ENCONTRANDO EL CAMINO DE VUELTA A TI MISMO.
¿Te has sentido alguna vez agotado,
sin ganas de seguir adelante, o sin ánimo de continuar?
¿Es factible que también te hayas
sentido decaído, o cansado, y que no te provoque seguir adelante?
Todo eso es posible; pero sólo tú
puedes salir de ese pequeño hueco.
Lo único que tienes que hacer es
confiar. Confiar en tí. Confiar en la vida que eres tú mismo.
La vida es un cambio continuo. Todo está en proceso de transformación constante, y nada tiene que permanecer tal como está ahora mismo.
La vida cambia, y lo que hoy te parece malo, es posible que mañana ya no esté. Aunque, ten cuidado, lo que hoy te parece bueno, es posible que mañana tampoco esté.
Así que no hay razón por la cual
apegarse a algo, ya que todo cambia, todo es impermanente, sobre todo en
nuestra realidad física, que es la única que sentimos o percibimos.
El tiempo no existe. Es una variable
que hemos inventado para medir el cambio de nuestra realidad física. Y esa
medida de tiempo se relaciona con eventos que se repiten de manera
constante. Pero, la realidad no funciona
así.
La realidad es neutra, no tiene
colores, ni sabores, ni sonido, ni nada que podamos percibir con los
sentidos. Esos estímulos los creamos
nosotros interpretando lo que sucede.
Nuestros pensamientos, juicios, creencias,
patrones o condicionamientos, son los que establecen las diferencias de apreciación
de la realidad que percibimos. Y todos
esos pensamientos, están registrados como aprendizajes en nuestra memoria. Por lo
tanto, lo que sentimos depende más de lo que pensamos, que de lo que ven
nuestros sentidos.
Cuando algo así te pase, cuando te
sientas desmotivado, es posible que puedas hacer algunas de estas cosas que a mí
me funcionan:
1. Toma un respiro. No todo puede hacerse siempre de la misma manera y a la velocidad que queremos. Hay cosas que necesitan madurar, y que toman tiempo. Es posible que eso que te ocupa sea una de ellas.
2. Es probable que apartar tu atención por un rato de lo que sucede sea suficiente como para volver con una mirada fresca y diferente que pueda darle un significado diferente. A veces es bueno probar otras alternativas para llegar a la meta.
3. Como decía al final del párrafo anterior, es factible que intentar nuevas soluciones resuelva parte de lo que estás viviendo. Hacer lo mismo no siempre funciona.
4. Cambiar de ambiente ayuda. Es posible que aquello que no puedes hacer encerrado en tu oficina, aparezca con nuevas fuerzas con un simple paseo al aire libre.
5. Cierra los ojos y respira. Es factible que tan solo internalizar la pregunta ayude a tener nuevas miradas, que generen nuevas posibilidades.
6. Hay un dicho que reza: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Pero, ¿qué sucede si aún no ha madurado la respuesta? La fruta solo cae del árbol cuando está lo suficientemente madura para hacerlo. Qué tal si la solución que tienes no es la más adecuada aun, y tan solo le falta un poco de tiempo.
7. Muchas veces corremos contra el tiempo, porque otra creencia que hemos aprendido es: El tiempo es oro. ¿No sería mejor decir: La vida es oro? Disfrutar la vida no tiene precio, y solo tenemos una oportunidad para hacerlo. ¿Vas a permitir que tus preocupaciones te impidan vivir tu vida?
8. Haz ejercicios. Mover el cuerpo genera hormonas que enriquecen tu salud. Luego de una buena sesión de ejercicios es probable que tengas otras respuestas.
9. Respira profundo. Dale oxígeno a tu cerebro, para conectarte con lo superior y encontrar respuestas a tus inquietudes.
10. Descansa. Una buena siesta puede ayudarte a ver la vida de otra forma, a veces tan sorprendentes. No pierdes nada con intentarlo.
Recuerda, los problemas son
pasajeros. La vida es lo que dura para siempre.
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