LA UNIDIMENSIONALIDAD DE
ELON MUSK.
Elon Musk se ha convertido, sin duda
alguna, en un referente de la nueva clase empresarial americana. Quieren
convertido en un icono, representativo de una serie de valores, a través de sus
intervenciones, que tienen mucho de actuación y poca seriedad, y lógicamente, detrás
de esa teatralidad se esconde toda una estrategia de manejo de los medios.
En ese video, Elon Musk hace alarde de
trabajar 100 horas semanales, con el argumento de llevar la delantera a otros
que están trabajando tanto como tú. Por supuesto, en su discurso la
competitividad es lo más importante, ya que continuamos vendiendo el culto a la
escasez y al sacrificio, tan afines a esa cultura de medios.
Hay cosas en las que indudablemente
tiene razón, como es el atreverse a fracasar, a intentarlo, y a seguirlo
haciendo. Pero eso no es nada original. Eso lo dijo hace mucho tiempo Thomas
Alva Edison, y lo que sin duda está haciendo hoy en día es repitiéndolo, explicándolo
de otra manera. Sin duda alguna, la vida está llena de intenciones e intentos
constantes. En ese punto suscribo lo que dice el Sr. Musk. Por supuesto, reconozco su creatividad, como
muestra de lo que puede hacer y hará una mente humana, dispuesta a romper
paradigmas, y que probablemente identifica a esta nueva generación disruptiva. Sin
duda alguna, ha tenido ideas geniales que lo han elevado a ser considerado un
innovador, como han sido sus emprendimientos tales como Paypal, Tesla, SpaceX,
etc.
Sin embargo, eso no le da autoridad a
escribir una receta del éxito, porque simplemente eso no existe. Esa receta sin
duda, tiene varios ingredientes, de los cuales sin duda el trabajo forma parte
importante, pero también la astucia y la capacidad de aprender, y desarrollar
estrategias de creación de valor.
Al final del día estamos hablando de
negocios, y ellos siempre se comportarán de la forma acostumbrada. Se rigen a través
de estados financieros y estrategias de crecimiento y control que permiten
crear valor de forma apropiada. Este sistema, tiene sus reglas de juego. Si las
aprendes apropiadamente puedes jugarlas con éxito. Y eso es lo que sin duda está
haciendo Mr. Musk.
Lo que de alguna manera pretendo
comunicar en estas líneas es que el ser humano tiene que cultivar su
multidimensionalidad. Somos seres sociales y emocionales, que estamos obligados
a cultivar una serie de aspectos en nuestra vida, para ser felices, y como he
dicho en otros artículos, vivir con bienestar, disfrute y facilidad.
No podemos obviar nuestra dimensión humana,
sin la cual indudablemente nos sentiríamos vacíos. De que vale trabajar 14
horas diarias, 7 días a la semana, cuando no tienes con quien compartir tus
logros. ¿Es que acaso tus empleados se convierten luego en tu familia? Sin duda
alguna, hay una familiaridad que se crean en el trabajo, en el contacto diario.
Pero, no es cierto que esas personas puedan compartir y ser lo que tú realmente
valoras, desde el punto de la emocionalidad, e incluso de la intimidad entre
seres humanos.
Cuando la intimidad entra en juego en
una relación de trabajo, hay que tener mucho cuidado con el alcance de la
misma. Y si de alguna manera, esa
intimidad resulta en algo vacío, tarde o temprano será decepcionante, y ese
ambiente de cordialidad que debía existir entre colegas, termina por ser un
ambiente cargado de conflictos innecesarios.
Ni que decir de los cuidados de tu
propia salud, para mantenerte en el equilibrio apropiado. Una cosa es que tú
puedas hacer esfuerzos antes de los 50 años, pero luego de esa edad,
normalmente empiezas a entender que solo estas de paso en esta vida material, y
comienzas a darte cuenta de que quieres disfrutar de la belleza que solo te
puede ofrecer la naturaleza y el espacio que te rodea, y el amor de tus seres
queridos. Siempre recuerdo esa cita del Dalai Lama que dice: “El hombre pierde
su salud para hacer dinero, y en luego pierde su dinero para tratar de
recuperar su salud”. Tristemente cuando descuidamos nuestra salud, la paz
mental, el equilibrio, nos cuesta recuperar esos regalos que nos da la vida.
Finalmente hablamos de propósito,
sentido, legado. Mucho se habla hoy de establecer
un propósito en nuestra vida, o de vivir nuestra vida con propósito. Es una
copia del significado de la Misión de la Empresa, que en algún momento se definió
en estrategias empresariales. Realmente, ¿Quién controla nuestra vida? ¿Somos
nosotros? O simplemente la vida depende de cómo la interpretemos y que
posibilidades desarrollemos en ella. ¿La vida tiene un sentido, o somos
nosotros los que le encontramos sentido a lo que sucede? Decía Alan Watts, en
su libro acerca de la Sabiduría de la Inseguridad:
“Los seres humanos parecen ser felices solo mientras
tengan un futuro a la vista, ya sea el bienestar de mañana mismo o una vida
eterna más allá de la tumba. Por diversas razones, cada vez son más las
personas a las que les resulta difícil creer en esto último. Por otro lado, el
futuro de bienestar inmediato tiene la desventaja de que cuando llegue ese
mañana, es difícil disfrutarlo plenamente sin alguna promesa de que habrá más. Si
la felicidad siempre depende de algo que esperamos en el futuro, estamos persiguiendo
una quimera que siempre nos esquiva, hasta que el futuro, y nosotros mismos, nos
desvanecemos en el abismo de la muerte.”
En otras palabras, vivimos en una ilusión
constante soñando siempre con un mañana que no necesariamente va a suceder, y
lo que es peor, es la copia de algo que vivimos en el pasado. Eso es tan limitante, que no nos permite
abrir nuestras mentes a las infinitas oportunidades que te puede ofrecer el
nuevo mundo. “El futuro, comienza en el
presente. No va a suceder, simplemente está sucediendo. Si esperas que suceda,
nunca lo hará. Debes empezar a construirlo a partir de este momento. No hay
otro momento en tu vida para hacerlo.”
Somos más que simplemente seres
humanos esclavizados por una sociedad que nos manipula. Somos seres humanos con sentido, con capacidad
de crear, interpretar y de hacer verdaderos cambios que nos permitan movernos
en la dirección que llene nuestros deseos.
Lamentablemente, hemos comprado de forma innecesaria, el discurso del héroe,
la escasez de recursos, el sacrificio, la obediencia a ciertos paradigmas, que
necesariamente tienen que cambiar, ya que nos llenan de infelicidad.
Estamos aquí para ser felices, para
disfrutar de esta vida, que de forma sencilla nos conduce por el camino más
conveniente. No somos ni la primera ni
la última civilización que ha vivido en este planeta, y mucho menos la más
avanzada. Nos hemos creído la historia que nos han contado de una evolución lineal.
Pero simplemente bien pudo pasar, que hayan existido civilizaciones más
avanzadas que la nuestra que desaparecieron en algún momento de la historia por
alguna circunstancia fuera de su control. No sabemos si es cierto o no, pero la
duda esta alli.
Es por eso que hablo de que seamos
multidimensionales, que apreciemos sin duda el coraje de ser disruptivos y de
atrevernos a cambiar, pero sin dejar de vivir a plenitud este espacio que nos
toca vivir en este planeta, el tiempo que nos sea destinado. Cuando nos vayamos, pocos se acordaran de
cada uno de nosotros, y lo que es muy probable, es que en poco tiempo, seremos
reemplazados. Solo vivimos en las mentes
de aquellas personas que nos aprecian. Y cuando ellos mueran, nuestro recuerdo también
desaparecerá.
Para finalizar, una de las habilidades
más importantes en el siglo XXI será la capacidad de aprender. Cultivar la
capacidad de aprender, será la forma de progresar en el futuro. Cuestionar todas
aquellas creencias que nos limitan y nos confinan a paradigmas que ya están obsoletos.
Seamos, a través del aprendizaje, disruptores creativos de una realidad, que
nos permita cambiar y convertirnos en mejores seres humanos.
PREGUNTAS:
¿Te atreves a retarte a ti mismo?
¿Te atreves a enfrentar tus miedos?
¿Eres capaz de encarar tus
debilidades?
¿Dónde están realmente tus miedos?
¿Dónde residen? ¿Puedes sacarlos de tu mente?
¿Qué necesitas para vencerlos?
¿Qué te lo impide?
¿Qué te diferencia de Elon Musk?
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