ORGANIZACIONES INTELIGENTES. PARTE 2.
Organizaciones que necesitan Aprender a Aprender.
“La distancia entre el número uno y el número dos, es siempre una
constante. Si quieres mejorar la organización, debes mejorar tu, y la
organización crecerá contigo.”
Indra Nooyi, CEO de Pepsi Co.
“El
talento es la prioridad número uno para un CEO. Puedes pensar que se trata de
tener una visión y una estrategia, pero antes debes tener a la gente correcta.”
Andrea Jung, CEO de Avon Products, Inc.
“Mi mayor error es probablemente priorizar el talento por sobre su
personalidad. Creo que importa si alguien tiene o no un buen corazón.”
Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX
Definitivamente esta es una cita
lapidaria de uno de los mayores disruptores del mundo de los negocios, como lo
es Elon Musk. Desde su posición, Musk se
ha convertido en un innovador, en un desarrollador de proyectos que antes
parecían imposibles y hace gala de un poderoso sentido común. Sin duda es un
líder que hace posible todo aquello que sus anteriores competidores creyeron
que era imposible. Es muestra de lo que es la nueva generación a
cargo de los negocios, una forma de trabajar innovadora, con capacidad de atraer
los mejores talentos para convertir ese sueño personal en uno colectivo y
alcanzar sus metas. Puede o no estar
usted de acuerdo con lo que acabo de decir, sin embargo, tomar en cuenta la
personalidad del empleado, simplemente es un tema revolucionario.
En los años 50 se veía a la mano de
obra como un recurso. Se valoraba al
capital por encima del trabajador. Hoy en día el trabajador es el valor más
importante de la empresa, ya que es gracias a él que se hacen posibles las
transformaciones. Sin su intervención, sin su inteligencia sería imposible,
todo lo que estamos viendo.
Desde la idea de Henry Ford de la
cadena de montaje, hasta la automatización de procesos, ha habido muchísimos
cambios en el manejo y la concepción de un negocio. Antes la mano de obra tenia
un fuerte enfoque físico, pero la irrupción de la automatización cambio la historia;
ahora es fundamental el uso de la inteligencia y el sentido común, en el manejo
del negocio. El trabajo de equipo, con líderes capaces de generar integración, es
un tema sumamente importante. Las exigentes estrategias y metas de las
empresas, solo se pueden alcanzar integrando todos los recursos disponibles de
la organización.
Nos surge una pregunta: ¿Cómo hacemos
para que esto suceda? ¿Cómo alinear los equipos? ¿Cómo podemos desarrollar mejores
líderes?
Estos objetivos los alcanzamos cuando
las organizaciones se convierten en verdaderos centros de aprendizaje, y
evolucionan de forma que la experiencia sea transmitida con facilidad a través
de la organización. En el futuro, ese entrenamiento será más importante que lo
que pueda ofrecer instituciones formativas. La educación a través de la
experiencia desarrollara y ampliara los recursos disponibles para alcanzar las
metas establecidas. Ahora, es necesario desarrollar
las herramientas que permitan la transmisión apropiada del conocimiento.
La Academia debe ajustarse, debe acoplarse
a las necesidades de la sociedad. Esa exigencia se viene realizando desde hace
ya bastante tiempo. Hoy en día vemos
novedosas soluciones de educación a distancia, virtualidad, clases gratuitas, infinidad
de cursos, etc. ¿Qué están diciendo estos fenómenos al viejo modelo de la Academia?
Que es necesario un cambio; es importante adaptarse, automatizarse, abrirse
cada vez más a un mayor público, debe ajustarse las ofertas de carreras y
hacerlas en menos tiempo; deben ofrecerse soluciones accesibles a la capacidad
de los consumidores, etc. Se acabaron aquellos tiempos en donde teníamos estructuras
improductivas e ineficientes, amparadas bajo la idea de centros de educación de
alto nivel. O cambian o desaparecen. Es imprescindible buscar mecanismos de
cooperación que permitan financiar el desarrollo y la evolución de esos Centros
de Estudio. Asimismo, es conveniente generar los cambios organizativos
adecuados para ajustarlos a las necesidades actuales. Veamos que ha sucedido en
nuestro país con instituciones como la UCV, con la USB y demás universidades
venezolanas. Sobre todo, ante la crisis generada por la Pandemia, han sido
incapaces de responder a las demandas, exigencias y necesidades de la sociedad.
Podemos decir en parte, que es resultado de la situación sociopolítica, sin
duda alguna tiene que ver, pero también, que sus dirigentes no han apostado por
el cambio, lo cual ha hecho que se hayan quedado a la espera de soluciones
fuera de su alcance. Y ¿qué decir de la investigación? Pues esta tendrá que ser
asumida por el estado, en cooperación con las universidades y empresas, que
necesitan de estos desarrollos a futuro. Para alcanzar este tipo de respuestas,
habrá que buscar un acuerdo social que genere las soluciones necesarias. Por
ejemplo, IBM es uno de los generadores de patentes más importantes, debido a la
cantidad de recursos que invierten en la investigación. Otro ejemplo, son las
empresas farmacéuticas.
Es necesario crear una simbiosis entre
la educación y las organizaciones. Y esto tiene que ver con la nueva tendencia
de organizaciones inteligentes. Aquellas que nos estén dispuestas a invertir en
el aprendizaje, simplemente están condenadas a desaparecer. Pueden tener un
producto, vender por un tiempo; pero tarde o temprano les tocara salir del
mercado al volverse obsoletas. Sin duda alguna, esto exige una visión más
amplia que aquella a la que nos tenían acostumbrados los dirigentes de los
distintos gremios que intervienen en este tema. Es necesario el cambio, crear
organizaciones que aprendan, y yendo más allá, es imperioso crear sociedades
inteligentes con capacidad de aprender y de re-crearse o auto-inventarse
constantemente.
El desarrollo de tecnología aplicada,
a las necesidades de la sociedad o los usuarios será consecuencia de una
triada, formada por la Academia, el Estado y las Empresas. En estas sociedades
inteligentes, las empresas invertirán porque necesitan del aprendizaje, para
crear ventajas competitivas. Para lograr
el cambio en el modelo directivo, necesitan generar un modelo de aprendizaje,
que garantice nuevas herramientas para el desarrollo de tecnología y
aplicaciones, de las cuales se beneficiarían todos. La Academia necesita apoyar
el desarrollo de la sociedad a través de las herramientas que posee, abrirse a
las nuevas posibilidades del mercado.
Ciertamente, habrá parcelas de conocimiento que estarán específicamente
bajo la tutela de la Academia, como por ejemplo las ciencias básicas, pero las
aplicaciones pueden ser financiadas a través de convenios con el sector privado
y público de la economía. Asimismo, los Centros de Estudio deben buscar un
presupuesto sustentable, generando posibilidades en un mercado hispanoamericano
cada vez más grande, lo cual, sin duda alguna, entregará beneficios que pueden
ser reinvertidos en mejorar la infraestructura servicios. Hay en este momento mucha demanda de soporte
educativo, y quien sino la academia, puede ser parte de este proceso de
crecimiento. Es urgente disponer de
talento humano bien formado, con las habilidades y competencias necesarias para
las exigencias actuales.
De la misma forma que las empresas han
aplanado sus estructuras, todas las demás organizaciones, si quieren permanecer
y justificar su existencia a través del servicio, deben imitarlas y convertirse
en organizaciones eficientes y eficaces orientadas al logro de los objetivos
planteados. Por supuesto esto implica el replanteamiento de las posiciones de
trabajo con el objeto de alcanzar las metas esperadas.
El consumidor será cada vez más consciente
de lo que quiere. Y por supuesto, exigirá más por su dinero. Es necesario un
cambio de mentalidad, sobre todo de aquellos gobiernos que se convierten en pésimos
empresarios, que lo único que consiguen es destruir valor que pertenece a todos
los ciudadanos. La peor solución es el
gobierno empresario, que considera que todo le pertenece, sin entender que el
único dueño de las riquezas del país son todos sus ciudadanos. Bajo la excusa
de la repartición de la riqueza, se apoderan de recursos productivos del país,
convirtiéndolos en desechos de lo que pudieron ser. Una vez un amigo me dijo
que era imposible quebrar una empresa petrolera. Hoy día, tal como lo demuestra
Aramco, la empresa petrolera de Arabia Saudita, la mejor empresa es una
petrolera bien manejada. La segunda mejor inversión es una empresa petrolera
mal manejada. Pero hemos visto con sorpresa como han quebrado una de las
empresas emblemáticas de Venezuela, reduciendo su capacidad a menos de un 10%
de lo que era hace 20 años. Creo que mi amigo, nunca se paseó por esa
posibilidad. Y puedo preguntar, ¿quién
responde a los accionistas que somos todos los venezolanos? La respuesta simple
es: Nadie. PDVSA es apenas una de las
organizaciones que debe cambiar. ¿Qué ha
pasado con esas empresas? ¿Quiénes la dirigen? ¿Qué pueden hacer para mejorar?
La mala noticia es que en estos momentos si siguen como van, no pueden hacer
nada. La buena noticia es que hay muchas posibilidades de hacer crecer dichas
empresas, con buena voluntad y un verdadero cambio gerencial, que garantice que
los mejores talentos se van a hacer cargo. Y talento es lo que sobra en este
país.
Y este tema tiene muchas aristas
¿Quién defiende al consumidor? ¿Quién le permite obtener la mejor relación
precio/valor en cuanto a servicios? ¿Quién garantiza el cumplimiento de las
normas? ¿Quién garantiza que se van a cumplir las expectativas del cliente? Mientras
sigamos en este esquema de empresas públicas, pues simplemente nadie. El
consumidor en este caso siempre será el más afectado. El Estado no va a tomar
medidas contra CANTV, por no resolver las fallas que tiene desde hace tanto
tiempo. Tampoco contra Corpoelec como consecuencia del pésimo servicio
eléctrico. Ni van a detener a los gerentes del Metro de Caracas por no cumplir
con las mínimas normas de seguridad y servicio. Obviamente eso no va a suceder.
Ahora, pregúntese usted, ¿qué pasaría si CANTV, Corpoelec, Metro de Caracas,
PDVSA, etc., fuesen empresas privadas? ¿Tendría usted derechos? ¿Podría usted
ejercerlos? Definitivamente hace falta un cambio de modelo mental, para poder
avanzar.
PREGUNTAS:
¿Cómo es en tu organización la preocupación
por la formación del talento humano?
¿Cómo es la interacción con la
Academia, si es que existe?
¿Qué otras posibilidades de interrelación
podrían alcanzarse entre el Estado, la Academia y las Organizaciones?
Me gustaría leer algunas de tus ideas.
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