DIMENSIONES DEL SER HUMANO.
Desde mi mirada el Ser humano tiene las siguientes 4 dimensiones:
1. El cuerpo físico.
2. La Energía.
3. La Mente
4. El Espíritu.
Todo lo que es la dimensión corporal tiene que ver con la parte física de nuestro Ser. Como tal depende de dos aspectos fundamentales:
a. El aire que respiramos.
b. Lo que comemos.
Conversemos un poco más acerca de estos dos puntos que nos afectan físicamente.
En primer lugar la respiración apropiada. Podemos dejar de comer por unos días, podemos dejar de tomar agua, pero no podemos dejar de respirar. Lo que nos conecta con nuestra consciencia, con el aquí y él ahora es nuestra respiración. Cuando somos capaces de tomar una respiración profunda, llenando todos nuestros pulmones de abajo hacia arriba, manteniendo por unos segundos el aire en los mismos, y luego vaciándolos de arriba abajo, con calma, pausadamente, tranquilamente, somos capaces de relajarnos. De hecho, las primeras veces cuando hacemos respiraciones profundas, podemos marearnos, y eso se debe a que le está llegando mucho más oxígeno a nuestro cerebro que el de costumbre. No estamos acostumbrados a respirar apropiadamente. Es más, podemos decir, que respiramos menos de lo que necesitamos. Tenemos que hacer el esfuerzo y darnos el espacio, hacer la pausa, cerrar los ojos y conectarnos con nuestra respiración. Hacernos conscientes del momento, de cómo entra y sale aire por nuestras fosas nasales. Es una manera muy apropiada de bajar tensiones y enfocarnos en el momento presente.
Muchas veces en situaciones de tensión, respiramos de forma muy corta, no llenamos nuestros pulmones apropiadamente, y la calidad de lo que respiramos no es la misma. Regálate ese espacio, ese momento. Vamos a aprender a darnos calidad de vida. Estamos aquí para vivir. Aprovechémoslo.
Reconocer nuestra corporalidad nos da poder, nos da fuerzas, nos hace centrarnos, y luego de hacer ese ejercicio de respiración tan sencillo, vas a estar más tranquilo. Hay muchísimos ejercicios de respiración. Al arte de la respiración en el Yoga se le llama Pranayamas, y es el arte de respirar y tomar la energía del aire.
En segundo lugar algo que influye en nuestra corporalidad es lo que ingerimos. Vivimos en un mundo industrializado en donde hemos perdido el contacto con lo natural. Aquí no voy a recomendar ningún tipo de dieta, pero si considerar que trate de comer lo más sano posible, lo más natural posible.
El Dr. Carlos Jaramillo, en su libro COMO, define la palabra dieta como: Una dieta es cuando usted controla o regula la cantidad y el tipo de alimentos que ingiere, con un fin específico. Por lo tanto, esa dieta le puede ayudar a adelgazar, a ganar masa muscular, a cuidar sus riñones o su sistema inmune, incluso a mejorar su ansiedad o su depresión; ¡o a engordar! El término “dieta” se ha malinterpretado a lo largo de las décadas y se asocia con perder peso y con esa palabra que nos golpea: “sacrificio”. Borre esas ideas de su mente.
Hacer dieta es tomar el control sobre lo que usted ingiere. Hágalo de forma consciente. Infórmese de la calidad de los productos que usted come. No estamos hablando aquí de costos, sino de responsabilidad. Sea Ud. responsable con la salud de su cuerpo. Recuerde algo, su cuerpo, sus órganos y sus vísceras serán sus compañeros hasta que usted tenga que partir de este plano. Por lo tanto, merecen su mayor atención. Y qué mejor que tomar en cuenta lo que usted come con cuidado.
Algo también muy importante, tómese el espacio para comer tranquilo. Disfrute su comida. Puede ser una arepa, o un pedacito de cazabe. Regálese ese espacio de tiempo, y agradezca a ese alimento los beneficios que le va a dar a su cuerpo. De nuevo, usted está en este planeta para vivir, y disfrutar de la vida. Deje, al menos mientras coma, atrás las tensiones, las preocupaciones, las responsabilidades, y permita que su cuerpo se recargue de energía sana que le dan los alimentos.
Ahora, vamos al segundo dominio que es bastante extenso: La Energía.
¿Qué es la Energía? Simple, es lo que nos mueve.
En este espacio quisiera hacer tres consideraciones importantes:
- Dormir y descansar.
- Hacer ejercicios.
- Manejar las emociones de forma apropiada.
1.- Dormir y descansar. Nuestro cuerpo merece reposo apropiado. Y que mejor reposo para recargar las baterías de nuestro cuerpo que el dormir apropiadamente. Muchas veces no nos damos cuenta y tenemos un sueño de baja calidad. Y por supuesto eso influye en nuestro estado de salud y bienestar. Tomemos las medidas apropiadas de la Higiene del Sueño: Cenar temprano, acostarse a la misma hora, desconectarse de los equipos electrónicos al menos una hora antes de dormir.
Algunas pautas que contribuyen a un mejor dormir.
1. No tomar sustancias excitantes como café, té, alcohol, tabaco, gaseosas, etc., especialmente durante la tarde o al final del día.
2. Tomar una cena ligera y esperar una o dos horas para acostarse. No irse a la cama con sensación de hambre. Se puede tomar un vaso de leche caliente (sin chocolate) o una infusión (sin teína) para favorecer la relajación antes de ir a dormir. Quizá la mejor recomendación es comer tres horas antes de acostarse, para haber hecho la digestión. Y tratar de tener una cena liviana.
3. Realizar ejercicio físico pero evitar hacerlo a última hora del día, ya que activa el organismo. El ejercicio físico debe ser parte de tu rutina. Sobre todo lo más temprano posible.
4. Evitar siestas prolongadas (no más de 20-30 minutos) y nunca por la tarde noche.
5. Si se está tomando medicación hay que tener en cuenta que algunos medicamentos pueden producir insomnio. Es importante estar prevenido.
6. Mantener horarios de sueño regulares, acostándose y levantándose siempre a la misma hora. Si no se consigue conciliar el sueño en unos 15 minutos salir de la cama y relajarse en otro lugar para volver a la cama cuando aparezca el sueño.
7. Evitar la exposición a luz brillante a última hora de la tarde y por la noche si existen problemas para conciliar el sueño. Evite los aparatos electrónicos en su cuarto.
8. No realizar en la cama tareas que impliquen actividad mental (leer, ver tv, usar ordenador, etc.). Otro error, no desconectarse del trabajo y mantener el espacio de trabajo cerca de donde se va a dormir. ¿Cuándo te desconectas?
9. Es imprescindible mantener un ambiente adecuado que favorezca y ayude a mantener el sueño. Se debe procurar tener una temperatura adecuada, evitar ruidos, usar colores relajantes, una cama confortable etc. Evitar los ambientes no familiares o no habituales a la hora de dormir.
10. Si es necesario se puede realizar un ritual antes de acostarse que incluya conductas relajantes como escuchar música tranquila, lavarse los dientes, una ducha templada, etc.
Ahora vamos con el segundo punto que habíamos hablado en cuanto a la energía.
2.- Hacer ejercicios. No hace falta ser un deportista de elite. Simplemente caminar, correr, hacer bicicleta, hacer yoga, taichí, etc. Es necesario mover el cuerpo. Nosotros no somos animales sedentarios. Nos hemos convertido en sedentarios, lo cual es diferente, y es por eso que a veces subimos de peso, porque simplemente comemos más de lo que necesitamos, por el tipo de actividad que realizamos. Seamos conscientes, salgamos un rato a distraernos. Vayamos a un parque, integrémonos a un grupo que haga ejercicios, o si está dentro de tus posibilidades, inscríbete en un gimnasio, y disfruta la experiencia. Lo recomendable es hacer al menos 30 minutos al día de alguna actividad física (OMS).
El ejercicio físico debe ser parte fundamental de la rutina diaria de cada uno. Cualquiera que ella sea, es importante dedicarle ese tiempo al cuerpo para que mueva la energía. Hacer ejercicios beneficia nuestras articulaciones, tendones y músculos, e indirectamente afecta nuestra energía de Hígado y Riñón.
3.- Manejar las emociones de forma apropiada. Reconocer las emociones y cómo las mismas está afectando tú día a día. Emoción se puede escribir como energía en movimiento (e-motion). Te has preguntado ¿cómo manejas tus emociones? ¿Cómo las vives? ¿Desde dónde las vives? ¿Qué haces con esa energía que está enfocada en esa emoción? ¿Cómo te desconectas del pasado?
Atención, las emociones son muy importantes. De hecho, gracias a las emociones el Ser Humano existe. ¿Qué hubiese pasado si no hubiésemos aprendido el miedo y nos toca enfrentarnos a un Tiranosaurio Rex? Entonces, el miedo, la rabia, la tristeza son necesarias. El problema que tenemos es que no las soltamos, y permitimos que ellas nos envuelvan en su accionar.
¿En qué emoción te reconoces? Te reconoces en la tristeza, la depresión, el duelo, la rabia, el miedo, los temores, los celos, la histeria, la ansiedad, la preocupación, la ansiedad. ¿Con cuál de ellas te identificas más? ¿Sabes tú que cada emoción está identificada con la energía de los órganos de tu cuerpo? ¿Cómo miras las emociones? ¿Te ves envuelto en ellas? ¿Las ves fuera de tu cuerpo?
Las emociones son completamente naturales. De hecho, somos seres emocionales, por lo tanto, es normal que las sintamos. Las emociones son aprendidas, y muchas veces vienen de nuestra infancia y la forma como la vivimos. Puede que las hayamos aprendido de forma equivocada, es posible que tengamos alguna herida no resuelta, como el abandono, el rechazo, la traición, la humillación o la injusticia que nos dispare la emoción.
Quizá nos hace falta aprender de nuevo, o reaprender a manejar la emoción. Reorganizarla y entender que podemos tener memorias equivocadas que nos están indicando una forma inapropiada de proceder. No podemos escapar de las emociones, pero podemos trabajarlas. Y aunque a veces no lo creamos, trabajar el cuerpo nos ayuda a manejarlas.
Las emociones son desgastantes, cuando son intensas. Y fundamentalmente se debe a la cantidad de energía que les estamos suministrando. Una emoción intensa consume una enorme cantidad de energía, por eso es que nos agota y nos hace sentir cansados, sin fuerzas. De allí la importancia de reconocer la emoción.
La emoción fundamentalmente ocurre en el tiempo, no está en el aquí o en el ahora. Es por algo que pasó, o que puede pasar. Y por eso, también decimos que está en nuestra mente, que es donde existe el tiempo. Es decir, la emoción está a medio camino entre nuestro cuerpo y nuestra mente. La sentimos en nuestro cuerpo, pero la vivimos en nuestra mente.
Es por eso que a la emoción le cuesta estar en el aquí y en el ahora, ya que en este momento, pierde su fuerza, deja de existir. Y es allí donde tienes el poder para trabajarla. Cuando eres capaz de centrarte y reconocerla, comienzas a entenderla. Cuando eres capaz de materializarla, eres capaz de manejarla y resolverla. Y es allí cuando tienes el poder de poder actuar sobre ella.
De la misma manera, el trabajo con el cuerpo, permite liberar tensiones, y esas tensiones son en parte emociones, creencias o juicios que se han estancado en tu cuerpo.