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viernes, 27 de octubre de 2023

LA INTERPRETACIÓN ERRÓNEA

 



LA INTERPRETACIÓN ERRÓNEA.

 

Los hechos simplemente suceden. Las interacciones, choques, intercambios de energía se dan en el Universo de forma continua.  Son parte de la realidad.

 

Sin embargo, la interpretación de lo que sucede es muy particular, y tiene que ver con la forma como hemos entendido la vida.

 

Vivimos en una matrix o en una obra de teatro, en donde somos actores que representamos diversos papeles, en los cuales nos creemos o contamos historias.  Estas historias tiene que ver con la forma como entendemos el mundo, o con el modelo de realidad que hemos creado.  Es por esa razón que entendemos la vida de forma tan particular.

 


Por otro lado, creemos la historia que nos contamos, todo lo que sucede en ella, confirma la forma como entendemos el mundo, sin que esto signifique que esa interpretación es correcta. Solo estamos explicando lo que vemos de la forma como pensamos que debe ser, no de la manera que realmente es.

 

Esto conduce a que muchas de nuestras interpretaciones sean completamente parcializadas, es decir, estén apegadas a juicios, creencias, pensamientos, condicionamientos, patrones, etc., que hemos aprendido. Y no solo eso, sino que, como todo lo que pensamos se convierte automáticamente en verdad, todos esos pensamientos se confirman, afirmando que la vida es como la entendemos. En ningún caso, significa que nuestros pensamientos son ciertos, sino simplemente, una forma de analizar lo que sucede.

 

Al finalizar la obra de teatro, entendemos que no pasó nada. Simplemente estábamos transitando una ilusión, que nos hacía pensar que había buenos y malos en la obra, que generaban en nosotros emociones encontradas.  Al finalizar la obra, vemos que todo sigue igual, a pesar de que sigamos manteniendo dentro de nosotros esas emociones.

 

Eso también sucede cuando nos empeñamos en mantener nuestra emocionalidad activa, sin comprender que nada de lo que pensamos que sucedió realmente sucedió. Cuando afrontamos ese hecho, somos capaces de pasar la página, y seguir adelante con nuestra vida, tratando de llevar una vida plena, en paz con nosotros mismos.

 

Una de las herramientas que utilizamos para resolver esos conflictos es el perdón, y una herramienta más poderosa aún, es la expiación.  Tratemos de explicarlas.

 

El perdón consiste en intuir que aquello que suponemos que ocurrió realmente no pasó tal como lo entendimos.  Visto de otra manera, lo que creemos que nos hizo daño fue una interpretación particular de nuestra realidad, que realmente nunca ocurrió.  Desde el punto de vista de la ontología del lenguaje decimos:

1.   Te perdono.

2.   Te pido perdón.

3.   Me perdono.

 

Esos tres elementos encierran un amplio espectro de interpretaciones. Te perdono, porque lo que creí que habías hecho, fue solo mi mirada personal.  Te pido perdón, porque lo que hice o la respuesta que recibí, ante lo que sentí que sucedía fue resultado de mi forma de ver el mundo.  Me perdono, porque realmente no he hecho nada, soy un ser en paz, cuyas reacciones son resultado de mi manera particular de entender la vida.

 


La expiación es aún más poderosa, y encierra una enseñanza más amplia. El mecanismo de la expiación dice que nada de lo que creemos que sucedió en nuestra vida fue tal como lo interpretamos. Todo lo que sucede está bien.  Sin darnos cuenta, atraemos aquello en lo cual vibramos, es decir, resonamos con aquellos que vibran en nuestra frecuencia. Eso hace que atraigamos hacia nosotros situaciones, que vienen a enseñarnos aquello que estamos deseando o necesitando aprender.

 

Todo lo que ocurre es porque lo hemos atraído de alguna forma.  Nuestra experiencia en esta dimensión, tiene que ver con aquellos aprendizajes que queremos vivir para poder evolucionar como seres humanos.  Si eso es así, cada situación que acontece en nuestra vida es justo aquello que necesitamos para desarrollarnos. Por lo tanto, no existe nada que perdonar, ya que todo ha sido creado a la perfección para generar nuestro aprendizaje.

 

Resulta complicado entenderlo. Ciertamente. Quizás una de las conclusiones más importantes es que lo que sucede, no es resultado de la causalidad, sino de la casualidad, en un sentido más amplio.  Es decir, todo se produce porque existe una sincronía perfecta en el Universo, que genera todos aquellos eventos que necesitamos experimentar.  Ocurren unos tras otros, sin darnos cuenta de estamos creando nuestra realidad.

 

No podemos buscar el origen de los que pasa en situaciones que ocurrieron hace poco, hace breves instantes de tiempo. Es posible que estos hechos se iniciaran desde hace mucho más tiempo, y estemos oscilando en frecuencias que nos llevan justamente al presente que estamos viviendo hoy día.  Finalmente, esto nos lleva a concluir, que si queremos algo diferente, tenemos que empezar a vibrar de forma distinta, ya que todo aquello que pensamos, aquello en lo que resonamos, lo estamos creando.

 

La causalidad es un concepto tomado de la mecánica clásica.  Nuestro pensamiento colectivo adopta formas de ver la realidad acordes con el nivel del razonamiento del momento. Un ejemplo de esto es la causalidad, resultado de la Ley de Acción y Reacción, o 3ra Ley de Newton.  Sin duda, el pensamiento colectivo ha sido impactado por esta Ley, de donde asumimos que todo sucede por una razón, que tiene que ver con alguna acción pasada. Involucramos acción y tiempo, independiente del observador.  También se le conoce como la ley del Karma.  Pero, nuestra interconexión con otros seres es realmente tan intrincada, que posiblemente lo que nos ocurre en este momento, tiene que ver con lo que sucede del otro lado del Universo, aunque queramos identificar con algo que creemos está frente a nosotros.  Realmente no sabemos cómo ocurre lo que sucede; solo vemos los resultados. Las interacciones y posibilidades son infinitas.

 

Otra mirada nos la entrega Carl Jung, quien propuso la idea de la sincronía, que tiene que ver con la forma como se producen las cosas, y nos explicaba que todo sucedía, porque existe una conexión de los sucesos en el espacio-tiempo, además, y aquí la innovación, que también depende de los estados subjetivos (psíquicos) del observador u observadores.  En este caso, lo que acontece tiene que ver no solo con la realidad física, sino también con la dimensión de la psique del observador en ese momento.  Es una interpretación desafiante a lo que conocemos de Newton, muy de la mano de la mecánica cuántica, que nos indica que el observador tiene el poder de cambiar la realidad.  Si eso es así, somos capaces de crear y cambiar lo que estamos viviendo justo ahora.

 

El tiempo absoluto tomado como otro concepto clásico.  Algunos entienden el tiempo como algo ajeno a sí mismos, como incontrolable. Sin embargo nosotros somos el tiempo. De hecho, el tiempo no existe. Es un constructo mental creado para medir el cambio.  Y para hacerlo tomamos fenómenos de referencia, tales como la rotación de la tierra o la distancia a otros astros. El espacio-tiempo, define el presente. Solo existimos en el aquí y el ahora. No existe otro momento.  Por tanto, todo aquello que recordamos solo existe en nuestra mente, al igual que todo aquello que imaginamos. ¿Puedes moverte entre líneas de tiempo? Probablemente sí.  Eso implica que puedes cambiar la realidad que miras, si cambias tu manera de pensar, con lo cual estarías afectando al tiempo, y la forma como lo ves.  Ampliando la manera de ver lo que sucede, generamos más posibilidades de crear otra realidad.

 

Y no olvidemos de las emociones involucradas.  Nada de lo que sucede fuera de ti puede hacerte daño. Lo único que puede hacerte daño son tus propios pensamientos.  Eso significa que es aquello que pensamos o creemos, lo que realmente nos afecta. No lo que realmente ocurre.  Sentimos que lo que nos amenaza, nos parece injusto, nos genera tristeza, asco, repulsión, vergüenza, culpa, frustración, etc., esta generado desde afuera, cuando realmente lo percibimos desde adentro.  Nadie siente nada de lo que tú sientes, ya solo puedes sentirlo tú mismo, que eres quien lo está creando.  La otra parte ni siquiera se entera. Por tanto, esa amenaza, esas emociones, esa rabia, tristeza, depresión, culpa, emoción, solo existe en tu cabeza, no en la del otro. Como dice Buda, cuando quieres hacerle daño al otro, al único a quién se los haces, es a ti mismo.

 


Entonces, esas emociones que sentimos, vivimos, disfrutamos, son resultado de nuestros pensamientos y de cómo interpretamos la realidad. Tanto si son agradables como si no. Tanto si nos empoderan como si no lo hacen.  Podemos cambiar nuestra percepción y sensación de lo que acontece, si entendemos el significado de nuestros pensamientos o juicios, y les damos la interpretación apropiada. Nos ayudaría soltar emociones que tenemos que alimentar constantemente para mantener activas.  Y ese consumo energético, tarde o temprano, afectará nuestro cuerpo, simplemente, porque las emociones consumen parte de la energía que mantenernos con la salud y el bienestar apropiado.

 

Podemos preguntarnos: ¿Cómo hacemos? ¿Cómo podemos cambiar nuestro estado emocional a uno más amplio y con más posibilidades? Existen varias maneras, individuales y colectivas. Una de las más sencillas que puedo recomendar, es tener una conversación estructurada con un coach que pueda ofrecerte su mirada de lo que estás viviendo, y entregarte herramientas para que te hagas cargo de tu propia situación. Esto generará en ti el poder de cambiar, y de hacerlo a la velocidad que te parezca adecuada.  La responsabilidad del cambio está en tus manos; solo depende de ti.

 


¿Qué esperas?

 

CONTACTO:

 

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sábado, 1 de abril de 2023

LIFE COACHING - VIVIENDO EN SINCRONÍA

 



LIFE COACHING

VIVIENDO EN SINCRONÍA.

 

El Ser humano es parte fundamental de la Naturaleza. Razón por la cual debería vivir en Sincronía con todo lo que le rodea. Pero, ¿Qué significa vivir en sincronía?

 

Los taoístas, precursores de una filosofía de vida apegada a los principios naturales, nos aconsejan vivir acorde con los ciclos y variaciones de nuestro entorno. Si pusiéramos eso en práctica, entenderíamos que vivimos entre el cielo y la tierra, y que nuestro trabajo es buscar el balance entre esas dos enormes fuerzas o energías que determinan la vida sobre este planeta.

 

Por ejemplo, los cambios de estación traen consigo nuevas y poderosas energías que interactúan y nos afectan, y muchas veces no somos capaces de entender esos cambios. Lo que nos rodea nos indica, por ejemplo, la primavera como la energía de la renovación, el verano como el florecimiento, el otoño como la energía del recogerse, y el invierno como el renacer.  Cada una de ellas, durante esos espacios muestra diferentes formas, tanto por la actividad del cielo como por la actividad de la Tierra.  Según las ideas taoístas, el cielo es lo creativo, es donde todo se genera. La tierra es lo receptivo, es donde todo se crea. La interacción entre el cielo y la tierra produce el mundo de diez mil seres y más.

 

En Venezuela, país tropical, existen fundamentalmente dos estaciones climáticas, verano e invierno, con una duración aproximada de seis (6) meses cada una, con fuertes y poderosas energías que hacen de esta área de la Tierra propicia para otro tipo de cultivo y de forma de vida. Lo cual nos permite aprovechar y estar más con en contacto con nuestro medio ambiente.  Esto no significa que las otras energías no estén presentes, pero su forma de actuar es diferente.

 


Si queremos estar en sincronía con las energías que se mueven en el entorno, debemos estar pendiente de lo siguiente:

1.   Alimentación Sana, con las frutas y vegetales de cada estación. Cada estación nos entrega los vegetales apropiados para que podamos alimentarnos y permitir así, que esa energía natural fluya por nuestro cuerpo.  Eliminar en lo posible los alimentos excesivamente procesados que producen pesadez y flema en nuestro cuerpo.  Recordemos que todo aquello que nuestro cuerpo no procesa lo convierte en flema.

2.   Descanso apropiado dependiendo de la estación. A veces necesitas acostarte al anochecer y despertar con el amanecer para llenarte de la energía del ambiente. Disfrutar los periodos intensos de Sol y de Luna, que son los periodos más yang del mes.

3.   Ejercicio consciente.  Es conveniente moverse todos los días. Nada de quedarse sedentario en casa. Necesitamos estar activos, flexibles, ejercitarnos, para poder movilizar y permitir que fluya la energía. Desde ejercicios suaves como una caminata, a ejercicios más violentos, acorde con tus necesidades y costumbres.

4.   Manejo de las emociones manteniendo una actitud diáfana.  Evitar que las energías intensas nos afecten. Evitar los extremos. Mantener un estado de Paz y Amor constante.

5.   Espacios de reflexión o meditación. Para activar la respiración consciente y permitir conectarnos con nuestro espíritu y con las energías que fluyen por nuestro cuerpo. Reconocer los canales y centros de energía del cuerpo.

 

Haz espacio en tu vida para conectarte con la Naturaleza.  Si puedes dar un paseo a un entorno natural que renueve la energía de tu cuerpo.  Abraza un árbol, camina descalzo, báñate en la playa, etc.  Todos esos elementos te permiten volver a tu origen.

 

Mantener un buen estado de Salud es nuestra responsabilidad. Nadie puede hacerse responsable por cómo nos sentimos, o lo que hacemos con nuestra vida. Asumamos el control de nuestra vida, comprometiéndonos con nuestro estado de salud.  Sabemos qué es lo que nos hace daño y qué nos ayuda a sentirnos mejor. De nosotros depende.

 

Recordemos que la Organización Mundial de la Salud, dice que la Salud es un estado de bienestar físico-psico-social-emocional-espiritual.  Debemos ser capaces de buscar el balance necesario en todos esos dominios.  Evitemos convertir nuestros desequilibrios en enfermedades o afecciones innecesarias. Como dice Carolyne Miss en su libro la Anatomía del Espíritu: “La biografía se convierte en biología.”

 


Es tan poderoso el efecto de nuestros pensamientos y emociones, que el descontrol que ellos ejercen en nuestro cuerpo nos afecta, generando desequilibrios y con ello patologías diferentes, dependiendo de nuestra constitución física y de nuestras diátesis. De allí la importancia de tener un cuidado enorme en lo que pensamos y en como eso nos afecta.

 

Finalmente, si vivimos en sincronía con lo que nos rodea, y entendemos que la vida no es como nos la han pintado, sino mucho más sencilla, y que lo que necesitamos es vivir en paz, amor y alegría, tendremos una vida más plena y llena de significado para crecer y ser felices, el tiempo que tengamos que permanecer en esta dimensión.

 

PREGUNTAS:

1.   ¿Mantienes una actividad física constante?

2.   ¿Eres capaz de conectarte con lo más profundo de tu Ser?

3.   ¿Qué te impide hacerte cargo de tu propia salud?

 

CONTACTO:

 

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