LA IMPORTANCIA DEL MANEJO DE LA ENERGÍA.
Somos energía, en interacción
constante con todo lo que nos rodea. De
allí la importancia de manejar apropiadamente nuestra energía para lograr
interactuar correctamente con el medio ambiente.
Tenemos una energía ancestral que
hemos recibido en el momento de la concepción. Esa energía es generada en el
momento en que se produce el Big Bang de nuestra vida, al unirse el
espermatozoide con el ovulo; permanece activa durante nuestra existencia, y se
va consumiendo lentamente ante necesidades que no puedan ser cubiertas por la
energía nutricia y defensiva (Rong y Wei) que transformamos diariamente de los
alimentos y la respiración. Podemos decir que estas energías, la ancestral
(Zhong) y la nutricia – defensiva (Rong+Wei) constituyen nuestra energía total
Zheng.
La energía Zhong es nuestro código
genético, y se comporta como un disco duro de ilimitada capacidad, donde están
registradas todas y cada una de las vivencias de nuestros antepasados. Es el
llamado archivo akásico en términos orientales, y en términos bioenergéticos nos
referimos a él como energía Zhong. En
este código también están registradas las improntas emocionales de nuestros
ancestros, que forman parte del acervo emocional, y podemos decir que aquellas
situaciones no resueltas, son transmitidas y recibidas a través dela energía
Zhong.
Por otro lado, la energía nutricia
Rong y la defensiva Wei, la recibimos y procesamos a través de los alimentos
que consumimos, y con la forma como respiramos. De allí la importancia de tener
una alimentación equilibrada para garantizar los nutrientes necesarios para
nuestra salud, así como practicar con frecuencia la respiración consciente para
mantenernos activos. Estas dos energías
las consumimos en nuestro diario transitar, y recorren todo nuestro sistema
alimentando los distintos sistemas del cuerpo, y creando la protección
necesaria para enfrentar los elementos externos o noxas que pueden atentar
contra nuestro equilibrio.
Podemos caracterizar dos agentes que
intervienen en este proceso, que podemos separar como:
1. Noxas externas. Son resultado del ataque de agentes exteriores como puede ser una picada de un mosquito que transmita una enfermedad, un ataque exterior, un virus que nos contamine, un golpe, una caída, un resfrío por una baja repentina de la temperatura, etc.
2. Noxas internas. Son consecuencia de la acción de factores internos que afectan la energía de nuestro sistema, generando desequilibrios de la misma forma que las noxas externas. En este caso podemos hablar de emociones descontroladas que pueden convertirse en agresores permanentes de nuestra salud.
De allí la importancia de mantener
nuestro sistema energético equilibrado, actuando de forma consciente sobre el
mismo, y añadiendo una serie de practicas importantes tales como:
1. Respiración consciente.
2. Alimentación adecuada.
3. Ejercicios energéticos constantes.
4. Contacto con la Naturaleza.
5. Meditación y contemplación.
6. Conexión con nuestro Yo superior.
7. Lectura de textos espirituales.
Recordemos que la actividad
emocional es afectada por los estímulos externos a los que estamos
constantemente sometidos. Vivimos en una sociedad que tiene una serie de
propuestas que constantemente erosionan la estabilidad del espíritu, y
persiguen alimentar fantasías, buscando manipular a las personas a través de
emociones tales como el miedo, la rabia, la ambición, la vergüenza, la culpa,
la frustración, la depresión, etc. Es una sociedad que nos invita a vivir
mirando hacia afuera en vez de replegarnos y conocernos más a nosotros mismos,
y de allí es de donde viene la constante insatisfacción del ser humano. Una
sociedad que aplaude el triunfo por sobre todas las cosas, olvidando que si hay
triunfadores, también hay perdedores, que estarán afectados por esas situaciones.
Asimismo, crea enemigos de la nada que permanecen de forma constante en una
eterna pelea que no lleva a ningún lugar.
Las energías emocionales creadas por
estímulos internos, no se disipan con la misma rapidez que las que se generan con
estímulos exteriores que se resuelven tan pronto desaparece la causa del mismo.
Pueden permanecer latentes mucho tiempo, y además se pueden volver a sentir con
la misma intensidad cuando las recordamos, razón por la cual pueden permanecer activas,
y convertirse en una fuerte amenaza que afecta nuestra salud y al equilibrio
energético.
Con el tiempo estas energías se manifiestan
en patologías que se reflejan en nuestro cuerpo físico. Y para finalizar me
quedo con una enseñanza de Un Curso de Milagros: El espíritu es perfecto. El
cuerpo es neutro, y es un instrumento de aprendizaje. El cuerpo no toma
decisiones. Lo único que necesita cambiar y ajustarse es nuestra mente, ella puede
iluminarse o no, y es la que en última instancia afecta la forma como vemos la
realidad y a nuestro cuerpo generando
efectos sobre el mismo.
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