No hay disgustos pequeños.Todos perturban mi paz mental por
igual.
Todos los disgustos son iguales. No importa
su magnitud. Cada uno de ellos afecta nuestra paz mental. Podemos imaginar que
la mente es como un tranquilo lago, transparente, cristalino, en donde podemos
ver el fondo. Cada pensamiento se convierte en un vritti, es decir en una vibración,
que perturba la tranquilidad de la superficie del lago. Sin importar el tamaño de la perturbación,
cualquiera de ellas nos saca de nuestra paz mental, de la tranquilidad y de la
transparencia del lago.
¿Qué hacer entonces? Simplemente entender
que cualquier pensamiento que nos cambie nuestra tranquilidad modifica nuestra
paz. Y eso no puede ser negociable.
Por lo tanto, ¿Qué nos genera
disgusto? Como vimos anteriormente la molestia se origina cuando alguno de nuestros
juicios o creencias es afectado por la realidad. El dolor que eso produce, resultado
de esa situación, genera reacciones que se manifiestan en forma de emoción. Lo importante es que no debemos permitir que
ninguna de ellas por pequeña que sea, se convierta en un factor importante que
nos saque de nuestro estado de tranquilidad.
Sabemos que convivimos con un conjunto
de juicios, creencias, prejuicios, programaciones, condicionamientos,
expectativas, etc. Todas ellas forman parte de nuestro sistema de creencias,
que de alguna manera nos permite entender la realidad. De hecho, cuando creemos algo, nos
comportamos de modo congruente con esa creencia, lo cual limita o empodera
nuestras posibles decisiones para hacernos cargos de la realidad. Por ejemplo,
si nuestro sistema de creencias nos dice que podemos luchar contra alguna
enfermedad, entonces nos haremos cargo de la misma. Pero si nos enfrentamos a una situación que
nuestro sistema reconoce como imposible, nos arropará la desesperanza, y lo más
probable es que terminemos derrotados por esa creencia.
Todo está en nuestra mente, y podemos
empoderarnos o limitarnos de acuerdo con lo que creamos. Por eso, nuestra paz mental no debe ser
negociable.
Para finalizar, recordemos la frase de
Henry Ford: “Tanto si crees que es posible, como si no, estas en lo cierto”.
PREGUNTAS:
1. ¿Cuándo te disgustas que es lo que ves?
2. ¿Qué puedes hacer para mantener tu paz mental?
3. ¿Cómo puedes evitar que estas situaciones te afecten?
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