GUERRA EN EL SIGLO XXI
Es difícil estar de espaldas a lo que sucede en el mundo. Como una vez dijera Friedrich Nietzsche: Nada humano me es ajeno.
Y qué podría ser más preocupante que un conflicto como el que estamos viendo en Europa en este momento. Lejos de decir quién puede tener o no razón en el conflicto, quien es el agresor y quien es el agredido, no puede sino preocuparnos que una persona pueda tomar la decisión sobre la vida de miles de personas, sin que sufra las consecuencias.
A pesar de que estamos en el siglo XXI, y hemos avanzado bastante en relación a la barbarie, todavía hoy tenemos que ver barbaros que por un pedazo de tierra o por una ideología barata, son capaces de asesinar seres humanos sin remordimientos. Eso sí, ellos nunca son capaces de pelear, envían a otros inocentes a hacerlo.
No soy especialista en el tema internacional, y mucho menos en la escalada de conflictos bélicos o en el tema de Rusia y Ukrania. Pero si creo en la soberanía de los pueblos, y en este caso hay un pueblo agredido que tiene derecho a ser soberano, tal como lo ha sido desde hace más de 20 años. Si creemos en la libertad, como nos enseñó Bolívar, debemos ser coherentes, y defender la libertad en cualquier lugar que pueda ser amenazada.
Ya vimos desde hace dos años, el poder de la globalización. Nada humano me es ajeno, vuelvo a repetir. Lo que sucede en un punto de este planeta, inmediatamente tiene repercusión en otro. Pero parece que los líderes de los distintos gobiernos aun no lo han entendido. Y tarde o temprano tendrán que ser reemplazados. Fijémonos como apenas a días de haberse iniciado el ataque militar, la cantidad de países que se han involucrado de una forma u otra en el conflicto. Nada es tan fácil como parece.
Eso apenas está comenzando, y aún no hemos medido la devastación y las consecuencias económicas que traerá este conflicto, pero sin duda van a ser muchas. Las secuelas del mismo están por verse, y en poco tiempo comenzaremos a sentir las repercusiones de esta desacertada decisión de hacer una guerra en pleno siglo XXI. La pregunta a hacer en el futuro es ¿Por qué no se agotaron los medios diplomáticos para evitar el conflicto armado? ¿Cuál es el papel de las instituciones en el mundo? ¿Cuál es el papel de las supuestas potencias que tienen la potestad de declarar la guerra a países más pequeños en el mundo? ¿Cuál es el derecho que ellas tienen para decidir sobre la vida de millones de personas impunemente? Estas preguntas están por responder.
Lo triste de esta situación, es que esto puede escalar a dimensiones nunca antes vistas por la humanidad. No sabemos cuáles son los verdaderos planes, ni los escrúpulos de los involucrados, o las repercusiones. Pero al final de esto, todos vamos a participar en el conflicto de una forma u otra. Aún no hemos entendido el poder que tiene la globalización y la información.
Si hay algo que destacar es la cantidad de información que está fluyendo por las redes, que se han convertido en el medio informativo por excelencia. Sin embargo, cuáles de esas informaciones son verdaderas o falsas, es harina de otro costal. Hay usuarios de las redes que creen que esto es un show y fundamentalmente hacen reportes vacíos de lo que sucede. O están ganando seguidores ¿? Hay otros que creen que esto es una fiesta de fotos, y vemos imágenes por todos lados, y a veces me pregunto, ¿qué estoy viendo? ¿Qué es verdad? ¿Qué es mentira? ¿Una guerra en fotografías?
La verdad es que lo que sucede no es algo tan banal como una película, o una serie de Netflix, o de cualquier otro canal de diversión. Esto es la vida real, y no debe ser mediatizada. Es noticia, pero no es juego. Hay personas, seres humanos que se están arriesgando, y que van a desaparecer o a sufrir como consecuencia de la ambición desmedida de unos pocos. Otros tienen que abandonar sus hogares, familia y huir a otros países para poder seguir vivos. Rezo por que reine la consciencia, la ecuanimidad y el equilibrio en la humanidad, y que esta situación se resuelva rápidamente y de manera beneficiosa para todos nosotros.
Estamos aquí para servir y apoyar a todos aquellos que así lo requieran. Creo en el Ser Humano, y que saldremos fortalecidos de esta película de terror que nos ha tocado vivir.
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