CURIOSIDAD. ¿TE HAS PREGUNTADO?

 

¿TE HAS PREGUNTADO?

 

Te has preguntado ¿Quién eres?

 

No te sucede que cuando tratas de definirte, te limitas. Y, ¿a qué se debe?

 

No será que fundamentalmente tratas de definirte de manera particular, en alguna dimensión de tu vida, sin darte cuenta de que cuando tratas de hacerlo, tan solo estas limitando lo que eres, reduciéndolo a una palabra, a una identificación particular, sin darte cuenta de que realmente eres tal como Dios te creó.

 

Y cuando entiendes esto, te das cuenta de que eres un ser ilimitado, no puedes definirte, porque si lo haces, entonces hay partes de ti que quedan fuera de esa definición, y eres menos de lo que realmente eres.

 

Y, eso ¿Qué significa?

 

Que de alguna manera, ese poder que realmente tienes dentro de ti, está a la espera de ser explotado y liberado para que puedas realizarte verdaderamente.

 

Muchas veces, nuestra educación, cultura, religión o sociedad, es como una soga que nos atan al cuello, simplemente para que no le demos rienda suelta a ese maravilloso ser que en esencia somos.  De esa manera, castramos nuestra creatividad, y creemos que estamos condicionados por las circunstancias. Sin embargo, vemos que otros seres, viven una vida diferente.

 

Por cierto, esto no significa que debas copiar a los otros, ya que eres un ser único, pero puedes darte cuenta de que si colocas límites a tu vida, ese ser que eres, va a estar limitado y condicionado por esas mismas creencias.

 

¿Qué puedes hacer para vivir una vida plena?

¿Qué pasa cuando dejamos que tus creencias definan el tipo de vida que quieres vivir?

¿Cómo puedes vivir más acorde a quien realmente eres?

 

Quizás estas preguntas son apropiadas para hacerlas más a menudo, e ir buscando respuestas apropiadas. Si nos damos cuenta de que los juicios, creencias, ideas, prejuicios, patrones, condicionamientos, etc., marcan nuestra vida, es momento entonces de que cuestionemos los mismos, ese sistema de creencias que está reduciendo las posibilidades de vivir plenamente.

 

Vivimos para crear a partir del vacío, como si fuéramos magos. Transformamos la energía. Tomamos los pensamientos muy sutiles, concentramos energía y manifestamos aquello que queremos. Si fuésemos capaces de enfocar nuestro pensamiento, es muy posible que en poco tiempo lográramos manifestar aquello que queremos.

 

¿Por qué no hacemos la prueba? ¿Qué lo impide?

 

Por supuesto que nuestras creencias acerca de cómo se comporta el mundo y la realidad. Es nuestra manera de pensar la que limita los resultados. ¿Qué pasaría si abriéramos el campo de posibilidades?

 

Me atrevo a decir que, a diferencia de lo que nos dice la ontología del lenguaje, en lugar de tres (3) tenemos cinco (5) dominios o dimensiones del observador:

1.   El Cuerpo.

2.   La Energía.

3.   Las Emociones.

4.   El Lenguaje o la Mente.

5.   El Espíritu.

 

Es nuestro trabajo aprender a movernos en ese espacio, generar la libertad, para lograr lo que queremos: vivir una vida plena, en armonía con todo lo que nos rodea.

 

Hace tiempo pensaba que la naturaleza, es una expresión de Dios. Maravillosa, amplia, increíble. Hay muchas cosas que desconocemos de este hermoso planeta en que vivimos, y que es el único en donde podemos permanecer tal como lo hacemos hoy. Sin embargo, los mares, o las profundidades de la Tierra son desconocidos para nosotros.  ¿Qué hay allí? En algunos casos es un misterio, aun. Tarde o temprano, la curiosidad innata del hombre nos llevará por esos caminos, para descubrir qué es lo que hay allí y cómo está en equilibrio con el entorno.

 

El concepto de ecosistema, es perfecto, porque indica las interconexiones que existen entre todos los seres que viven e interactúan en un sector determinado, generando un equilibrio dinámico, que cambia constantemente, y se ajusta según las corrientes de energía que se mueven en el mismo.

 

Esa interacción entre sistemas, se crea a través de la energía que fluye entre ellos; por ejemplo, en el sistema solar tenemos un enorme faro, nuestra estrella el Sol, que es el creador de vida, que a su vez, gobierna su movimiento.  De la misma forma, esta estrella depende de otros sistemas, que forman parte de otro más grande, llegando a involucrar a la galaxia y a los conjuntos de galaxias del Universo.

 

Somos una minúscula parte de algo inmenso, de una inteligencia que controla todo lo que sucede en el Universo, aunque sepamos muy poco de ella, sobre todo cuando nos empeñamos en mantenernos separados. ¿Cómo hacemos para vivir en armonía? ¿Cómo hacemos para vislumbrar un poco de esa maravillosa inteligencia universal? ¿Cómo hacemos para liberar nuestra vida de esas situaciones que limitan nuestra grandeza, que no permiten que seamos tal como Dios nos creó? ¿Cómo hacemos para activar la capacidad de recibir los mensajes que entrega el Universo constantemente?

 

Esas son las reflexiones que surgen cuando escribo estas líneas.

 

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