LIFE COACHINGMI SABOTEADOR INTERIOR.
Este título es gracioso pero muestra
algo que nos sucede frecuentemente y que he dado en llamar: Mi saboteador
interior.
¿Qué significa ese nombre de saboteador interior?
Normalmente tenemos dos vocecitas en
la cabeza, que las hemos dibujado como un angelito y un demonio. Una de ellas
nos dice qué debemos hacer. Qué es lo correcto y apropiado en cada situación. La otra vocecita nos lleva por el camino de
la amargura, diciéndonos por qué nos conviene hacer todo lo contrario, aquello
que nos puede hacer daño. Y aparecen entonces el discurso saboteador: te arrepentirás
solo de aquello que no hiciste, puedes dejar eso para mañana, mereces darte ese
gusto, debes descansar hoy, etc. Normalmente aquello que nos sabotea, nos hace
procrastinar o no tomar las decisiones a la que nos obliga nuestra propia
disciplina interior.
Y así nos vamos auto saboteando de
forma constante: no te hace daño un pequeño chocolate, cuando llevas dos
semanas sin probar uno. O, una copa mas no va a hacer la diferencia, cuando
llevas una botella completa, etc.
¿Dónde estamos en esos momentos? Conectados
con nuestro EGO, en la búsqueda de la satisfacción como sea. O protegiéndonos del
miedo que tenemos a enfrentar alguna situación.
No hay peor saboteador que aquello
que te impide alcanzar tus metas, y normalmente aparece en forma de creencia
limitante. El problema de ese juicio maestro, es que está tan escondido en
nuestro inconsciente, que muchas veces no nos damos cuenta de su existencia, es
completamente transparente. De esa manera, sin estar consciente de su
existencia, toma decisiones por nosotros de forma automática.
Hemos sido moldeados a través de la educación,
la cultura, las religiones, los medios de comunicación, etc., que han desarrollado
en el tipo de creencias que consideramos que son buenas o malas. Sin embargo, esos patrones no tienen otro asidero
más que el aprendizaje que realizamos. De
manera que, si profundizamos un poco, podremos reencuadrar esos pensamientos y
reorganizarlos de forma que, en lugar de limitarnos, podamos si no anularlos,
al menos debilitarlos lo suficiente como para no resultar afectados por
ellos. Cuando somos capaces de darnos
cuenta de que un juicio nos está impidiendo actuar o avanzar, lo tenemos
consciente, y ya no puede activarse sin que nos demos cuenta. Si así lo hace,
es porque le estamos dando permiso y no estamos cuestionando lo que está
sucediendo. Lo lógico, después de descubrir una idea limitante y saboteadora,
es impedir su progreso de forma que, podamos lograr los resultados que deseamos
obtener.
Usualmente, estas creencias
saboteadoras están acompañadas por la emoción del miedo, que es la que limita
nuestro comportamiento. Cuando descubrimos el juicio que nos afecta, y trabajamos
el miedo, nos damos cuenta de que no es real, no existe, y no nos puede
afectar, por lo tanto no tiene sentido que no hagamos lo que debemos hacer. En el momento que aprendimos esa creencia, nos afectó el miedo
que asociamos a ella.
Cuando sientas que hay algo que
sabotea tus resultados, trata de determinar cuál es el juicio o la idea que está
detrás de esa conducta. ¿Dónde lo aprendiste? ¿Cuándo lo hiciste? ¿Qué puedes
hacer para cambiarlo?
Reencuadrar la creencia, se basa
esencialmente en entender que la misma no puede hacerte nada cuando la cambias
de contexto. En ese caso, es importante procesar la situación de forma que no
nos afecte el pensamiento limitante.
Por ejemplo, puede que nos cueste
realizar llamadas de venta en frio, y no sabemos por qué nos sucede. Pero cuando
buscamos en nuestros recuerdos, en alguna oportunidad tratamos de hacer una
venta, pero no estábamos preparados para el resultado, lo cual resultó en una humillación
innecesaria. Eso implica que asociamos entonces esas ventas en frio con algo
que nos incomoda. ¿Cómo podemos cambiarlo? Entendiendo que la primera vez no estábamos
preparados, el cliente no tenía la necesidad, no sabíamos cómo presentar la
oferta, etc. Cuando entendemos eso, podemos prepararnos mejor ante los nuevos
eventos y alcanzar el éxito.
Es posible que no logremos ver la
creencia que nos está afectando. Sin embargo, podemos hacer una sesión de coaching
que nos ayude a resolver el problema. Será
mucho más sencillo de lo que creemos, y cuando nos hagamos conscientes de lo
que nos impedía lograr nuestras metas, los resultados y el retorno de la inversión
serán fabulosos.
¿Qué te impide intentarlo?
PREGUNTAS:
1. ¿Tienes alguna creencia limitadora?
2. ¿Sientes que te saboteas a ti mismo con alguna conducta?
3. ¿Qué es lo que más te cuesta hacer?
4. ¿Qué limita que te enfrentes a ese comportamiento?
CONTACTO:
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