ENERGÍA VITAL – CHI – PRANA.
“Cuando
crees en algo, haces que sea real para ti.”
UCDM
(Cap. 7, VI, 7, 7)
Todos
sabemos, o al menos hemos sentido alguna vez, algún corrientazo en nuestro
cuerpo. Un calambre, un escalofrío.
Cualquiera de esas cosas nos recuerda la energía.
Somos
seres compuestos de moléculas y átomos, que interactúan entre sí, creando
sistemas que tienen el trabajo de procesar distintos elementos provenientes de
la naturaleza.
Estas
moléculas y átomos están compuestos por campos de energía, que se conectan
formando las distintas partes de nuestro cuerpo. La energía vital asociada a cada órgano y que de alguna forma
es parte del sistema global, es lo que hemos llamado Chi o Prana.
Chi o
Prana es la energía que habita el cuerpo. Está presente en cada instante de
nuestra vida. Circula entre los distintos sistemas del
cuerpo, a través de canales. La energía es única, es decir, es un solo tipo de
energía que circula por el cuerpo. Adquiere características diferentes en cada
sistema en particular, aplicando el axioma básico de que la energía no se crea
ni se destruye, solo se transforma.
El Ser
Humano interactúa con todo lo que le rodea, e intercambia energía con el medio
ambiente. Es decir, no somos un sistema cerrado, por lo tanto, tenemos que buscar
el equilibrio con lo que nos rodea. De hecho, debemos protegernos contra las
noxas externas, que son aquellas energías externas que atacan nuestro cuerpo,
como pueden ser el excesivo calor, frio, sequedad, humedad o viento, que pueden
desequilibrar nuestro sistema interno.
Asimismo, esas noxas externas pueden estar representadas por elementos
de la naturaleza que nos atacan, convirtiéndose en amenazas a nuestra salud y
bienestar. Nuestra función es mantener el equilibrio, y esto lo conseguimos a
través de distintas actividades que nos permiten garantizar dicho estado.
¿De dónde
viene el primer chispazo de energía? Viene de la concepción o del Big Bang inicial,
en donde el óvulo y el espermatozoide se unen y se crea vida. A esta energía
que se transmite en la concepción se le denomina Energía Ancestral, y está
compuesta por la parte física y emocional de la que se compone esa
interacción. Esa Energía Ancestral queda
depositada en nuestro cuerpo, y se ira gastando a lo largo de nuestra vida. Es
como un deposito que tenemos ahorrado en nuestro sistema del Riñón, que se
activa a través del punto de acupuntura 4DM (Ming Men), el cual debemos
consumir sabiamente. El gasto de esta
reserva de energía, conduce inevitablemente, al agotamiento temprano de nuestro
cuerpo. La naturaleza inteligentemente convierte ese chispazo en un ser, con
todas las características que conocemos.
Las
energías las obtenemos de la naturaleza, a través de nuestros sistemas. El Chi (Energía vital en chino) o el Prana
(Energía vital en hindú) están disponibles en el aire, en los alimentos, en el
agua, etc. Esta energía se mueve a
través de nuestro cuerpo, y podemos ayudar a que así sea, realizando ejercicios
que contribuyan al movimiento de la energía.
Ejercicios como el Yoga, el Taichí, el Chi Kung, los 5 Ritos Tibetanos,
etc., son algunos de los recomendados.
Los
canales a través de los cuales este Chi o Prana circula por el cuerpo se denominan
Meridianos. Nuestro cuerpo dispone de un
Tejido Invisible de canales que recorren todo el cuerpo alimentándonos
continuamente de energía. Los estancamientos o agotamientos de energía causan
malestar, y generan enfermedades. Estos en algunos casos están originados por
factores externos, mientras hay otros casos que son resultados de noxas
internas, como emociones mal manejadas o stress constante.
A lo
largo de esos meridianos tenemos puntos de Acupuntura, donde podemos intervenir,
ya sea con elementos externos, con digito presión o imposición de manos, para
ajustar el movimiento del Chi o Prana en el cuerpo.
Es
importante que busquemos la manera de equilibrar nuestra energía, ya sea a
través de ejercicios, meditaciones o intervenciones externas con acupuntura u
otros elementos de la Medicina Tradicional China. Esta medicina es holística e
integrativa, es decir, maneja la interacción del Ser Humano como un todo con lo
que le rodea. No solamente con la naturaleza, sino también con aquellas
energías sociales, mentales, culturales, etc., que nos afectan. Todas esas energías tienen la posibilidad de estropear
nuestra salud, y de hecho lo hacen, creando reacciones de desequilibrio, donde
aparecen patologías en nuestro cuerpo.
Por ejemplo, en medicina tradicional china se denominan flemas, a todo
aquel material que no puede ser procesado o expulsado por el cuerpo. Esto da
lugar a la aparición de tumores, cálculos, piedras, etc., en distintas partes
de nuestro cuerpo. Esto por ejemplo
tiene que ver con alimentación y consumo de químicos procesados. De allí la
importancia de vigilar aquello con lo que nos alimentamos, medicamos, e
inclusive relacionamos. Todo influye en nuestra Salud, generando afecciones,
algunas deseables otras no.
El
cuidado y la atención de nuestro cuerpo es un largo camino, que implica asumir
responsabilidades con nosotros mismos, ya que no hay soluciones mágicas. La
única respuesta es aceptar el compromiso de tu propio cuerpo y salud, y hacer
todo aquello que sea necesario para cuidarte, y llevar una vida en plenitud.
De ti depende.
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Mi nombre es Francisco De Lisa. Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, hago
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