BIENESTAR, DISFRUTE Y FACILIDAD.
En estos días,
mientras hacia mi caminata matutina, dentro de esas ricas reflexiones que
aparecen en el caminar y disfrutando lo que haces, se me ocurrió pensar: ¿Que
hago aquí? ¿Para qué estoy aquí? Y de repente tuve una idea. Me dije: estoy
aquí para vivir en bienestar, disfrute y facilidad.
¿Qué significa
eso? Inmediatamente lo colgué en el estado de Instagram y a varias personas les
hizo sentido. Pero luego pensé, que significa cada una de esas palabras:
Bienestar, Disfrute y Facilidad. ¿Cómo hago para darle sentido? Y de eso me he ocupado a lo largo de esta
semana.
¿Qué es para ti el bienestar?
Luego de pensar
y reflexionar, me he di cuenta que relaciono el bienestar con el equilibrio. Es
parte de la definición de bienestar, que es más o menos equivalente a la que hemos
dado de salud. Podemos decir entonces
que bienestar es vivir con salud, en equilibrio en todas nuestras dimensiones,
entendiendo por dimensiones las siguientes:
1. Física.
2. Emocional.
3. Mental
4. Espiritual.
Por tanto, el
bienestar no solo tiene que ver con nuestra parte física, sino que incluye todo
lo demás que somos. Es como entender que
tiene un alcance mucho mayor de lo que hemos hablado en la dimensión física.
FÍSICA:
Vamos
rápidamente a dar un paseo por aquellas necesidades físicas de bienestar. Tiene
que ver con ser responsables con nuestro cuerpo, los alimentos, la respiración,
los ejercicios, el manejo de nuestra energía.
Sentir al cuerpo para entender qué nos está pidiendo y cómo debemos
respetarlo. De modo que cuando exista algo que nos hace sentir mal, que seamos
capaces de evitarlo. Evitemos contaminar nuestro cuerpo con sustancias toxicas
que pueden perjudicarnos innecesariamente. Llámese alcohol, cigarro, drogas,
medicinas, exceso de azúcar o alimentos ultra procesados, etc. Todo aquello que
ingerimos, respiramos, absorbemos, etc., tienen que ver con elementos que
pueden beneficiarnos o perjudicarnos, depende de nosotros.
Aquí también interviene
el amor propio, es decir, cuidarse uno mismo, tanto como lo harías con los demás. Inclusive,
si sentimos un malestar buscar la forma de atender esa urgencia a la brevedad,
porque lo único que nos va a acompañar a lo largo de nuestra vida es nuestro
cuerpo. Es el vehículo que debemos
cuidar, proteger y mantener para que sea el portador de nuestro Ser.
EMOCIONES:
Luego de nuestra
parte física existe también nuestra parte emocional. ¿Cómo manejamos nuestras
emociones? ¿Cómo interpretamos lo que nos sucede? ¿Cómo permitimos que nos
afecte? ¿Cómo enfrentamos las emociones básicas como el miedo, la tristeza, la
rabia, el amor y la alegría? ¿Qué pasa con las emociones compuestas que también
nos afectan? ¿Qué hacemos con aquellos
que pretenden llenarnos de emociones toxicas y nocivas? ¿Tenemos suficiente
madurez emocional como para decir NO cuando es necesario? ¿O para entender que
cada uno tiene su propio proceso y debe vivirlo a su manera y entender?
MENTAL:
No podemos
olvidar la parte mental que tiene que ver con nuestros pensamientos. Lo que
pensamos nos afecta. De alguna forma, tarde o temprano se convierte en realidad.
¿Cómo podemos alimentar pensamientos positivos? ¿Podemos trabajar con
afirmaciones que nos permitan orientar nuestra mirada hacia cosas que realmente
nos interesen? ¿Cómo manejamos nuestras afirmaciones, lo que queremos, incluso
lo que deseamos? Los pensamientos crean realidades muy sutiles, que de acuerdo
con la energía que les vamos dando, pueden convertirse en realidades concretas.
¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos manejarlos? ¿Cómo podemos cambiarlos?
ESPIRITUAL:
Y por supuesto,
nos queda la parte espiritual que nos hace ver más allá de nuestras propias
narices. Entender que somos SERES ETERNOS, que venimos a vivir una experiencia
y a aprender. Que Todos somos Uno, y que no hay diferencias entre nosotros. Que
somos seres Espirituales viviendo una experiencia física. Estamos aquí para
llenarnos de ella, atravesar nuestros compromisos, aprender, experimentar,
sentir y luego regresar al origen con ese maletín cargado de nuevos
aprendizajes. ¿Cómo nos conectamos con
esa parte espiritual que está en nuestro interior? ¿Cómo podemos permanecer
conectados con la Fuente? ¿Cómo podemos aprovechar todo lo que esa riqueza de
espíritu nos ofrece?
Existe
diferencia entre el amor propio y el verdadero amor. El amor propio es el amor
que te tienes a ti mismo, forma parte de ese respeto por ti, por tu vida, por
lo que estás viviendo. Reconocer qué y
quién eres y lo que puedes hacer y ofrecer al otro. El Amor tiene que ver con el respeto al otro,
con entender que vive su proceso y que no puedes intervenir en él a menos que
lo hagas de una manera amorosa y compasiva.
En general, en
cuanto al mundo físico, emocional, mental y espiritual, vivimos moviendo energías,
y es nuestro trabajo convertirnos en maestros del manejo de las mismas. Cuando logramos
el equilibrio podemos movernos desde las energías más sutiles a las más densas con
la mayor facilidad, y vivir en ellas sin inconvenientes.
DISFRUTE:
Luego tenemos el
Disfrute. Venimos a esta experiencia inmersiva
a disfrutar de la misma, no a sufrir, no a ser víctimas. La decisión de sufrir
es nuestra. Rompamos de una vez con ese discurso de la víctima que somos o en
la que nos transformamos. Es que todo me pasa; es que las cosas me afectan: es
que la tienen agarrada en mi contra. No
pain no gain (sin dolor no hay gloria).
Cuando te
identificas con el papel de víctima, pierdes la posibilidad de cambiar. De alguna manera, la víctima le entrega su
poder a algo que esta fuera de sus manos, no tiene manera de resolver la
situación.
Pero cuando entiendes
que eres el único responsable de tu vida, y que además eres el protagonista principal,
el poder está en tus manos. Eres tú quien puede cambiar el rumbo. Eres tu quien
puede alcanzar lo que te propones. Y
siempre desde el punto de vista del disfrute, viviendo en plenitud y alegría.
A veces pensamos
que para alcanzar algo, que muchas veces no sabemos que es, tenemos que luchar
con fuerza, enfrentarnos a las circunstancias.
Pero, ¿a qué se debe eso? Se debe al discurso del héroe, que nos han
vendido desde hace tiempo. El discurso de
la lucha, de la pelea, de la batalla. ¿A que conduce la batalla?, a
ganadores y a perdedores. Los ganadores están felices, pero los perdedores
tarde o temprano contra atacaran. Pero, ¿qué
pasó con la diversión? ¿Por qué no somos capaces de divertirnos aprendiendo? ¿Por
qué no somos capaces de hacer lo que nos guste de manera divertida, sin mayores
inconvenientes? ¿Qué es lo que nos detiene? ¿Que lo impide? ¿Por qué no disfrutamos la vida? ¿Qué podemos
hacer para vivir plenamente, en este momento que es el único que existe?
Simplemente no tenemos otro momento. La vida es una sucesión de momentos
presentes que se conectan unos a otros de forma continua e infinita. La
historia que nos contamos, está en nuestra mente, es completamente
independiente de las demás historias.
FACILIDAD:
Y, ¿qué decir de
la facilidad? No estamos acostumbrados a ver la vida con facilidad a pesar de
lo que ella nos dice. Nos encanta complicarnos la vida. Nos encanta poner
barreras para alcanzar nuestros sueños. Pero, ¿qué pasaría si fuésemos capaces
de soltar? ¿Qué pasaría si fuésemos capaces de entender que no tenemos que
tener miedo y que podemos seguir adelante con nuestra vida? ¿Qué sucedería si
dejáramos de contarnos esas historias limitantes e hiciéramos de nuestra vida
algo con lo que pudiéramos fluir? Es que acaso no tenemos las herramientas que
necesitamos. Muchas veces carecemos de la paciencia necesaria para hacer como
el bambú que espera 7 años preparando sus raíces para crecer rápidamente. Con
flexibilidad. Y luego ese tiempo, aparece una planta que enfrenta las
situaciones con una enorme facilidad, capaz de doblarse cuando sea necesario y
de crecer sin esperar mucho.
¿Qué nos ha
pasado? ¿Qué no hemos entendido? ¿Qué nos impide vivir en facilidad? ¿Fluir con
la vida? Es porque creemos que ese no es
el camino. Creemos que tiene que ser difícil. A veces pasa con las parejas.
Conocemos a alguien y nos sentimos tan bien con esa persona, que no creemos lo
que sucede. Y comenzamos a buscarle las 5 patas al gato. Simplemente resulta
que somos compatibles, pero nos han contado la historia de que debe ser difícil
encontrar a esa persona especial para compartir tiempo con nosotros.
En el taichí nos
movemos con las energía del otro, no impedimos el movimiento, lo acompañamos, ¿para
qué? Para no detener la energía; si es yang nos convertimos en yin o viceversa.
De eso se trata. De no oponerse, de fluir, con sencillez, con suavidad, con
facilidad. En general así son las artes marciales.
También sucede que
tenemos un trabajo que nos gusta, que nos llena, y entonces comenzamos a
buscarle algún detalle. ¿Por qué lo hacemos? Pues porque estamos acostumbrados
al no-merecimiento. Creemos que para que algo sea valioso tenemos que luchar
por ello. Tenemos que pelear, guerrear, enfrentarnos, luchar. Te tengo un secreto:
NO hace falta.
Podemos vivir en total
facilidad, de forma tranquila, sin perder energías en situaciones inútiles, y
más bien usar nuestra energía en cultivar aquello que hacemos de la mejor
manera posible, en bienestar, disfrutando el proceso, fluyendo sin prisa, pero
sin pausa por la vida.
Me gustaría escuchar
tu opinión e inquietudes acerca de este tema. Hay muchas preguntas por
responder. Me gustaría leerte.
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