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domingo, 9 de abril de 2023

COACHING ONTOLÓGICO - EL PERDÓN COMO HERRAMIENTA

 


EL PERDÓN COMO HERRAMIENTA DE CORRECCIÓN DE LA INTERPRETACIÓN EQUIVOCADA.

 

A veces no entendemos el significado del Perdón. Es una herramienta fabulosa para borrar aquellas interpretaciones erróneas que nos conducen a elaborar juicios equivocados, que limitan nuestra expansión.

 

Por ejemplo, cuando hacemos un juicio de valor sobre una persona, en función de lo que para nosotros representa dicha persona, no estamos siendo completamente transparentes. De hecho estamos encerrados en nuestro Ego, en nuestras propias limitaciones, y de acuerdo a cómo nosotros entendemos el mundo, estamos interpretando la persona que tenemos enfrente.

 

Cuando juzgamos equivocadamente, no estamos limitando al otro, sino, a nosotros mismos. Esto hace que entreguemos el control de nuestras respuestas y reacciones a la otra persona, y por lo tanto, inmediatamente nos convertimos en la victima de nuestros propios juicios.  Fijémonos en lo que significa este juego malévolo, juzgamos al otro, generamos una creencia errónea, y al final, somos nosotros quienes nos auto sancionamos y limitamos nuestras posibilidades, nunca es el otro.  Al final, nos condena nuestra propia interpretación.

 


Si entendemos que nuestra visión de la situación puede estar equivocada, o que es una particular interpretación que no se ajusta a la realidad, entonces abrimos un abanico de oportunidades, que nos permiten entender el comportamiento de la otra persona, y empoderarnos de la situación para liberarnos de la misma.

 

Por ejemplo, recuerdo que durante mucho tiempo juzgue duramente a alguien, por la forma como me sentí tratado, durante una relación cercana. Recientemente entendí, que la forma de tratarme no tenía nada que ver conmigo, sino con el miedo que tenía a que yo pudiera hacerle daño, aunque nunca tuviera la intención de hacerlo. Al darme cuenta de eso, solté mi interpretación y entendí que no era yo, y que además no podía hacer nada para resolverlo, ya que no dependía de mí, sino de sus propios miedos. Ahora que lo entiendo, fluyo en la situación, y acepto el aprendizaje con humildad.

 


Cuando eres capaz de soltar y empoderarte, puede tomar decisiones para generar nuevas posibilidades y respuestas que te ofrecen miles de generosas alternativas.

 

Ayer conversaba con un amigo, en relación al tema de culpar a nuestros padres por las situaciones que estamos atravesando, y de hecho se ha creado una corriente en esa dirección. Esto ha dado como resultado terapias y nuevos análisis en relación al tema de las relaciones familiares. No digo que no existan heridas de la infancia, pero si somos seres adultos y responsables, es nuestro trabajo liberarnos de esas heridas, ejecutando un trabajo interior. Nuestros padres hicieron lo mejor que pudieron, y lo hicieron desde el más profundo amor que nos tenían. Ellos también arrastraban sus propios demonios. El camino fácil es responsabilizar a mis padres de mis errores, pero eso limita mi capacidad de acción y de tomar decisiones. Si aprendí mal, en algún momento, es necesario corregirlo, y para eso hay muchas herramientas: terapias, coaching, desarrollo y crecimiento personal, etc.

 

No puedo, luego de 10, 20, 30 o 40 años, seguir culpando a mis padres por lo que me sucede. De hecho, ellos no son responsables. El único responsable soy Yo. Y en este momento, asumo el control de la situación y decido cambiar, porque me hace falta y es necesario, para generar más posibilidades y nuevas miradas. Además, honro a mis padres, por el inmenso amor y compromiso que tuvieron conmigo, al cuidarme y darme lo que ellos pensaron que fue lo mejor. Seguir adelante y mejorar continuamente es mi responsabilidad.

 


Y aquí conectamos con el Perdón, como ese elemento que permite corregir nuestra percepción o interpretación, y además, nos abre un mundo de posibilidades.

 

El Perdón es una herramienta poderosa, porque te permite entender que aquello que tú creíste que sucedió, realmente no sucedió.  Además, cuando lo enfocas desde las tres dimensiones del perdón:

A.   Te perdono …

B.   Te pido perdón …

C.   Me perdono …

Te permite soltar con liviandad. En mi experiencia, lo que más cuesta es perdonarte, ya que es ver hacia adentro y darte cuenta de tu error. Cuando lo consigues, tu evolución es muy poderosa.

 

Cuando puedes verlo claramente y liberar tus pensamientos limitantes, recibes un poder y una paz como nunca antes, ya que eres capaz de valorar la realidad tal como es. Cuando ciertamente entiendes que la realidad es neutra, y que el mundo no está ni a tu favor ni en tu contra, intuyes que debes aprender a fluir suavemente con lo que sucede, con sinceridad, simplicidad, serenidad y con independencia interior.

 

Si sientes que te hace falta una conversación para aprender a liberarte de esas cargas innecesarias, te ofrezco un espacio para conversar y entregarte las herramientas que necesitas para crecer y evolucionar.  De ti depende.

 

CONTACTO:

 

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jueves, 30 de marzo de 2023

COACHING ONTOLÓGICO - EL INÚTIL RESENTIMIENTO

 



COACHING ONTOLÓGICO

EL INÚTIL RESENTIMIENTO

 

¿Qué significa el resentimiento?

Resentimiento viene de Re-sentir, es decir, de volver a sentir algo. Cuando resentimos, regresamos a ese estado que generó la molestia en nosotros y lo recordamos inútilmente, trayéndolo al presente sin que ayude a resolver la situación.

 

¿Para qué sirve el resentimiento?

El resentimiento no es más que una excusa para mantenernos pegado a esa sensación de incomodidad y desagrado, que nos causó una situación determinada, con el cual fundamentalmente no hacemos nada. Tan solo retornamos con la intención de revivir un evento incomodo,  que justifica cómo nos sentimos.

 

¿El resentimiento nos coloca en el papel de víctima?

Por supuesto que sí. Cuando regresamos a ese sentimiento le damos poder al otro, y lo hacemos responsable del malestar que tenemos. No entendemos que los únicos responsables somos nosotros, y que nadie puede afectarnos, a menos que nosotros lo permitamos.

 

En ese caso, el papel de victima aparece, pues para la ella todo está fuera de su control. No puede hacer nada para resolver la situación. Por lo tanto, siente que no es responsable de lo que acontece, todo lo contrario, son los demás quienes le hacen algo.

 

¿Dónde se encuentra ese pensamiento o sentimiento de victima?

Está en nuestra mente. Somos nosotros quienes creamos ese papel. Nadie te hace nada. Tú lo haces todo. Tú eres quien permite o no, ser afectado por las acciones del otro. Tú eres quien le da al otro poder sobre tu vida, y restringe las posibles acciones que puedas tomar.

 

Cuando estas resentido, se genera un conjunto de emociones que afectan tu vida como la frustración, la rabia, el miedo, la culpa, la venganza, etc., las cuales actúan retroalimentando la molestia y la incomodidad, limitando tu paz interior.

 

Si no eres capaz de trabajar esa aflicción, y darte cuenta de que realmente nadie te hace nada, conforme sigas re-sintiendo traerás el recuerdo vívido de las situaciones a tu memoria, independientemente del tiempo transcurrido. Lo que es peor, afectaras tu cuerpo y tu mente, de forma que tarde o temprano esos pensamientos se convertirán en alguna dolencia o enfermedad.

 


Cuando tomas la decisión de cambiar, y decides borrar todos los resentimientos inútiles entiendes que:

1.   Lo que viviste fue una experiencia y como tal lo que pretende es generar un aprendizaje. Nada realmente te puede afectar, a menos que tú lo permitas. Ese permiso lo otorgas tú, cuando dejas que tu ego se sienta afectado, y busque responsables.

2.   Tienes la opción de vivir la experiencia y aprender, para luego soltar aquello que no necesitas.

3.   Tienes la opción de recordar, y re-sentir inútilmente la experiencia. Nada hará que eso ocurra de nuevo, exactamente en la forma en la que paso. Sea lo que sea que haya sucedido, lo que genera incomodidad, son tus ideas en relación a lo que sucedió y por qué te sucedió a ti.  Indudablemente, eso implica que tu ego está allí, manifestándose, haciéndote creer que eres alguien “especial” que merece un trato diferente, por lo cual, dicha experiencia, sea cual sea, te dejó un sabor amargo.

4.   Cuando te empeñas en querer controlar las situaciones, también aparece el resentimiento.  Nadie va a hacer lo que tú quieres, pretendes, o aquello que percibas es correcto o importante.  Cada uno tiene su propio proceso, y lo vive desde su propia interpretación.

5.   Cuando te empoderas con la experiencia, eres capaz de adueñarte de la situación y convertirte en el protagonista, es decir, en el dueño del camino de tu vida.

6.   Reconocer que tenemos que vivir experiencias, que están en sintonía con nuestro desarrollo y evolución, y con el camino que estamos recorriendo, nos ayuda a interpretar las situaciones apropiadamente.

 

¿Cómo podemos derrotar el resentimiento?

Para poder vencer a ese veneno que tenemos en nuestra mente, que genera incomodidad, y sobre todo que afecta nuestra paz, debemos aprender a perdonar.  Perdonar es entender que aquello que creemos que sucedió, realmente nunca pasó, y que lo que estamos observando es resultado de nuestra interpretación de la situación.

 

Haz la prueba de preguntarle a alguien por un evento que fue importante para ti, y compara su percepción con la tuya. Te darás cuenta de que cada interpretación es válida, pero diferente.

 

Aquí comienza el verdadero trabajo, porque lo primero que tenemos que aprender es a perdonarnos, ya que la mayoría de las veces nos hacemos responsables de aquello que vivimos. No es un trabajo fácil, cuando surgen en la mente conceptos como la culpa, el pecado, etc., que nos apartan de la posibilidad de disfrutar de un perdón infinito, con el mayor amor del mundo.

 

Cuando corregimos la interpretación de los hechos, nos damos cuenta de que nada paso realmente como lo recordamos, sino que fue resultado de una interpretación sesgada.  En ese momento, reconocemos que detrás de toda actuación existió una intención positiva, que buscaba de hacer el bien.

 

Muchas veces, las nuestras actuaciones y las de los demás, son afectadas por emociones que ni siquiera podemos controlar, como el miedo, la rabia, la tristeza, ira, preocupación, obsesión, frustración, culpa, venganza, etc.  Por lo tanto, ¿Qué podemos esperar cuando actúas sesgado por ese tipo de emociones?

 


A veces es tan fácil de entender, que resulta difícil de aceptar.  Tan solo cambiar nuestra percepción de la situación, nos hará libres.  Imagina el grado de libertad que tendrías, si puedes disponer de todas tus energías y capacidades para crear verdaderamente, en lugar de dedicarte a rumear tus desesperanzas. ¿Qué te hace falta para alcanzar ese estado? Simplemente perdonar.

 

Cuando te perdonas a ti mismo, demuestras el inmenso y poderoso amor de Dios que hay en ti.

 

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