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domingo, 7 de mayo de 2023

LIFE COACHING - LINEAS DE TIEMPO

 


LIFE COACHING

LINEAS DE TIEMPO.

 

Desde el punto de vista de la Física Clásica, entendemos que los cuerpos se mueven por acción y reacción.  En otras palabras, si accionas sobre uno de ellos, éste genera una reacción de la misma intensidad actuando en sentido contrario a la inicial.  Esto es parte de las leyes de Newton.

 

Para la Física Clásica, el tiempo es único para todos los observadores que intervienen en el proceso.  Sin embargo, Einstein se da cuenta de que las observaciones dependen del sistema de referencia desde donde hago la observación, por consiguiente, para él, el tiempo se convierte en una variable relativa. Es decir, cada observador mira de manera diferente cómo transcurre el tiempo en su sistema de referencia.  De allí se genera la teoría de la Relatividad.

 

De acuerdo con eso, podemos entonces inferir que existe una línea de tiempo para cada observador, pero además, si entendemos que el observador, tan solo por el hecho de intervenir en el proceso, cambia lo que observa, podemos decir entonces que cada observador tiene una línea de tiempo que sirve para dar vida a su particular interpretación de lo que sucede.

 

Si nos convertimos en observadores privilegiados (tercera o meta posición en PNL), y tenemos la capacidad de observar desde la distancia como se mueven los observadores (recordemos que estamos en mecánica clásica y que vemos un escenario de acción y reacción), entonces veremos líneas que se trasladan desde el pasado al futuro de los individuos, algunas veces en intersección con otros, otras veces son coincidentes, etc.

 

Lo interesante desde esta mirada, es que podemos ver que hay observadores que pueden cambiar sus líneas de tiempo, dando un salto cuántico. Dicho de otra forma, al decidir que sus interpretaciones pueden cambiar y ajustarse mejor a lo que sucede, puede saltar de una línea de menos posibilidades a una de mayor radio de acción.

 

Y cómo lo hacen, quizás cuestionando algunas creencias o juicios que los mantienen atados a una línea de tiempo determinada.

 

Por ejemplo, eventos como una migración o una enfermedad, pueden hacerte cambiar completamente tu manera de pensar, ya que necesitas cuestionar todo lo que te sucede. Eso te lleva a generar nuevas posibilidades, que posiblemente serias incapaz de revisar si te mantuvieras atado a tus viejas interpretaciones en una línea de tiempo conocida. La línea de tiempo está constituida no solo por tus acciones, sino también por tus creencias.

 

¿Qué sucedería si fueras capaz de cuestionarte esos patrones, juicios, creencias, programaciones, vasanas, samskaras, etc., en este momento, en este lugar? Probablemente pudieras cambiar las líneas de tiempo, escogiendo nuevas alternativas. Veamos.

 


Supongamos que he aprendido en mi familia, y no porque me lo hayan dicho, sino por la historia, el clan, las acciones del pasado, que el dinero es malo, ser rico es malo, el dinero es sucio, el dinero es cochino, etc. ¿Cuáles serían las consecuencias? Pues que me seria difícil tener una buena relación con el dinero, ya que conviven en mí una serie de creencias limitadas que afectan mi relación con el mismo.

 

O por ejemplo, si mi abuelo fue pobre, y mi papa trabajó muy duro, pero murió pobre, por lealtad al clan familiar, es posible que repita los esquemas de mis antepasados, sin entender que no tengo por qué ser leal a esas ideas.  ¿Cuál será mi trayectoria en el tiempo? Pues una que imite la trayectoria de mis antepasados: trabajo duro, esforzado, malos negocios, quiebras, sin ahorrar un centavo, malas sociedades, etc.

 

¿Qué sucedería si cambiara mis creencias?

 

Por ejemplo, rompo con la tradición de mis antepasados y manejo una relación más amable con el dinero, entendiendo que el dinero no es ni bueno ni malo. Es una energía que fluye hacia y desde mi, que si te abres a la misma, puedes disfrutarla.  Cambio mis creencias acerca del dinero, y entiendo que es un elemento de intercambio, como la respiración, la salud, etc.

 

Sanando mi relación con el dinero, cambiando mis juicios, creencias y patrones, puedo entonces cambiar la trayectoria de mi línea de tiempo, es decir, puedo hacer un salto cuántico e ir a otra línea de tiempo con más posibilidades.

 

Puedo practicar una afirmación como la siguiente: Reconozco al dinero como una fuerza poderosa que fluye por todo mi cuerpo y mi vida, y honro mi relación con él. Me libero de todos aquellos juicios que me separan del dinero, suelto todas las ataduras, limitaciones y creencias en relación a la energía del dinero. Dejo entrar la energía del dinero en mi vida, y agradezco a Dios todo lo que él me entrega.

 

Me libero de los juicios que tuvieron mis antepasados en relación al dinero.  Respeto sus procesos y honro la energía que recibí de ellos. Honro a mi padre y a mi madre por darme la vida, honro a mis abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, pero suelto las lealtades con el clan, ya que no son mi problema, me dispongo a vivir mi vida, pleno de oportunidades para manifestar la energía del dinero y cualquier otra en mi vida.  Gestiono mi vida y mis emociones de manera diferente lleno de paz y amor, creando nuevas historias y respuestas.

 

Los cambios no se van a producir solos como por arte de magia. Necesitas comprometerte con una nueva mirada en relación al dinero. Necesitas imaginarte y vivir las nuevas experiencias en tu mente, para que puedas alcanzar esos nuevos estados.  Es importante visualizar estas afirmaciones, vinculándolas con una emoción de regocijo, de paz, de alegría, satisfacción cuando alcances tu meta. Comienza a disfrutar de ese estado para que puedas convertirlo en realidad.

 

PREGUNTAS:

1.   ¿Cómo es tu línea de tiempo?

2.   ¿Está llena de posibilidades?

3.   ¿Hay algo que te impida avanzar o dar el salto?

4.   ¿Cuál es tu relación con el dinero?

5.   ¿Cuál es tu relación son el amor?

 

CONTACTO:

 

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domingo, 18 de diciembre de 2022

SALUD - LOS CUERPOS

 


LOS TRES CUERPOS.

 

Para simplificar nuestra comprensión acerca de la naturaleza humana, sin entrar en muchos detalles podemos hablar de cuatro cuerpos esenciales:

1.    El Físico.

2.    El Energético.

3.    El Mental.

4.    El Espiritual.

Cada uno de estos cuerpos tiene una estructura particular. Uno de ellos es sensible a nuestra percepción sensorial, el cuerpo físico. Pocos tienen la habilidad de ver el cuerpo energético; otros pueden tratar de entender el cuerpo mental, y muy pocos decir algunas cosas sobre el cuerpo espiritual.

 


El cuerpo físico humano, es la manifestación densa del Ser, tal y como lo conocemos, formado por una serie de sistemas tales como el cardiovascular, muscular, óseo, digestivo, etc. Sabemos de las condiciones de nuestro cuerpo y lo que podemos hacer con él. Definitivamente es una herramienta maravillosa, se conecta con el exterior a través de nuestro sistema de percepción, por lo cual, ve la misma realidad que todos los demás seres, aunque la interpretación sea particular y diferente.

 


El cuerpo energético también existe, y es un poco más sutil que el cuerpo físico.  Está compuesto de energía.  La energía es una sola, que recorre al cuerpo ya sea por los meridianos o los nadis, como usted quiera denominarlos.  Sin embargo, al igual que en el cuerpo físico existe una columna vertebral por la cual pasa toda la información del cuerpo. En el caso del sistema energético su estructura está basada en los llamados Vasos Maravillosos, que tienen acceso a la energía ancestral y son capaces de conectarse y distribuirla por todo el cuerpo.  Otra forma de verlo, es a través de los Chakras que es un canal de energía que recorre el cuerpo desde la base del coxis hasta la parte superior de la cabeza, con puntos de vibración bien definidos.

 


En cualquier caso, podemos intervenir, tanto el cuerpo físico, como en el cuerpo energético. De hecho, la medicina occidental está basada en trabajar los síntomas que muestra el cuerpo físico, y actuar sobre ellos, a través de cirugías o química. En el caso del cuerpo energético, el trabajo se hace a través de la manipulación de la energía que circula por los meridianos, la respiración o los ejercicios que permiten movilizar la energía. Por tanto, podemos actuar de alguna manera sobre el cuerpo energético y entender cuál es el desequilibrio que lo afecta, y como podemos resolverlo, para revertir los efectos que vemos a nivel del cuerpo físico.

 

En este caso podemos actuar sobre la causa de la enfermedad, que aún está más arriba del cuerpo energético, es decir, en el cuerpo mental. Cuando podemos entender qué tipo de energías se están moviendo y cómo las mismas están generando reacciones sobre el cuerpo físico, generando consecuencias que son interpretadas como síntomas.  Los síntomas que aparecen en el cuerpo físico, provienen de desequilibrios energéticos, que a su vez son producidos por emociones que tienen que ver con pensamientos que chocan contra las sólidas estructuras de nuestro cuerpo mental, formadas por las creencias maestras.

 


Hablemos un poco del cuerpo mental. El cuerpo mental como debemos imaginarnos es mucho más sutil que cualquiera de los dos anteriores. Está formado por pensamientos que vibran a la velocidad de aproximadamente 70.000 por día. Esto nos da una idea de la cantidad de vibraciones que pasan por nuestra mente sin que nos demos cuenta.  Sin embargo, de todo eso que pasa por nuestra mente, hay algunos que se quedan estancados en ella, y que tienen que ver con dónde tenemos puesta nuestra atención, o que chocan contra las creencias establecidas.  De la realidad que podemos percibir, solo prestamos atención a un mínimo porcentaje, alrededor de un 1% del total, y es allí donde se enfoca nuestra atención.  Se dice que donde colocamos la atención enfocamos la energía. De allí vienen los cambios o desequilibrios cuando no nos enfocamos apropiadamente.

 

Así como cada uno de los cuerpos que hemos visto, tienen estructuras sobre la cual se fijan el resto de los elementos, de la misma forma, el cuerpo mental tiene una estructura equivalente que son los juicios maestros o creencias madres.  Podemos llamarlos de muchas maneras, y son pensamientos que se han establecido en nuestra mente, ya sea porque se han repetido tantas veces que se consideran validos o verdaderos, también porque vemos la realidad a través de ellos. Podemos llamarlos creencias, juicios, patrones, hábitos, condicionamientos, programación, etc. Son la estructura del Ego o nuestra historia personal.

 

Así como buscamos que nuestro cuerpo físico sea flexible, para poder tener salud, y también dinamizar las energías de nuestro cuerpo energético, es necesario que trabajemos sobre la estructura del cuerpo mental, a fin de hacerlo suficientemente flexible. Esto es con la finalidad que podamos adaptarnos a las circunstancias de la vida que nos corresponden. De hecho, nuestras creencias deben ser cuestionadas muchas veces, y debemos buscar de conseguir la forma de que sean lo suficientemente maleables como para que nos puedan mostrar de forma clara la realidad.

 

De hecho, es muy sencillo. La realidad es neutra. No tiene color, sabor, sonido, textura olor, o sensación.  Nosotros somos los que empleando nuestras creencias le damos tonalidad a la realidad. La realidad no es ni buena ni mala, simplemente es lo que es. El problema con nuestros patrones es que cuando nos acostumbramos a ver la realidad de una manera en particular, que nos funciona, de esa manera estaremos haciendo el análisis de las realidades subsiguientes, sin entender que las mismas pueden cambiar y convertirse en algo diferente.

 

Cuando eso sucede, que la realidad que vemos no es la que interpretamos, entonces esos pensamientos que aparecen, se enfrentan a esa pared de creencias, convirtiéndose en emociones debido a que enfrentamos la realidad con nuestra forma de ver el mundo, que es diferente.  Y es allí cuando nuestros condicionamientos disparan esas emociones básicas, ira, amor, tristeza, miedo o alegría, que se combinan de distintas formas, entregándoles validez y generando una realidad que no existe.  De nuevo las emociones se basan en nuestros juicios, sean estos adecuados o no. Y el creer ciegamente en ellos es lo que dispara la emoción.

 

Lo cierto es que a esos pensamientos, como le concedemos sentido, les damos energía que termina afectándonos de forma innecesaria, generada por nuestra interpretación errónea o la ilusión verbal.

 


¿Cómo se establecen esas creencias? A través de la repetición constante. ¿Cuándo se establecen esas creencias? Desde nuestra infancia. Supongamos que alguien nos dice algo que no nos gusta, y nos lo tomamos en serio.  Resulta que “creemos” que esa persona está poniendo en duda una parte de nuestra personalidad, y como  “creemos” que eso no debe ser, nos molestamos y tratamos de argumentar nuestro punto de vista. Sin embargo, la persona pudo haberlo dicho simplemente con la intención de molestar, y le dimos tanta importancia a ese pensamiento que terminamos cargándolo de energía, y nos afecta de manera importante. Pero, si nosotros nos molestamos, la otra persona sigue pensando lo mismo, y no siente nada. Quien siente la emoción debido al cuestionamiento de su creencia somos nosotros. De allí que para vivir en paz simplemente debamos desapegarnos de nuestra forma de mirar la vida, y de la importancia de los conceptos que nos ofrecen los demás.

 

Eso trae otro concepto importante: ¿Qué es la verdad? ¿Quién tiene la verdad en sus manos? La verdad tal como la entendemos, que es válida en todo momento y en todo lugar, no existe como tal.  Cada quien, dependiendo de su interpretación del mundo tiene una verdad diferente. Cuando la verdad se basa en juicios o creencias, es relativa, y depende de la interpretación particular. Si en cambio establecemos afirmaciones, enunciados o proposiciones que podamos comprobar, estamos hablando de otro tipo de realidad, y muchas veces se basan en acuerdos establecidos. Podemos hablar por ejemplo de los acuerdos que hacemos con el idioma, las ciencias, los métodos, etc.

 

Pero, tal como está definido, la verdad es relativa y depende del sistema de referencia desde donde se emita la opinión. Por lo tanto, no tiene sentido gastar energía en esas verdades parciales o particulares.

 

Una de las consecuencias de nuestras creencias es que al generar emociones que mueven energías, tarde o temprano afectan nuestro cuerpo físico. De hecho, podemos decir que lo que la mente calla, el cuerpo lo grita o como diría la autora Caroline Myss: “La biografía se convierte en biología”, indicándonos cómo la forma en la que concebimos nuestra historia personal, afecta nuestro cuerpo físico.  No olvidemos que antes de afectar al cuerpo físico esas energías generan desequilibrio en nuestros diferentes sistemas lo cual se refleja a posteriori en nuestra materia.

 

Por lo tanto, si fuésemos capaces de preguntarnos: ¿Cuál es el objeto de la enfermedad? Y pudiésemos ser verdaderamente honestos con nosotros mismos, podríamos sanarnos rápidamente.  El objeto de la enfermedad es mostrar algo que está escondido probablemente en nuestro inconsciente y que de alguna manera afecta nuestra forma de ver el mundo. Puede tener que ver con alguna de las heridas de la infancia como la humillación, la traición, el abandono, el rechazo, la injusticia, y con las emociones detonadas como consecuencia.  Es posible que esté conectada con alguno de nuestros condicionamientos, y que no nos permita adaptarnos a la realidad, haciendo los ajustes correspondientes.  Inclusive, pude ser que nuestros propios miedos no manejados vayan generando afecciones en el cuerpo como mecanismo de defensa, como por ejemplo, no quiero verme atractivo, me quiero proteger de los demás a través de mi obesidad, o soy una víctima, por eso me enfermo con frecuencia para dar lastima y procurar atención, etc.

 

Muchas veces, arrastramos durante nuestra vida cargas innecesarias, a veces porque no nos damos cuenta, otras veces porque hemos sido incapaces de cuestionárnoslos.  Quizás es por eso, que es necesario hacer un trabajo continuo y constante de revisión de los juicios que conducen nuestra vida y adaptarlos a las necesidades o requerimientos del momento. No olvidemos que la realidad es neutra, no está ni en contra ni a favor de nuestra forma de ver el mundo.  Mientras más flexible sea nuestra mente, más fácil será adaptarnos a la realidad y poder generar todo el beneficio que ella nos ofrece. Esa flexibilidad depende de nosotros y de nuestra manera de concebir el mundo.

 

Una de las cualidades importantes es el discernimiento, que permite de ampliar nuestros horizontes; muchas veces lo que nos rodea nos obliga a asumir posiciones que no son las nuestras, pero son resultado de los acuerdos generados por ellos, sea la sociedad, la religión, la educación, etc.  El discernimiento permite que nos estemos cuestionando la realidad y la interpretación que le damos de forma constante, permitiéndonos ampliar nuestra forma de ver el mundo.

 

PREGUNTAS.

1.    ¿Cuáles sientes que son tus creencias limitantes?

2.    ¿Cuáles sientes que son tus creencias poderosas?

3.    ¿Qué te impide cuestionar tus juicios?

 

CONTACTO:

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miércoles, 19 de octubre de 2022

DIARIO DE UN COACH - TUS CREENCIAS Y TU SISTEMA DE REFERENCIA

 



TUS CREENCIAS Y TU SISTEMA DE REFERENCIA.

 

Podemos comenzar con la siguiente idea:

Eres libre de creer lo que tú quieras.

 

De hecho es así. A lo largo de tu vida vas construyendo un sistema de creencias que te sirve para evaluar lo que sucede en tu exterior.  La pregunta es: ¿por qué lo haces?

 

Quizás es la manera cómo puedes aprender. Normalmente aprendemos por comparación. Esos patrones de comparación nos permiten establecer cosas que vemos y otras que no vemos.  La creación se partió en dos para conocerse. La única manera de conocerse era viendo a su espejo, de manera que pudiera manifestar en él, aquellas cosas que él tenía.  Pero, llego un momento, en que para conocerse mejor, decidió dividirse de forma infinitesimal, para tener así la experiencia de la comparación y la vivencia de cada una de las experiencias que le toca vivir. Entonces, el Tao o la fuente se dividió en dos, en yin y en yang, y en conformidad con eso, siguió dividiéndose para conocerse mejor, creando a los millones de seres que conocemos.

 

Todos somos Uno. Esa frase la hemos escuchado muchas veces. Sin embargo, hoy pienso, que esa frase tiene que ver con dos conceptos importantes para nosotros: la perspectiva y el lenguaje.

 

La perspectiva. Por ejemplo, si vemos una colonia de hormigas, pensamos simplemente en que son un grupo de hormigas; no distinguimos entre ellas, no tienen características particulares. No somos capaces de distinguir el tipo de hormigas que estamos viendo, a menos que le dediquemos especial atención. Si usamos una lupa, empezamos a ver que cada hormiga es diferente, algunas más gordas, otras más flacas, algunas con más fuerza, otras con rayas, etc. En este caso, podemos distinguirlas y diferenciarlas.  Si tuviésemos la capacidad de profundizar más, quizás hasta podríamos darle un nombre a cada una de ellas e identificarlas. Entonces, de esa manera, ya no veríamos una colonia de hormigas, sino hormigas individuales separadas unas de otras, con características muy particulares. ¿Qué pasó entonces? Pues, simplemente cambio nuestra perspectiva.

 


¿Qué sucede con el lenguaje? Pues, nos transforma. Es el que crea la acción, y que nos permite ver más allá. Como observadores que somos, tenemos la capacidad de juntar las piezas y entender que a pesar de que nos vemos diferentes, al final, todos somos uno, no hay diferencias. Lo único que nos diferencia es nuestro sistema de creencias, que es lo que nos hace ver la vida de diferente manera.  En este caso es el lenguaje el que construye la diferencia. Es el lenguaje el que conduce a la separación.

 

Lo que observamos, es que el observador define un Sistema de Referencia, a través del cual conoce lo que sucede fuera de él. A través de sus sentidos y de su aprendizaje, es capaz de caracterizar, identificar, clasificar, seleccionar y juzgar todo aquello que tiene que ver con su experiencia.  En este caso el lenguaje separa en función de las creencias o juicios del observador.

 




Como cada observador tiene un sistema de referencia diferente, nuestras percepciones no necesariamente generan los mismos resultados. Por lo cual, al ser distintos nuestros juicios, nuestra manera de ver el mundo difiere. ¿Cuál es mejor o peor? Ninguna de las dos. Ambas ofrecen distintas miradas e innumerables aprendizajes.

 

Por ejemplo, lo que tú dices del otro dice más de ti que del otro.  Son tus creencias las que determinan la imagen que tienes del otro y de cómo lo concibes.

 

PREGUNTAS:

 

¿Cuándo emites u juicio sobre alguien, que ves en el otro?

¿Cuándo generas un juicio sobre el mundo en el que vives, que posibilidades se abren en él?

¿Qué pasaría si tu sistema de referencia no tuviera creencias? ¿Cómo podrías vivir en este mundo?

¿Cómo cambia tu experiencia cuando cambia tu perspectiva?

Me encantaría leer tus respuestas y generar nuevas y motivadoras conversaciones.

 

CONTACTO

 

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viernes, 7 de octubre de 2022

CREANDO PENSAMIENTOS POSITIVOS

 



CREANDO PENSAMIENTOS

 

Todo lo que deseas está a un pensamiento de distancia.

 

Si te dieras cuenta de lo importante que son tus pensamientos, y del poder que tienen, no pasarías ni un momento desperdiciándolos en cosas inútiles y sin sentido.

 

Los pensamientos son vibraciones muy sutiles.  Cuando le damos energía a esas ideas, se convierten en emociones, y con el tiempo podremos ver su expresión a nivel físico.  Si somos cuidadosos con nuestras reflexiones, seremos capaces de traer a nuestra vida aquello que nos interesa y llena de bienestar. Recordemos que lo único que nos mantiene atados a ellos, son nuestras propias creencias.

 

Generamos pensamientos constantemente. Se ha dicho que en el día cruzan por nuestra mente entre 50.000 y 70.000 ideas. Muchas de ellos simplemente pasan, y no les hacemos caso. Algunos se enganchan en nuestra mente y dependiendo de la atención que les demos, se van convirtiendo en deseos, emociones y hasta se pueden transformar en algo físico.


CREENCIAS


Obviamente tenemos una estructura, por así decirlo, de pensamientos muy definidos, a los que llamamos creencias. Estas forman un marco regulatorio a través del cual validamos nuestros pensamientos, concediéndoles o no factibilidad.  Cuando un pensamiento se presenta ante nuestra mente, simplemente es una posibilidad; cuando pasa el examen de las creencias, puede convertirse en una certeza, que corrobora o no lo que interpretamos del mundo.

 

En algún momento de nuestra vida, estas creencias, juicios, programaciones o patrones, fueron también pensamientos muy sutiles. Pero, a fuerza de darles energía y contrastarlos con la realidad, se convirtieron en referencias, ante los cuales se presentan los nuevos pensamientos. Ahora son fieros jueces, que seleccionan aquellas ideas que consideramos apropiadas o inapropiadas.


EJEMPLO


Por ejemplo, supongamos que por alguna razón aprendimos a vivir en escasez, repitiendo refranes, como por ejemplo: “uno se arropa hasta donde le alcanza la cobija”; “Al que madruga Dios lo ayuda”; “Sin dolor no hay ganancia”; “Dios castigó al hombre con el trabajo”; “No me lo merezco”; etc. Podemos añadir muchos pensamientos que tienen que ver con estas ideas de escasez.  Este juicio está sustentado al pensar que vivimos en un Universo limitado, y que tenemos que luchar constantemente con otros,  por lo que está disponible.  Esto nos impide darnos cuenta de la enorme abundancia que existe alrededor nuestro. Por ejemplo, un árbol de mangos, es completamente abundante; cuando da su cosecha, puedes saciar tu hambre y la de muchas personas. Lo mismo pasa con cualquiera de las miles de frutas de la naturaleza. Podemos decir algo similar en relación a los animales. Sin embargo, cuando tenemos la creencia de la escasez, nos fijamos en lo que no tenemos, en lugar de disfrutar lo que está a nuestro alcance.  Algo parecido  sucede con los sentimientos de amor, paz, alegría, etc. Son emociones expansivas que mientras más las compartes más crecen. En este caso, sucede todo lo contrario a lo que nuestra extraña idea acerca de la escasez predica; estos sentimientos aumentan cuando se comparten.

 

Podría preguntar: ¿Cómo puedo traducir esa abundancia de la naturaleza en abundancia para mí? ¿Cómo puedo aprovechar la prosperidad, felicidad, amor, paz, alegría de la naturaleza en mi vida?

 


Cuando hablamos de escasez, no solo tocamos el tema de recursos económicos. Hablamos también de otra serie de elementos de la naturaleza que no nos permitimos, porque consideramos que NO los merecemos.

 

Arrastramos innecesariamente esa creencia de escasez en todo lo que hacemos, sin apreciar lo que tenemos. Hasta podemos ser millonarios, sin embargo, viviremos en un mundo de escasez innecesaria.  La escasez esta en nuestra mente, no en nuestra realidad.


¿PUEDO CAMBIAR?


¿Qué pasa con nosotros? Acaso somos masoquistas, que nos gusta vivir en escasez. NO. Eso se debe a que en algún momento de nuestra vida aprendimos esos patrones. Y esas creencias fueron fundamentadas. Buenas o no, simplemente se establecieron. Puede ser la familia, la sociedad, la cultura, la religión, etc. Hay muchos factores que pueden establecer ese tipo de ideas. En cualquier caso, los elegimos de forma consciente, inicialmente, y luego se transformaron en patrones inconscientes que actúan por si solos y tienen total independencia. Recordemos que esas programaciones actúan tomando decisiones frente a lo que sucede, sin que haya mayor intervención, y funcionan como respuestas automáticas.

 

Pero así como elegimos aceptar ese patrón, también tenemos la libertad de cambiarlo. Primero, debemos darnos cuenta de que existe, que está presente en nuestro ser. Cuando nos damos cuenta, entonces lo llevamos a consciencia, y seremos capaces conscientemente de revisar nuestras elecciones. Luego, podemos trabajar el patrón de cambio y fundar una creencia más poderosa que permita la expansión y evite estas limitaciones del viejo juicio.

 

Lo importante es que podemos tomar el control de nuestros patrones, si nos hacemos cargo, si lo hacemos consciente. Si nos preguntamos ¿qué pasa?, podemos buscar soluciones apropiadas. Si trabajamos nuestras vibraciones, podemos acercarnos a lo que realmente queremos.

 

Así como cambia la realidad, nosotros como personas estamos en constante evolución. No somos los mismos de hace unos días, ni tampoco seremos los mismos en unos años. La transformación y los cambios en nuestro cuerpo son evidentes y constantes; todos reconocemos lo que éramos y lo que somos hoy en día. Sabemos que existe una inteligencia en nuestro Ser, conectada a la fuente a través de la cual fluyen nuestras ideas, vibraciones, deseos, pensamientos.  Nuestra mente funciona como un filtro, dejando pasar por el tamiz de los patrones, aquellos pensamientos que coinciden con lo que creemos, y eliminando aquellos que generan alguna disonancia.  Ese filtro, funciona solo, sin nuestra directa intervención, y está integrado por nuestras propias creencias.  Para modificarlo o cambiarlo, necesitamos intervenirlo.

 

Por ejemplo, cuando dormimos, retiramos nuestro ego, nuestra historia personal de nuestra consciencia, y nos enlazamos con la fuente. Lo mismo puede suceder cuando hacemos una meditación intensa o poderosa. En el momento de despertar, podemos aprovechar la conexión con la fuente o la alta vibración que tenemos, para mantener pensamientos que nos ayuden a cambiar. Si somos capaces de reconocer lo que somos, y de mantener la vibración elevada a lo largo del día, podremos conectarnos exactamente con lo que queremos. Existen muchas maneras de hacer esto, pero no hay soluciones fáciles.

 

La instalación de los patrones tomo mucho tiempo, y en muchos casos fueron creencias heredadas de nuestros dioses o padres, o forman parte de la historia familiar. Removerlas o modificarlas, requiere esfuerzo y trabajo consciente para desenterrarlas e instalar la que necesitamos.  Podemos imaginarnos que nuestra mente es una colcha de retazos. Cada retazo es como una creencia instalada. Cambiar esa creencia consiste en descoser, cortar, colocar y volver a coser esa nueva creencia poderosa, llena de posibilidades.   O como una pared llena de cerámica. Tenemos que cambiar la pieza que necesitamos. Es importante, no dejar ese espacio vacío, porque en momentos de apremio, cuando menos lo esperamos, volverá a actuar la vieja creencia y se reinstalara con mayor fuerza.


CONCLUSIÓN


Tenemos el poder de cambiar nuestras creencias o juicios maestros, y somos capaces de desarrollar nuevos patrones más poderosos que pueden abrirnos nuevas posibilidades. Depende de nosotros hacer alcanzar esa meta.

 

Que pensarías si te dijera que puedes soltar todas esas creencias innecesarias y convertirte en un ser poderoso. Puedes abrirte a lo que te ofrece la realidad, tal cual es. Cuanto podrías sanar si eliminas de tu mente esas ilusiones de éxito o fracaso que has aprendido. Solo soltando, desapegándote de tu historia puedes mejorar rápidamente. ¿Qué te separa de tus deseos? Tan solo un pensamiento.

 


Puedes también darle sentido a tu vida eligiendo un camino, escogiendo aquello que verdaderamente te interesa. Si nos identificamos con lo que realmente somos, seres magníficos, fabulosos y poderosos, podremos elegir pensamientos positivos de amor, familia, riqueza, salud, paz, libertad, alegría, etc., e identificarnos con ellos. Le daremos preferencia, en nuestro sistema de percepción, de escoger aquello que se acerca a lo que nos interesa, dejando de prestarle atención a aquello que no está alineado con nuestros deseos. ¿Cuál es la consecuencia? Que podremos tener más de aquello que deseamos, y soltar aquello que no nos interesa.

 

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