EMPRESARIO – EMPRENDEDOR -AUTOEMPLEADO
¿El dinero trabaja para ti? O ¿Tú
trabajas para generar dinero?
¿Eres empleado?
¿Eres auto empleado?
¿Qué tipo de libertades tienes?
¿Trabajas más que los demás? ¿Eres responsable de que todo salga bien? ¿Para
quién es el beneficio de lo que estás haciendo?
¿Tienes vacaciones? ¿Estas pagándote
utilidades? ¿Cómo sacas los beneficios?
¿El dinero trabaja para ti o tú
trabajas para hacer dinero?
Hay un sueño recurrente que es el de
ser emprendedor. Hay muchas historias de éxito que se cuentan en libros,
películas, cuentos, redes sociales, etc., todas estimulando el desarrollo de
emprendedores. Muchas cuentan los éxitos; ninguno los fracasos.
¿Pero cuantos emprendedores en
realidad lo son? Son verdaderos dueños de su vida. La verdad muy pocos. Tienes que entrar a
jugar en las grandes ligas para que puedas tener la capacidad de hacer dinero
con tu dinero, que al final es lo que interesa.
Hace tiempo, Robert Kiyosaki en su
libro “Padre Rico, Padre Pobre” nos daba una excelente explicación que no debe
pasar desapercibida. ¿Qué estás haciendo con tu dinero? ¿Estás trabajando para
él? O ¿el dinero está trabajando para ti? En ese libro nos habla de los Empleados,
Auto-empleados, Dueños de Negocios e Inversionistas. Las diferencias entre cada
uno de estos niveles es la forma como se usa el dinero, y si el mismo trabaja
para ti.
Confundimos emprendimiento con
libertad financiera, y son dos significados completamente diferentes, por lo
tanto, no tiene nada que ver el uno con el otro. Muchos emprendedores son
grandes soñadores, y hacen enormes sacrificios para tratar de que su proyecto
salga adelante. Sin embargo, no se dan cuenta de que su talento y capacidad está
subvalorada, y esto tiene que ver también con la poca validación de su propio
trabajo.
Muchos inician estos procesos, en aras
de ser libres; pero todo lo contrario, se convierten en verdaderos esclavos de
sus sueños. Como siempre digo, lo peor que le puede pasar a un emprendedor es
enamorarse de sus propias ideas. Muchas
veces le cuesta ver de manera clara la forma como está equivocándose en su
proyecto.
Hay sociedades como la nuestra, en que
muchos emprendedores hacen todo lo que pueden por salir adelante. Sin embargo,
con el paso del tiempo se convierten en unos trabajadores asalariados sin
beneficios sociales, y se ven obligados a cerrar debido a la enorme carga y
cantidad de exigencias que tienen las leyes, en relación a todo lo que tienen
que pagar. Por lo tanto, ese emprendedor termina decepcionado.
Hay otros que trabajan para
franquicias, o como agentes de venta, pero fundamentalmente lo que son es
colaboradores de primera, porque de alguna manera están extendiendo las
posibilidades de la marca madre sin que puedan valorar sus posibilidades, con
el peligro latente de que cualquier situación puede sacarlos del juego. Al
final terminan siendo unos tontos útiles.
No digo que ser emprendedor sea malo;
digo que hay que prepararse adecuadamente y elaborar un buen Plan de Negocios
para que sepas dónde estás, dónde quieres llegar y si tiene sentido invertir tu
tiempo y tu dinero en ese trabajo, que al final del camino puede resultar un
poco malagradecido. A veces es necesario
preguntarse si es preferible ser cabeza de ratón o cola de león.
Ser empresario no es fácil, pero es
importante entender cuáles son los pasos que tienes que ejecutar para alcanzar
las metas que te propones y no desviarte de las mismas. El objetivo final, además de hacer tu idea
realidad, es tener libertad financiera que te permita vivir cómodamente el
resto de tu vida. O, ¿Cuál sería la razón que justificaría tanto esfuerzo por
nada?
El futuro está lleno de muchas
posibilidades. Posiblemente muchas
grandes empresas comiencen a tercerizar parte de sus trabajos como resultado de
la transformación digital. Eso
indudablemente genera oportunidades. Pero, ¿qué podemos hacer para alcanzar
nuestra libertad financiera en poco tiempo? ¿Cómo nos organizamos, sobre todo
en ambientes altamente controlados y poco transparentes como el nuestro?
Estas y otras preguntas podemos hacérnoslas
con confianza, cuando estemos haciendo planes para despegar en la aventura de
emprender. Lo importante es que estemos claros en lo que significa, y cómo
podemos proteger no solo nuestro trabajo sino todo el capital invertido,
garantizándole una remuneración apropiada y justa a nuestro esfuerzo.
Este tipo de preocupación aplica no
solamente a los emprendedores, sino también a cualquier persona que esté en el
libre ejercicio de su profesión. ¿Cómo protejo mi capital de los vaivenes de la
economía? ¿Cómo protejo mi dinero? Nadie
te va a proteger cuando seas una persona mayor.
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