COACHING ONTOLÓGICO: LADRON DE HACHAS

 

LADRON DE HACHAS.

"Un hombre perdió su hacha. Sospechaba del hijo de su vecino. Al observar su forma de caminar, le parecía que era la propia de un ladrón de hachas; su fisionomía, la de un ladrón de hachas; todos sus movimientos y gestos eran sin excepción los propios de un ladrón de hachas.

 

Al poco tiempo, el hombre fue a cavar al valle y se encontró su hacha. Al día siguiente, cuando volvió a ver al hijo de su vecino, ni uno solo de sus movimientos o gestos le parecieron los de un ladrón de hachas".

 

~ Liezi

 

 

Este pasaje del Maestro taoista Liezi ilustra nuestra forma de pensar.

 

El hombre perdió el hacha. Comienza a sospechar del hijo del vecino, y de acuerdo con sus pensamientos, todo le indica que él es responsable.

 

Tiempo después encuentra el hacha. A partir de ese momento, su forma de ver al hijo del vecino fue distinta.

 

¿Qué cambió?

 

La forma de interpretar la realidad.

 

Es magistral el juego que nos hace la mente. Nos obliga a mirar cosas que no existen. Vivimos en una ilusión constante, que los estudiados hindúes le llaman “Maya”.

 

Ahora bien, reflexionando, vivimos en una completa ilusión, en donde jugamos un papel fundamental como actores, productores y espectadores de la novela que hemos creado.  El problema no es la novela en sí, sino que afirmamos que es cierta.

 

Cuando entendemos que nada sucede realmente, y que lo que ocurre solo pasa en nuestra mente, entendemos que no hay razón para perder la paz.  Nuestro estado natural debe ser el sosiego, ya que representa el equilibrio de lo que apreciamos y percibimos.

 

Vemos el Yin y el Yang; la interacción constante de esas dos fuerzas complementarias y opuestas, genera cambios en la forma cómo interpretamos lo que sucede.  Si simplemente dejamos pasar esas Energias, sin tomar posición de ninguna de ellas, aceptando lo que ocurre y fluyendo en los intercambios, podremos vivir en equilibrio, lo cual se convierte en nuestro objetivo final.

 

La mente es sumamente poderosa, y nos ayuda a elevarnos hasta lo divino, o sumergirnos en lo profano.  Podemos conectar con los pensamientos de Dios si somos capaces de desacoplar las ideas profanas y limitadas.

 

Nada real puede ser amenazado, nos dice Un Curso de Milagros (UCDM).  ¿Qué es lo real? El Amor, la Paz, la Abundancia, la Prosperidad, la Alegría.  Esos son pensamientos reales que cambiamos por otros más restringidos que nos conducen al sufrimiento.

 

Finalmente, ser feliz y vivir en paz y armonía con lo que nos rodea es una decisión personal.  Puedes sufrir o ser feliz. Tienes libre albedrío.  De ti depende.

 

CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa.  Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, hacer mentoría y coaching, a individuos, emprendimientos y organizaciones.  Mi misión es ayudarte a evolucionar y progresar.  Mi interés es crecer contigo. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un regalo que nos damos mutuamente. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte, contáctame por francisco@cybernotas.com.

 

Si te interesa formarte en estas ideas de Coaching Bioenergético, estoy preparando un entrenamiento para aquellos que deseen aprender nuevas técnicas y herramientas.  Contáctame indicando tu interés.

 

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REALIDAD OBJETIVA -  VS - REALIDAD SUBJETIVA.

 

“El EGO no es otra cosa que idolatría, el símbolo de un yo limitado y separado, nacido en un cuerpo, condenado a sufrir y a que su vida acabe en la muerte.”

Lección 331 (12. 1. 1) UCDM.

 

El EGO es un constructo mental muy bien elaborado, resultado de un entramado de creencias que justifican su existencia.

 

El EGO crea una historia, y se la cree.  En esa historia se conectan todos aquellos pensamientos que justifican los patrones de conducta. Una persona es un grupo de creencias que actúan en conjunto, creando reacciones adecuadas a las circunstancias.

 

Para el EGO no existe la realidad, sino la ilusión en la que vive. La realidad es neutra. No es buena o mala. Simplemente es lo que es.  El EGO le da valor a esa realidad si lo beneficia, y la cuestiona si no le gusta.

 

De allí que tengamos dos escenarios, la realidad objetiva y la subjetiva. La objetiva es aquella que podemos ver deslastrándonos de los patrones que producen esa mirada. La subjetiva es la que interpretamos de acuerdo con lo que hemos aprendido.

 

“Nada de lo que veo significa nada”

Lección 1 UCDM.

 

El EGO asume diferentes roles de acuerdo con las situaciones que se presentan:

1.   El Mártir.  Él es responsable de todo lo que sucede. Asume la culpa por lo que ocurre, como consecuencia recibe un castigo bien merecido.  Es la persona que siempre está asumiendo responsabilidades que no le corresponden.

2.   La Victima. Es aquel personaje que no controla su destino. Todo lo controla a él.  No puede cambiar lo que sucede, porque la vida está en su contra, y esa conducta lo mantiene en situación de impotencia. Todo le pasa a él; nada puede resolver.

3.   El Salvador.  Este personaje se cree el dueño de la verdad del mundo, siempre trata de aconsejar lo que se debe hacer. Asume responsabilidades y compromisos que no le son propios, y sufre cuando las cosas no salen como él aconseja.

 

Buda decía: “El dolor es necesario, el sufrimiento es opcional”. Al EGO le encanta sufrir, pues ese es el mecanismo que emplea para mantener el control. De acuerdo con él, viniste a sufrir en esta existencia, y todo terminará con la muerte.  El sufrimiento no existe, lo mantienes activo en tu mente y te controla. Deja de padecer innecesariamente.  

 

“Le he dado a todo lo que veo, todo el significado que tiene para mí.”

Lección 2. UCDM.

 

Ahora bien, se preguntarán: 

¿Qué tiene esto que ver con el Coaching Bioenergético?

 

Es una excelente pregunta que podemos responder de la manera siguiente: Toda inquietud, quiebre, preocupación, molestia, etc., aparece cuando cuestionamos nuestras creencias. Cuando sucede algo que contrasta nuestra forma de ver el mundo, nos enfrentamos a un dilema, y a continuación nos preguntamos ¿Qué hacer?

 

Las creencias son aprendizajes repetidos que hemos verificado muchas veces y han mostrado coherencia en su interpretación. Cuando sucede algo que no funciona, tratamos de explicarlo con esos patrones.  Pero cuando sigue apareciendo el problema, nos vemos obligados a cambiar.

 

¿Qué es lo que necesitamos cambiar?

 

Nuestra interpretación o más bien la historia que nos hemos contado, que justifica la presencia de esos patrones.  Esas interpretaciones son aprendizajes que podemos cambiar, desaprendiendo e incorporando nuevas ideas que resuelvan la situación.

 

Dichos patrones crean una zona de confort que podemos ampliar con nuevas habilidades y competencias.

 

Si la realidad es neutra, no está ni en contra ni a favor nuestro. Todo lo contrario, está llena de oportunidades.  Depende de nosotros abrir la mirada para encontrar nuevas opciones.

 

Si lo que veo está limitado por el significado que le he otorgado, cambiándolo, puedo modificar lo que explica y generar condiciones que me permitan armar la realidad con una mayor amplitud.

 

Sin duda, se generarán nuevas explicaciones que me ayudarán a encontrar nuevas y mejores explicaciones para ampliar mis opciones.

 

La vida es un trayecto de experiencias.  Cada una de ellas deja una enseñanza que contrastamos con lo que aprendemos.

 

Conocer la realidad significa no ver al ego ni a sus pensamientos, sus obras o actos, sus leyes o creencias, sus sueños o esperanzas, así como tampoco los planes que tiene para su propia salvación y el precio que hay que pagar por creer en él.”

Lección 331 (12. 4. 1) UCDM.

 

El precio que pagas para mantener la historia que te cuentas es sufrimiento, resentimiento, negación, miedo, tristeza, etc.  Cuando separas lo que crees que eres, para convertirte en lo que verdaderamente eres, experimentas la expansión de todo tu ser.

 

La meditación y la contemplación ayudan a cuestionar nuestra historia. Sin duda, tenemos que ser valientes y atrevernos a hacerlo.  El acompañamiento con un coach bien entrenado, ayuda a crecer, permitiendo a cuestionar lo que nos limita.

 

Lo importante es no quedarse varado en limitaciones. Crece y conviértete en quien verdaderamente eres. Un ser poderoso, pleno, sano e íntegro, resplandeciente en el Amor.  Eso eres tú.

 

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COACHING BIOENERGÉTICO, EL KARMA Y EL DHARMA

 

EL KARMA Y EL DHARMA.

 

Karma es una palabra bastante manoseada, y se interpreta como que a toda acción le sigue una reacción.  Se ha tomado en una sola dirección, y se afirma que el Karma es aquello que te persigue cuando haces algo malo.

 

El Karma existe tanto en una dirección como en la otra.  De hecho, cuando afirmamos que a toda acción corresponde una reacción de la misma magnitud, pero en sentido contrario, también se conoce como la 3ra Ley de Newton, o Ley de Acción y Reacción.  Desde la mirada del Yin y el Yang, para todo Yin existe un Yang, que busca el equilibrio.

 

Decimos que son Karma aquellas acciones negativas que producen una respuesta negativa; Dharma las acciones positivas que producen reacciones positivas.

 

La vida está llena de Karma y Dharma.  Mientras más Dharma hacemos, mas bondades vamos a ver en nuestra vida. Lo contrario sucede con el Karma.

 

Ahora bien, ¿De qué depende que las acciones sean Karma o Dharma? Depende del nivel de consciencia.  Dicho nivel se modifica a lo largo del tiempo, por tanto, de la misma forma varían el tipo de decisiones que tomamos.

 

En el artículo https://coachingbioenergetico.blogspot.com/2023/12/coaching-tomando-buenas-decisiones.html,  escribí acerca de la Toma de Decisiones.  Y hubo un detalle que pasé por alto, y que tiene que ver con el nivel de consciencia que se tiene en un momento determinado.

 

Es posible que hoy debas tomar una decisión.  Es seguro que la misma va a ser consecuencia de todo lo que sabes hasta el momento, y será en el mejor interés de todos los involucrados.  Por lo tanto, cada decisión es única en cada momento, y no solo depende de tu capacidad de diferenciar, sino también de la preparación del momento.

 

Por ejemplo, si estudias arquitectura y te piden que hagas el diseño de una catedral para un trabajo, el diseño no será el mismo: si apenas estas comenzando la carrera, estas a punto de terminarla, tienes 10 años de experiencia, o eres un maestro de la arquitectura.  Los diseños serán probablemente muy diferentes. ¿Qué cambia? Tu nivel de preparación, tu madurez.

 

¿Es malo o bueno?  Ninguna de las dos opciones. Simplemente es.  Tomamos decisiones de acuerdo a la información que manejamos en un momento determinado. Ese conocimiento depende de la formación y de la madurez adquirida.

 

Como tal, ninguna decisión es buena o mala per se, sino es el resultado de las opciones que se consideran en un momento dado, donde por supuesto, entran en juego las emociones aprendidas, las cuales desempeñan un importante papel.

 

Ahora bien, ¿entonces deberíamos no tomar decisiones a la espera de estar mejor preparados en un futuro? La respuesta en No.  No tomar decisiones en un momento dado, es tomar una decisión. Ya sea esperar, o dejar que las cosas sigan su curso.

 

A esto también se le llama Inacción.  Nos dice Sesha en su libro El Sendero del Dharma, Pág. 41, “La Inacción corresponde a la actitud de negación que ostenta el sujeto a la hora de abordar su propia responsabilidad como ente vivo.”

 

Continua diciendo: “Negar el propio deber, la propia responsabilidad a expresarse en el mundo, a conocerlo y conocerse, limita la vida y convierte a quien la vive en menos que una simple piedra, pues el mineral cumple al menos con el propio deber de inmovilidad que la naturaleza le exige”

 

Y el Bhagavad Ghita nos dice: “No puede nadie, ni aun por un instante, permanecer en realidad inactivo porque irremediablemente le impelen a la acción las cualidades dimanantes de la naturaleza.”

 

Por lo tanto, las situaciones se van a dar ya sea por acción u omisión.  

 

La acción es lo que mueve el Universo. Este es un Sistema en transformación continua, donde la energía está continuamente cambiando de un estado a otro.  No podemos evitarlo.

 

Como seres vivos estamos obligados a actuar de una u otra forma en esta manifestación.  Es parte de la vida. Es la forma como el Yang se transforma en Yin y viceversa.

 

Las energías emocionales son parte fundamental de la toma de decisiones.  Las energías pueden ser muy sutiles o exageradamente densas.  De allí que toda transformación implique un intercambio de estados físicos de densos a sutiles y viceversa.

 

La vida está llena de decisiones.  Cada decisión genera otra, y así hasta el infinito.  A veces cuesta, entender que no estamos solos y que podemos buscar ayuda si estamos frente a una decisión que puede significar un cambio radical en nuestras vidas. Una transformación puede ser tan importante que nuestra existencia se vea modificada.  Estamos para escucharte.

 

CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa.  Trabajo en Desarrollo de Negocios hace más de 35 años.  Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, hacer mentoría y coaching, a individuos, emprendimientos y organizaciones.  Mi pasión es ayudarte a evolucionar y progresar.  De hecho, mi interés es crecer contigo. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un regalo que nos damos mutuamente. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y crees que puedo ayudarte, contáctame por francisco@coachingbioenergetico.com.

 

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DEL JUICIO AL HECHO HAY MUCHO TRECHO.

 

Haciendo un juego de palabras, traemos este tema: Del juicio al hecho hay mucho trecho.

 

¿Qué son los juicios?

 

¿Qué son los hechos?

 

¿En qué se diferencian?

 

Los juicios son pensamientos, ideas, creencias, patrones, conductas aprendidas, condicionamientos, programaciones, etc., que resultan de aprendizajes del pasado.  Estos juicios han sido validados, y se auto confirman, llevando al individuo a considerar que son certeras verdades.

 

Sin embargo, los juicios son válidos o inválidos, y dependen, por supuesto, de las condiciones en las cuales se aplican.  Por ejemplo, supongamos que Juan es un estudiante que ha llegado tarde en las primeras clases del día, resultado de algunas complicaciones que ha sufrido en relación al transporte. Si alguien me preguntara por la puntualidad de Juan, y yo dijera que llega siempre tarde, estaría haciendo un juicio sobre él, resultado de mis observaciones, sin tomar en cuenta para nada factores externos que lo han afectado.

 

En este caso mi opinión sobre Juan, es sesgada y limitada a la observación que de él he hecho.  De emitir un juicio acerca de su impuntualidad, estaría dejando por fuera otros factores.  Por ejemplo, si mi clase es a primera hora de la mañana, y él llega tarde, es muy posible, que las clases posteriores, sea sumamente puntual.  En ese caso, mi opinión en relación a esa conducta no tendría nada que ver con la opinión que tiene otro profesor en relación a la puntualidad de Juan.

 

Como vemos, cuando tenemos una opinión que se somete a prueba varias veces, y los resultados son parecidos o los mismos, la mente que busca de no hacer esfuerzos innecesarios, crea un patrón y define un comportamiento.  Independientemente de los esfuerzos que Juan haga por cambiar dicho comportamiento, es muy posible que mi juicio permanezca inalterable, lo cual sin duda alguna indica que no estoy valorando apropiadamente al otro.

 

En general los juicios están asociados a emociones. Por ejemplo:

 

Juicios	Emociones
Amenaza	Miedo
Pérdida	Tristeza
Injusticia	Rabia, Ira

 

La emoción fortalece y retroalimenta al juicio. Es por ello que juicio-emoción se asocian de forma tal que aparece una y automáticamente se activa la otra.  En general, cuando aparece alguna de estas emociones básicas podemos buscar cual es el juicio que está detrás.

 

Ahora bien, realmente algo nos amenaza, o “creemos” que nos amenaza. Por ejemplo, si me deja mi pareja es posible que sienta miedo, porque se activa la “amenaza” de quedarme solo.  Eso puede llevarme a conductas reactivas que me hagan a reaccionar ante eso que creo que me puede afectar de distintas maneras.  Por ejemplo, puedo aceptar humillarme o ser sumiso para evitar el rechazo o el abandono.  Es posible que eso no sirva de nada. Pero entonces, puede que comience una lucha de poder, con alguien que tiene la capacidad de activar esos sentimientos de inseguridad en mí.

 

Ahora, ¿quedarme solo es una amenaza?

 

¿No podré conseguir a otra persona que esté dispuesto/a a convivir conmigo?

 

¿Qué es lo que creo me amenaza?

 

Otro ejemplo: si siento que hablar en público es algo que hago mal, porque cuando era pequeño y me enfrenté a un escenario, y fue un desastre, es probable que sienta miedo subir a un teatro.

 

Es posible que en aquel momento no estuviera preparado, o no tomé en serio esa actuación, y en particular, me dolieron las burlas de mis compañeros.  Pero, ¿Eso será así siempre?

 

Es decir, ¿No podré hablar en público, como resultado de algo que pasó en mi infancia?

 

¿Qué pasa si me atrevo? ¿Estaré tan amenazado que puedo morir?

 

¿Me siento tan vulnerable, que subir las escaleras y hablar al micrófono será imposible?

 

Ahora bien, ¿Vemos que estas emociones que probablemente registramos en algún momento de nuestra vida, se convierten en juicios limitantes que generan conductas defensivas, debido al miedo resultado de la emoción activada?

 

Y hay muchas otras posibilidades, así como otras emociones.

 

Entonces, ¿por qué le damos tanta importancia al juicio? Sobre todo si tenemos el poder de cambiarlo.

 

¿Qué impide que cambiemos?

 

¿Qué nos limita?

 

En cambio, cuando hablamos de hechos o afirmaciones, podemos comprobarlos. En este caso, son enunciados que tienen que ver con situaciones que podemos validar y verificar, si son verdaderas o falsas.

 

Por ejemplo, puedo decir: el agua hierve a 100ºC. y lo puedo verificar en cualquier lugar del mundo, con un termómetro.  Cual sería mi juicio, decir por ejemplo, que el agua hierve cuando está caliente. ¿Qué quiero decir? ¿Qué significa caliente? ¿100ºC, 95ºC o 110ºC?

 

Mi juicio puede ser válido, pero no es verdadero. El hecho es verdadero y válido. Normalmente los juicios se hacen sobre los comportamientos de las personas, mientras que las afirmaciones sobre fenómenos que podemos medir. Por cierto, esto que acabo de escribir es un juicio.

 

Cuando hablamos con juicios, fundamentalmente expresamos opiniones, las cuales pueden ser válidas o inválidas. Cuando hablamos de hechos, son pruebas en relación a lo que ha sucedido.

 

¿Ven la diferencia?

 

La verdad es relativa, me dirán algunos. Otro me dirán, la historia la escriben los vencedores, y esa es su verdad. Por cierto, estos también son juicios.

 

Es posible que eso sea válido.

 

Sin embargo, cuando hablamos de verdades incontrovertibles, son resultados de pruebas que hemos hecho. Si regresamos con Juan, para decir que Juan es impuntual, tendríamos que tomar una muestra de todos los compromisos que Juan tiene para determinar si es impuntual o no.  Lo más probable es que tenga una distribución estadística alrededor de algún punto. En cuyo caso podremos decir, Juan tiene una puntualidad de X + σ, siendo X su tiempo de puntualidad y σ la variación del mismo.

 

Ahora, ¿Juan puede cambiar? Claro que puede hacerlo.

 

¿El agua puede dejar de hervir a 100ºC?  No, al menos en la Tierra.

 

Entonces, Juan puede cambiar su conducta, el agua no.  Hemos hecho un juicio en relación a Juan, cosa diferente al enunciado de que el agua hierve a una temperatura determinada.

 

¿Podemos cambiar nuestros juicios? Sin duda.

 

Como seres humanos podemos cambiar los juicios; tenemos el poder de desarrollar nuevas ideas o pensamientos poderosos que nos permiten superarnos a nosotros mismos.

 

Y en tu caso, ¿Qué juicios sientes que te limitan?

 

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VIVIENDO SIN JUICIOS.

 

Si entendiéramos la libertad que nos otorga deshacernos de todos los juicios que hacemos de forma constante, todo cambiaría.

 

La realidad es neutra.

 

Los únicos seres que interpretamos la realidad de forma peculiar somos nosotros, y eso proviene de nuestros aprendizajes.  Estos son específicos para cada individuo, por lo tanto, le dan una mirada única de la realidad, acorde con sus experiencias.

 

Es imposible entender lo que otro piensa, a menos que hayas vivido exactamente lo que él vivió, junto con todas sus experiencias.

 

Como eso no sucede, decimos, cada cabeza es un mundo, y cada juicio es exclusivo.

 

Cuando dejamos de juzgar, entendemos que somos parte de la experiencia de la Fuente o Inteligencia Universal.

 

Cada paso que damos tiene como objeto tener una vivencia específica de la Fuente.  Esa es la razón de estar aquí, vivir la experiencia.

 

Hemos aprendido a hacer juicios y además, a querer tener la razón. Tener la razón es imponer nuestra mirada particular a los demás, lo cual, se convierte en una falta de respeto con el otro, además de los innecesarios conflictos que genera.

 

Las creencias también definen mi zona de confort, ya que generan las fronteras que impiden ver las alternativas que existen, más allá de mis condicionamientos.

 

Cuando liberas tu mente de la necesidad de juzgar, o de imponer tu opinión, el mundo se abre ante ti, llenándote de posibilidades.

 

Inclusive, el juicio final es la liberación de todo juicio.

 

El juicio es el recuerdo del pasado.

 

Para poder juzgar debemos volver al pasado, porque el aprendizaje viene de allí. Si estamos en el presente, y soltamos lo demás, cuando aceptamos lo que sucede, y lo vivimos plenamente, no hay espacio para el juicio, pues todo es tal como debe ser.

 

Haz la prueba:

 

Solo por un día, por unas horas, deja de juzgar. Deja que todo suceda como debe suceder, y disfruta lo que pasa, sin emitir opinión. ¿Cómo te sientes? ¿Qué pasa cuando aceptas lo que sucede tal cual es?

 

Algunas ideas:

 

1.  Todos somos libres por derecho propio.

2.   Libera tu mente de juicios y opiniones.

3.   Cada quien es dueño su propia experiencia.

4.   Nuestros aprendizajes son particulares y únicos.

5.   Cada quien es libre de tomar sus propias decisiones.

6.   Suelta los juicios y contempla las posibilidades.

7.   Vive en el presente, en el aquí y el ahora.

 

 

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