CREANDO PENSAMIENTOS
Todo lo
que deseas está a un pensamiento de distancia.
Si te
dieras cuenta de lo importante que son tus pensamientos, y del poder que
tienen, no pasarías ni un momento desperdiciándolos en cosas inútiles y sin
sentido.
Los pensamientos
son vibraciones muy sutiles. Cuando le
damos energía a esas ideas, se convierten en emociones, y con el tiempo podremos
ver su expresión a nivel físico. Si
somos cuidadosos con nuestras reflexiones, seremos capaces de traer a nuestra
vida aquello que nos interesa y llena de bienestar. Recordemos que lo único que
nos mantiene atados a ellos, son nuestras propias creencias.
Generamos
pensamientos constantemente. Se ha dicho que en el día cruzan por nuestra mente
entre 50.000 y 70.000 ideas. Muchas de ellos simplemente pasan, y no les
hacemos caso. Algunos se enganchan en nuestra mente y dependiendo de la
atención que les demos, se van convirtiendo en deseos, emociones y hasta se
pueden transformar en algo físico.
CREENCIAS
Obviamente
tenemos una estructura, por así decirlo, de pensamientos muy definidos, a los
que llamamos creencias. Estas forman un marco regulatorio a través del cual
validamos nuestros pensamientos, concediéndoles o no factibilidad. Cuando un pensamiento se presenta ante
nuestra mente, simplemente es una posibilidad; cuando pasa el examen de las
creencias, puede convertirse en una certeza, que corrobora o no lo que
interpretamos del mundo.
En algún
momento de nuestra vida, estas creencias, juicios, programaciones o patrones,
fueron también pensamientos muy sutiles. Pero, a fuerza de darles energía y contrastarlos
con la realidad, se convirtieron en referencias, ante los cuales se presentan
los nuevos pensamientos. Ahora son fieros jueces, que seleccionan aquellas ideas
que consideramos apropiadas o inapropiadas.
EJEMPLO
Por
ejemplo, supongamos que por alguna razón aprendimos a vivir en escasez,
repitiendo refranes, como por ejemplo: “uno se arropa hasta donde le alcanza la
cobija”; “Al que madruga Dios lo ayuda”; “Sin dolor no hay ganancia”; “Dios
castigó al hombre con el trabajo”; “No me lo merezco”; etc. Podemos añadir
muchos pensamientos que tienen que ver con estas ideas de escasez. Este juicio está sustentado al pensar que
vivimos en un Universo limitado, y que tenemos que luchar constantemente con
otros, por lo que está disponible. Esto nos impide darnos cuenta de la enorme
abundancia que existe alrededor nuestro. Por ejemplo, un árbol de mangos, es
completamente abundante; cuando da su cosecha, puedes saciar tu hambre y la de
muchas personas. Lo mismo pasa con cualquiera de las miles de frutas de la
naturaleza. Podemos decir algo similar en relación a los animales. Sin embargo,
cuando tenemos la creencia de la escasez, nos fijamos en lo que no tenemos, en
lugar de disfrutar lo que está a nuestro alcance. Algo parecido sucede con los sentimientos de amor, paz,
alegría, etc. Son emociones expansivas que mientras más las compartes más crecen.
En este caso, sucede todo lo contrario a lo que nuestra extraña idea acerca de
la escasez predica; estos sentimientos aumentan cuando se comparten.
Podría
preguntar: ¿Cómo puedo traducir esa abundancia de la naturaleza en abundancia
para mí? ¿Cómo puedo aprovechar la prosperidad, felicidad, amor, paz, alegría
de la naturaleza en mi vida?
Cuando
hablamos de escasez, no solo tocamos el tema de recursos económicos. Hablamos también
de otra serie de elementos de la naturaleza que no nos permitimos, porque
consideramos que NO los merecemos.
Arrastramos
innecesariamente esa creencia de escasez en todo lo que hacemos, sin apreciar
lo que tenemos. Hasta podemos ser millonarios, sin embargo, viviremos en un
mundo de escasez innecesaria. La escasez
esta en nuestra mente, no en nuestra realidad.
¿PUEDO CAMBIAR?
¿Qué pasa
con nosotros? Acaso somos masoquistas, que nos gusta vivir en escasez. NO. Eso
se debe a que en algún momento de nuestra vida aprendimos esos patrones. Y esas
creencias fueron fundamentadas. Buenas o no, simplemente se establecieron.
Puede ser la familia, la sociedad, la cultura, la religión, etc. Hay muchos
factores que pueden establecer ese tipo de ideas. En cualquier caso, los
elegimos de forma consciente, inicialmente, y luego se transformaron en
patrones inconscientes que actúan por si solos y tienen total independencia.
Recordemos que esas programaciones actúan tomando decisiones frente a lo que
sucede, sin que haya mayor intervención, y funcionan como respuestas automáticas.
Pero así
como elegimos aceptar ese patrón, también tenemos la libertad de cambiarlo. Primero,
debemos darnos cuenta de que existe, que está presente en nuestro ser. Cuando
nos damos cuenta, entonces lo llevamos a consciencia, y seremos capaces conscientemente
de revisar nuestras elecciones. Luego, podemos trabajar el patrón de cambio y fundar
una creencia más poderosa que permita la expansión y evite estas limitaciones
del viejo juicio.
Lo
importante es que podemos tomar el control de nuestros patrones, si nos hacemos
cargo, si lo hacemos consciente. Si nos preguntamos ¿qué pasa?, podemos buscar
soluciones apropiadas. Si trabajamos nuestras vibraciones, podemos acercarnos a
lo que realmente queremos.
Así como
cambia la realidad, nosotros como personas estamos en constante evolución. No
somos los mismos de hace unos días, ni tampoco seremos los mismos en unos años.
La transformación y los cambios en nuestro cuerpo son evidentes y constantes;
todos reconocemos lo que éramos y lo que somos hoy en día. Sabemos que existe
una inteligencia en nuestro Ser, conectada a la fuente a través de la cual
fluyen nuestras ideas, vibraciones, deseos, pensamientos. Nuestra mente funciona como un filtro,
dejando pasar por el tamiz de los patrones, aquellos pensamientos que coinciden
con lo que creemos, y eliminando aquellos que generan alguna disonancia. Ese filtro, funciona solo, sin nuestra
directa intervención, y está integrado por nuestras propias creencias. Para modificarlo o cambiarlo, necesitamos
intervenirlo.
Por ejemplo,
cuando dormimos, retiramos nuestro ego, nuestra historia personal de nuestra
consciencia, y nos enlazamos con la fuente. Lo mismo puede suceder cuando hacemos
una meditación intensa o poderosa. En el momento de despertar, podemos
aprovechar la conexión con la fuente o la alta vibración que tenemos, para mantener
pensamientos que nos ayuden a cambiar. Si somos capaces de reconocer lo que
somos, y de mantener la vibración elevada a lo largo del día, podremos
conectarnos exactamente con lo que queremos. Existen muchas maneras de hacer
esto, pero no hay soluciones fáciles.
La
instalación de los patrones tomo mucho tiempo, y en muchos casos fueron
creencias heredadas de nuestros dioses o padres, o forman parte de la historia
familiar. Removerlas o modificarlas, requiere esfuerzo y trabajo consciente
para desenterrarlas e instalar la que necesitamos. Podemos imaginarnos que nuestra mente es una
colcha de retazos. Cada retazo es como una creencia instalada. Cambiar esa
creencia consiste en descoser, cortar, colocar y volver a coser esa nueva
creencia poderosa, llena de posibilidades.
O como una pared llena de cerámica. Tenemos que cambiar la pieza que
necesitamos. Es importante, no dejar ese espacio vacío, porque en momentos de
apremio, cuando menos lo esperamos, volverá a actuar la vieja creencia y se
reinstalara con mayor fuerza.
CONCLUSIÓN
Tenemos el poder de cambiar nuestras creencias o juicios maestros, y somos
capaces de desarrollar nuevos patrones más poderosos que pueden abrirnos nuevas
posibilidades. Depende de nosotros hacer alcanzar esa meta.
Que pensarías
si te dijera que puedes soltar todas esas creencias innecesarias y convertirte
en un ser poderoso. Puedes abrirte a lo que te ofrece la realidad, tal cual es.
Cuanto podrías sanar si eliminas de tu mente esas ilusiones de éxito o fracaso
que has aprendido. Solo soltando, desapegándote de tu historia puedes mejorar rápidamente.
¿Qué te separa de tus deseos? Tan solo un pensamiento.
Puedes también
darle sentido a tu vida eligiendo un camino, escogiendo aquello que
verdaderamente te interesa. Si nos identificamos con lo que realmente somos, seres
magníficos, fabulosos y poderosos, podremos elegir pensamientos positivos de
amor, familia, riqueza, salud, paz, libertad, alegría, etc., e identificarnos
con ellos. Le daremos preferencia, en nuestro sistema de percepción, de escoger
aquello que se acerca a lo que nos interesa, dejando de prestarle atención a aquello
que no está alineado con nuestros deseos. ¿Cuál es la consecuencia? Que
podremos tener más de aquello que deseamos, y soltar aquello que no nos
interesa.
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