü
Buenos
Estrategas.
ü
Abiertos
al pensamiento sistémico.
La respuesta que buscamos consiste en
crear una organización capaz de responder a los retos que presenta el entorno. Esto
se alcanza a través del desarrollo apropiado del personal que integra dicha
organización. Es necesario cambiar tanto la forma de pensar como la de actuar,
y eso lo conseguimos a través del desarrollo de nuevas habilidades y
competencias en nuestro equipo.
Tenemos una definición de Coaching que lo define como una
conversación estructurada, que busca trabajar alguna inquietud, quiebre o
preocupación de nuestro cliente. En
otras palabras, a través de la sesión tratamos de ofrecerle al asistido una
nueva mirada que le permita ver el mundo de manera diferente, y ampliar sus
posibilidades. La palabra clave es
ampliar sus posibilidades.
Cuando decimos estructurada, significa que la conversación de
coaching tiene un orden muy específico, que busca de ir profundizando en los
juicios o creencias que limitan a la persona y que le impiden desarrollar todo
su potencial. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de alcanzar cualquier
meta que se proponga. Lo único que se lo impide son sus propias
interpretaciones. Estas interpretaciones están atadas a sus juicios o
creencias, que de alguna definen una estructura, a la realidad que observa.
Generar cambios
en una persona implica realizar un trabajo, para llevarlo desde un estado A, a
un estado B. Esto requiere de ciertos esfuerzos como lo son alcanzar
aprendizajes que permitan que el asistido pueda ir superando sus propias
barreras autoimpuestas o creencias limitantes.
Trabajar con un
equipo es un poco más complejo, porque conviven en él un grupo de personas, que
pueden ir desde dos personas (una pareja), hasta equipos mucho más complejos,
en donde cada individuo que forma parte del equipo, tiene sus propios
objetivos. Cuando queremos que ese equipo sea capaz de pasar de un Estado
Presente a un Estado Proyectado, es necesario intervenir en todos y cada uno de
los integrantes, coordinar los distintos esfuerzos, buscando de alcanzar la
sinergia del grupo; es decir que 1+1 sume más de 2, o, en otras palabras que la suma de esfuerzos genere posibilidades
mayores a las que podría conseguir cada individuo por separado. Se dice
fácil, pero no es tan simple. Es necesario coordinar trabajo y romper
barreras para alcanzar la necesaria integración y canalización de los afanes
del equipo. Nuestro enfoque
seria cooperativo. En otras palabras, cooperamos para alcanzar una meta en
común.
Cada integrante
del equipo maneja sus propias creencias, sus propios juicios; lo que buscamos
es que la suma de los juicios genere un vínculo tan poderoso, que el equipo
tenga la disposición de alcanzar ese objetivo tan potente, y de lograr metas
que seguramente estando solos, les sería difícil de alcanzar.
Aquí es
importante realizar una definición acertada del objetivo del equipo. Este debe
ser tan poderoso y motivador, que sea capaz de mover las mejores voluntades
para alcanzar las metas deseadas.
Es necesario
conseguir catalizadores o motivadores, que pueden venir desde dentro del equipo
en forma de líderes, o retos especificos que obliguen a sumar habilidades y a
contribuir a alcanzar la meta.
Veamos algunos
ejemplos. Tenemos un equipo de soldados que están yendo a un campo de batalla,
y que están seguramente peleando por un ideal, pero lo más importante para
ellos es permanecer con vida, y terminar la misión. Ese sería su objetivo
fundamental. ¿Qué pasa con cada integrante del equipo? ¿Entienden que la única
manera de sobrevivir es combinar sus habilidades? Tienen que ser capaces de incorporarlas, ya que
las mismas son necesarias, tanto para ellos, como para el resto del grupo, así que
buscan la manera de hacerlo de la mejor forma posible. Cada uno sabe que la salud y el éxito del equipo,
depende de la adecuada combinación de las capacidades de cada uno de los
integrantes. El triunfo del equipo
depende de la combinación de todas esas habilidades. El que no esté integrado en ese equipo pronto
será relegado, si no es que muere en batalla, dejando una herida profunda en el
resto de los integrantes. Esto aumenta la probabilidad de fracasar, dado que no
es posible hacer un reemplazo inmediato.
La salud del equipo es lo fundamental, y es necesario adoptar un enfoque
colaborativo, dejando atrás la competencia y deseos individuales.
Otros ejemplos
son en el deporte. En basquetbol, un grupo de cinco integrantes tienen el peso y la
responsabilidad del éxito, y si están compitiendo por una medalla olímpica,
tienen a un país que los mira con ojos esperanzados que alcancen esa medalla.
¿Imaginan la responsabilidad de cada uno de ellos? ¿Cómo la manejan? Están
sometidos a una enorme presión, y a pesar de que son los mejores en su clase,
necesitan poner todo su talento al servicio del equipo. Si bien tienen que
entrenar sus habilidades particulares, estas no sirven de nada si no las
integran con las del resto del equipo y alcanzan la gloria.
Imaginen a los
equipos de beisbol, como los vemos ahora, Magallanes, Caracas, Zulia, Caribes,
La Guaira, Cardenales, Águilas, etc., cómo llevan ese peso encima y esa
responsabilidad. Y todo se maneja con tácticas, estrategias, en buscar ese
camino a la victoria, al éxito, al triunfo, que está marcado por las
posibilidades del juego y las debilidades del otro equipo. Y qué decir de los
equipos que van a comenzar el mundial de futbol, donde los jugadores de cada
equipo, lleva sobre sus espaldas la afición y el nombre de su país. Pueden finalmente ser tratados como héroes o
execrados si no hacen un buen papel.
Parafraseando lo
que hemos escrito en los últimos párrafos, podemos decir que hay casos en donde
los atletas trabajan solos, porque así es el estilo de su especialidad, por ejemplo:
corredores, maratonistas, nadadores, tenistas, etc.; pero hay otros en los que
el deporte es de equipos y deben unir esfuerzos para alcanzar el triunfo. Aquí se ve claramente la diferencia entre hacer un coaching individual,
a hacer un coaching para equipos exitosos.
En las
organizaciones, se forman grupos de trabajo. Desde los equipos directivos, de
planta, de producción, mercadeo, talento humano, ventas, compras, etc. Todos y
cada uno tienen metas que cumplir, y saben qué se espera de ellos (o al menos
eso es lo que creemos). De allí la importancia de alinear los equipos de
trabajo. Es la combinación de los talentos
individuales de cada uno lo que hace exitoso a un equipo.
Esta alineación
pasa por definir explícitamente cuál o cuáles son las metas del equipo. Definiendo
el objetivo, podemos precisar cómo cada uno de los integrantes puede contribuir
con las metas del grupo. ¿Cómo podemos integrar las habilidades de cada uno
para alcanzar los objetivos? Esa es una pregunta importante.
La herramienta
clave es la comunicación. ¿Cómo comunicamos? ¿Cómo verificamos que estamos
haciendo lo correcto? ¿Cómo entendemos y le comunicamos al otro lo que debe
hacer? ¿Quién canaliza esa comunicación? ¿Cómo lo hace? Y, sobre todo, ¿quién
cataliza la comunicación? ¿Qué tipo de organización tenemos? Una organización
matricial, una organización funcional, al viejo estilo, o una estructura
lineal. O una combinación de todas
ellas.
Cómo hacer que
el equipo trabaje de forma tan coordinada y desarrolle las sinergias, de forma
que funcione como un solo hombre con todas las potencialidades de ese equipo. Este
debe ser la unidad más poderosa conformada por ese grupo de personas que tienen
habilidades complementarias, que las emplean para obtener los resultados
esperados, que quiere la empresa, la organización. ¿Cómo se hace en este caso
para integrar esas habilidades y desarrollar esa sinergia y las posibilidades
de crecimiento? Ese muchas veces es el objetivo de nuestro trabajo de coaching.
Hay una palabra
mágica que puede ayudar a generar conexiones importantes: el líder. El líder podemos
definirlo como el facilitador de esos procesos de cambio. ¿Cuál es el papel del
líder en la organización? ¿Qué tipo de líder necesitamos? El líder puede nuclear los esfuerzos del team
alrededor del objetivo. Por supuesto, también tenemos distintos tipos de líderes.
Cada equipo
tiene uno o varios líderes que pueden asignarse, designarse o ser escogidos por
el mismo equipo. Dependiendo de la capacidad y de la experiencia, podemos crear
o desarrollar equipos para funciones particulares, o buscamos de alcanzar
nuevas metas. ¿Cuál es el compromiso del líder con el equipos?
Por supuesto,
también es importante la forma como se relaciona el equipo, la cual puede ser
bajo la guía del líder, o a través de las tareas que se definen y de los
involucrados en ellas. Puedo tener un
equipo de dirección, que a su vez establezca estilos y alcances de cada uno de
los departamentos involucrados, y de toda la organización. Por ejemplo, la
planificación, estrategias, presupuestos es un compromiso de todo un equipo
gerencial, que a su vez debe esta interconectado con los equipos responsables,
que están dispersos por toda la empresa y que tienen como finalidad alcanzar
las metas establecidas en el presupuesto.
Sin embargo es
importante definir claramente los alcances de los equipos a fin de que podamos
medir su rendimiento. ¿Cómo lo hacemos? A través de la definición de metas.
¿Qué queremos alcanzar? ¿En cuánto tiempo? ¿Cómo podemos medir ese alcance?
(Hablemos de los indicadores, o lo que se conoce actualmente como KPI Key
Performance Indicators). Podemos definir
tantos indicadores como sea necesario en función de nuestros procesos o metas.
Esto le da una
finalidad al equipo. Alcanzar una meta, establece objetivos en común que
permiten alinear los esfuerzos en la misma dirección. Por supuesto, hay que
comenzar a trabajar en las interrelaciones, ¿Quién las maneja? ¿Dejamos al aire
quien se encarga de qué? ¿O asignamos labores y objetivos a cada uno? ¿Cuál es
el soporte que podemos darle a cada integrante para alcanzar sus metas? ¿Qué
pasa cuando no las alcanzan? ¿Qué hace falta? ¿Qué necesitan? ¿Qué pasa si
superan sus metas rápidamente? ¿Qué fue lo que nos sucedió en esa fijación de
metas? ¿Hubo algún error? ¿Podemos ajustarlo? ¿Cómo manejamos la estrategia
comunicacional? ¿Qué tipo de herramientas necesitamos?
Depende también de
cual sea la estrategia que empleamos para establecer la cooperación en ese
equipo. ¿Cuál es la organización más apropiada? ¿Cuál es la más eficiente? Todo
esto dependerá por supuesto de las metas que sean establecidas.
Decía Rafael
Echeverría: “Las organizaciones son centros de conversaciones” y es a través de
ellas que podemos establecer metas, y alcanzarlas.
Nos toca
trabajar aquellas competencias o habilidades blandas que son importantes en el
equipo de trabajo para que puedan interrelacionarse y conectarse
apropiadamente. Estas habilidades serian:
- Escucha.
- Actos lingüísticos.
- Conversaciones
- Manejo de emociones.
En la escucha, tendríamos
que diferenciar entre lo que significa oír y escuchar. Todos oímos, pocos escuchamos. Si tenemos desarrollado el sentido del oído,
oír es una habilidad natural. Escuchar, sin embargo es una habilidad
consciente. ¿Qué me dice el otro? ¿Qué realmente quiere decirme? ¿Cómo lo
escucho?
La comunicación
no es solamente verbal; une una serie de elementos que forman parte de ese acto
de escuchar. Muchas veces oponemos nuestros propios filtros en esa comunicación
con el otro. Es decir, escuchamos lo que queremos escuchar, y no realmente lo
que el otro quiere decirnos. ¿Cómo hacemos esto? Pues cuando estamos escuchando
para responder en lo que el otro dice, y no para entender cuál es la razón de
su reclamo, queja u opinión.
Otra de las
habilidades necesarias se basa en identificar las respuestas corporales de las
personas, tomando en cuenta que la comunicación analógica es alrededor de un 55%,
en la cual ocurre micro cambios en la fisiología del individuo, durante los
procesos comunicacionales.
La escucha es
una habilidad que podemos aprender y desarrollar, y se basa fundamentalmente en
lo que llamamos la escucha consciente. Lo importante aquí son tres pasos: Oír +
Percibir + Interpretar. Es importante también hacerse cargo de las Brechas en
la Escucha, a través de la:
1) Verificación,
2) Indagación,
3) Parafraseo.
También debemos
trabajar en el tema de conversaciones en los equipos, buscando el desarrollo de
habilidades conversacionales que permiten:
1. Generar
Coordinación de Acciones.
2. Realizar
posibles Acciones.
3. Conversaciones
para posibles conversaciones.
Todas ellas están
enfocadas en combinarlas para crear un ambiente de aprendizaje entre los
miembros, a fin de superar retos a través del aporte de cada uno a los
objetivos del equipo.
Nuestro trabajo como coaches consiste
en apoyar a todo el personal para desarrollar las habilidades y competencias
necesarias que contribuyan a enfrentar los nuevos desafíos. El objetivo es
ayudar al ejecutivo, gerente o líder del proyecto en el desarrollo de su
potencial, lo que a su vez se traduce en beneficios para la organización.
Nuestra experiencia, en el área corporativa, desarrollo de proyectos y
emprendimientos nos permiten ofrecer una mirada que ayuda a la consecución de
los exigentes objetivos de las organizaciones de hoy en día.
Tenemos la disposición y capacidad
para ofrecer coaching, consultas, asesorías y facilitaciones, tanto a nivel presencial,
como a nivel virtual (online), en un ambiente seguro, dependiendo de la
necesidad del cliente. Queremos
ayudarles en su proceso de crecimiento. ¿Cómo podemos ayudar?
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