COACHING BIOENERGÉTICO.
Esta es una mirada particular,
resultado de mi experiencia y trabajo con distintas áreas del pensamiento.
Además, también es parte del trabajo realizado durante mucho tiempo para avanzar en estados de meditación y
contemplación, para corregir estados mentales limitantes. Soy una obra en construcción, y cada día, a
través de las diferentes lecturas, meditación y ejercicios, agrego un ladrillo más
en el proceso de construcción de una personalidad distinta, más cónsona y
poderosa que pueda aportar valor al otro a través de estos procesos de crecimiento.
¿Qué es el Coaching Bioenergético?
Es un estilo de coaching, donde
empleamos herramientas holísticas basadas en el cuerpo y empleamos el
movimiento de la energía, para indagar, interpretar e intervenir en los procesos,
agregándole valor al cliente.
Cuando comprendemos que somos la
unidad, un todo que va desde el cuerpo hasta el Ser (Espíritu), donde lo
subyacente es la Energía, es decir, es la plataforma sobre la cual todo se
construye, podemos trabajar esa energía para intervenir las otras dimensiones
del observador.
Un principio fundamental es: La
energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Por otro lado, la
ecuación de Albert Einstein establece que E = mc2. Es decir, la
energía y la masa son equivalentes; ambas cantidades son lo mismo, ya que lo
que c2 es una constante.
Somos energía en constante transformación,
y como estamos en un sistema cerrado, esta energía no se pierde ni se destruye,
solo se transforma. Es decir, se convierte en diferentes energías que atraviesan
nuestro cuerpo.
El hombre está en el medio de la
tierra y el cielo, y procesa la energía de
esos dos extremos, yin y yang. Intercambiamos
energía de forma constante, buscando mantener el equilibrio. Este mecanismo aparece
descrito en los trigramas que muestran la relación entre el cielo y la tierra. Cuando
no podemos procesar procesar esas energías, aparecen desequilibrios que conducen
a situaciones que comprometen el bienestar del individuo.
Estamos en equilibrio, o en la
búsqueda del mismo. Vivimos en un equilibrio dinámico, moviéndonos a través del
Yin y del Yang. Yin y Yang son los
extremos de la dualidad, que representan opuestos el uno al otro. Pero también
tienen la característica de ser complementarios, y eso nos ayuda a entender que
en cualquier momento estamos en ese equilibrio dinámico que va entre un extremo
al otro.
El Yin y el Yang permiten describir
la realidad desde distintos niveles. Esto
ayuda a identificar posibilidades, y en algunos casos, a establecer un oráculo
como el I Ching, que muestra diferentes estados de realidad que podemos
alcanzar por sincronía. El sicólogo austriaco Carl Jung, indicó que cada estado
que ocurría en la naturaleza, estaba determinado por otros estados psicológicos
o mentales, provenientes del observador.
Una de las contribuciones más importantes
de Albert Einstein a la civilización, fue la Teoría de la Relatividad, y sobre
todo, el concepto de que todo depende del Sistema de Referencia desde donde
estemos observando la situación. Es decir, para distintos observadores, es
posible que lo que sucede sea completamente distinto, es decir, hay distintas
versiones de la realidad, la cual depende de cada interpretación.
Esto se asemeja a los conceptos que
hemos elaborado desde hace tiempo en el coaching ontológico, dónde se indica
que cada observador tiene una interpretación particular y diferente de la
realidad, pero completamente válida de la misma. Y esto es así, porque cada
observador representa un ente válido en si mismo.
De la misma manera, la teoría
cuántica nos habla de que el observador puede cambiar el estado de lo observado,
debido a afecta la realidad percibida. Por ejemplo, en mecánica clásica,
podemos identificar la velocidad y la posición de un elemento en un momento
dado. Sin embargo, en la mecánica cuántica, no es posible, ya que el observador
perturba la zona donde se encuentra la partícula y puede generar cambios en
ella. Jung va más allá, y habla de que estas perturbaciones son resultados de estados
diferentes del observador. Es decir, sus estados psicológicos, emocionales y
mentales, pueden afectar el resultado de la observación.
Vivimos en transformación
constante. Somos energía en constante
evolución y cambio. Desde nuestros
pensamientos más sutiles, hasta lo más densos, desde el pensamiento al cuerpo, tenemos
energía manifestada en distintas formas.
Todos los cambios se generan en nuestra mente, que es la única que puede
crear. Nuestro cuerpo, manifiesta lo que piensa la mente. Y eso puede ser desde juicios o ideas, hasta
creencias establecidas y posiblemente desconocidas.
Solo tus pensamientos pueden
afectarte. No lo que sucede. Depende de
ti cambiar la realidad, cambiando la manera como la interpretas.
CONTACTO:
Mi nombre es Francisco De Lisa. He trabajado en Desarrollo de Negocios hace
más de 35 años. Me dedico a apoyar,
asesorar, entrenar, hago mentoría y coaching, a individuos, emprendimientos y
organizaciones, para generar nuevas oportunidades. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y
crees que puedo ayudarte, contáctame por cyber.media.integral@gmail.com.
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