viernes, 7 de octubre de 2022

CREANDO PENSAMIENTOS POSITIVOS

 



CREANDO PENSAMIENTOS

 

Todo lo que deseas está a un pensamiento de distancia.

 

Si te dieras cuenta de lo importante que son tus pensamientos, y del poder que tienen, no pasarías ni un momento desperdiciándolos en cosas inútiles y sin sentido.

 

Los pensamientos son vibraciones muy sutiles.  Cuando le damos energía a esas ideas, se convierten en emociones, y con el tiempo podremos ver su expresión a nivel físico.  Si somos cuidadosos con nuestras reflexiones, seremos capaces de traer a nuestra vida aquello que nos interesa y llena de bienestar. Recordemos que lo único que nos mantiene atados a ellos, son nuestras propias creencias.

 

Generamos pensamientos constantemente. Se ha dicho que en el día cruzan por nuestra mente entre 50.000 y 70.000 ideas. Muchas de ellos simplemente pasan, y no les hacemos caso. Algunos se enganchan en nuestra mente y dependiendo de la atención que les demos, se van convirtiendo en deseos, emociones y hasta se pueden transformar en algo físico.


CREENCIAS


Obviamente tenemos una estructura, por así decirlo, de pensamientos muy definidos, a los que llamamos creencias. Estas forman un marco regulatorio a través del cual validamos nuestros pensamientos, concediéndoles o no factibilidad.  Cuando un pensamiento se presenta ante nuestra mente, simplemente es una posibilidad; cuando pasa el examen de las creencias, puede convertirse en una certeza, que corrobora o no lo que interpretamos del mundo.

 

En algún momento de nuestra vida, estas creencias, juicios, programaciones o patrones, fueron también pensamientos muy sutiles. Pero, a fuerza de darles energía y contrastarlos con la realidad, se convirtieron en referencias, ante los cuales se presentan los nuevos pensamientos. Ahora son fieros jueces, que seleccionan aquellas ideas que consideramos apropiadas o inapropiadas.


EJEMPLO


Por ejemplo, supongamos que por alguna razón aprendimos a vivir en escasez, repitiendo refranes, como por ejemplo: “uno se arropa hasta donde le alcanza la cobija”; “Al que madruga Dios lo ayuda”; “Sin dolor no hay ganancia”; “Dios castigó al hombre con el trabajo”; “No me lo merezco”; etc. Podemos añadir muchos pensamientos que tienen que ver con estas ideas de escasez.  Este juicio está sustentado al pensar que vivimos en un Universo limitado, y que tenemos que luchar constantemente con otros,  por lo que está disponible.  Esto nos impide darnos cuenta de la enorme abundancia que existe alrededor nuestro. Por ejemplo, un árbol de mangos, es completamente abundante; cuando da su cosecha, puedes saciar tu hambre y la de muchas personas. Lo mismo pasa con cualquiera de las miles de frutas de la naturaleza. Podemos decir algo similar en relación a los animales. Sin embargo, cuando tenemos la creencia de la escasez, nos fijamos en lo que no tenemos, en lugar de disfrutar lo que está a nuestro alcance.  Algo parecido  sucede con los sentimientos de amor, paz, alegría, etc. Son emociones expansivas que mientras más las compartes más crecen. En este caso, sucede todo lo contrario a lo que nuestra extraña idea acerca de la escasez predica; estos sentimientos aumentan cuando se comparten.

 

Podría preguntar: ¿Cómo puedo traducir esa abundancia de la naturaleza en abundancia para mí? ¿Cómo puedo aprovechar la prosperidad, felicidad, amor, paz, alegría de la naturaleza en mi vida?

 


Cuando hablamos de escasez, no solo tocamos el tema de recursos económicos. Hablamos también de otra serie de elementos de la naturaleza que no nos permitimos, porque consideramos que NO los merecemos.

 

Arrastramos innecesariamente esa creencia de escasez en todo lo que hacemos, sin apreciar lo que tenemos. Hasta podemos ser millonarios, sin embargo, viviremos en un mundo de escasez innecesaria.  La escasez esta en nuestra mente, no en nuestra realidad.


¿PUEDO CAMBIAR?


¿Qué pasa con nosotros? Acaso somos masoquistas, que nos gusta vivir en escasez. NO. Eso se debe a que en algún momento de nuestra vida aprendimos esos patrones. Y esas creencias fueron fundamentadas. Buenas o no, simplemente se establecieron. Puede ser la familia, la sociedad, la cultura, la religión, etc. Hay muchos factores que pueden establecer ese tipo de ideas. En cualquier caso, los elegimos de forma consciente, inicialmente, y luego se transformaron en patrones inconscientes que actúan por si solos y tienen total independencia. Recordemos que esas programaciones actúan tomando decisiones frente a lo que sucede, sin que haya mayor intervención, y funcionan como respuestas automáticas.

 

Pero así como elegimos aceptar ese patrón, también tenemos la libertad de cambiarlo. Primero, debemos darnos cuenta de que existe, que está presente en nuestro ser. Cuando nos damos cuenta, entonces lo llevamos a consciencia, y seremos capaces conscientemente de revisar nuestras elecciones. Luego, podemos trabajar el patrón de cambio y fundar una creencia más poderosa que permita la expansión y evite estas limitaciones del viejo juicio.

 

Lo importante es que podemos tomar el control de nuestros patrones, si nos hacemos cargo, si lo hacemos consciente. Si nos preguntamos ¿qué pasa?, podemos buscar soluciones apropiadas. Si trabajamos nuestras vibraciones, podemos acercarnos a lo que realmente queremos.

 

Así como cambia la realidad, nosotros como personas estamos en constante evolución. No somos los mismos de hace unos días, ni tampoco seremos los mismos en unos años. La transformación y los cambios en nuestro cuerpo son evidentes y constantes; todos reconocemos lo que éramos y lo que somos hoy en día. Sabemos que existe una inteligencia en nuestro Ser, conectada a la fuente a través de la cual fluyen nuestras ideas, vibraciones, deseos, pensamientos.  Nuestra mente funciona como un filtro, dejando pasar por el tamiz de los patrones, aquellos pensamientos que coinciden con lo que creemos, y eliminando aquellos que generan alguna disonancia.  Ese filtro, funciona solo, sin nuestra directa intervención, y está integrado por nuestras propias creencias.  Para modificarlo o cambiarlo, necesitamos intervenirlo.

 

Por ejemplo, cuando dormimos, retiramos nuestro ego, nuestra historia personal de nuestra consciencia, y nos enlazamos con la fuente. Lo mismo puede suceder cuando hacemos una meditación intensa o poderosa. En el momento de despertar, podemos aprovechar la conexión con la fuente o la alta vibración que tenemos, para mantener pensamientos que nos ayuden a cambiar. Si somos capaces de reconocer lo que somos, y de mantener la vibración elevada a lo largo del día, podremos conectarnos exactamente con lo que queremos. Existen muchas maneras de hacer esto, pero no hay soluciones fáciles.

 

La instalación de los patrones tomo mucho tiempo, y en muchos casos fueron creencias heredadas de nuestros dioses o padres, o forman parte de la historia familiar. Removerlas o modificarlas, requiere esfuerzo y trabajo consciente para desenterrarlas e instalar la que necesitamos.  Podemos imaginarnos que nuestra mente es una colcha de retazos. Cada retazo es como una creencia instalada. Cambiar esa creencia consiste en descoser, cortar, colocar y volver a coser esa nueva creencia poderosa, llena de posibilidades.   O como una pared llena de cerámica. Tenemos que cambiar la pieza que necesitamos. Es importante, no dejar ese espacio vacío, porque en momentos de apremio, cuando menos lo esperamos, volverá a actuar la vieja creencia y se reinstalara con mayor fuerza.


CONCLUSIÓN


Tenemos el poder de cambiar nuestras creencias o juicios maestros, y somos capaces de desarrollar nuevos patrones más poderosos que pueden abrirnos nuevas posibilidades. Depende de nosotros hacer alcanzar esa meta.

 

Que pensarías si te dijera que puedes soltar todas esas creencias innecesarias y convertirte en un ser poderoso. Puedes abrirte a lo que te ofrece la realidad, tal cual es. Cuanto podrías sanar si eliminas de tu mente esas ilusiones de éxito o fracaso que has aprendido. Solo soltando, desapegándote de tu historia puedes mejorar rápidamente. ¿Qué te separa de tus deseos? Tan solo un pensamiento.

 


Puedes también darle sentido a tu vida eligiendo un camino, escogiendo aquello que verdaderamente te interesa. Si nos identificamos con lo que realmente somos, seres magníficos, fabulosos y poderosos, podremos elegir pensamientos positivos de amor, familia, riqueza, salud, paz, libertad, alegría, etc., e identificarnos con ellos. Le daremos preferencia, en nuestro sistema de percepción, de escoger aquello que se acerca a lo que nos interesa, dejando de prestarle atención a aquello que no está alineado con nuestros deseos. ¿Cuál es la consecuencia? Que podremos tener más de aquello que deseamos, y soltar aquello que no nos interesa.

 

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