NO TE QUEDES PEGADO EN EL PASADO.
Muchas veces nos quedamos pegados en
el pasado, ya sea a los éxitos o a los fracasos, en algo que aprendimos, nos gustó,
por algo que sucedió, nos afectó o nos molestó en un momento dado. No significa que no sea importante lo que ocurrió,
pero es necesario entender que eso que pasó, ya no podemos cambiarlo.
A veces nos quedamos pensando o
culpando al pasado de lo que sucedió. Le damos el poder de no permitirnos
cambiar. Incluso, decimos que hay heridas de la infancia que nos afectan de tal
o cual manera, que no nos permiten cambiar. Ciertamente, esas heridas marcaron
algunos patrones de comportamiento en nuestra vida, tales como el abandono, el rechazo,
la injusticia, la traición, la humillación. Pero, una vez que los subimos a la
conciencia, tenemos el poder de modificar dichos patrones y desarrollar nuevas
habilidades.
También me pregunto, ¿quién serias
hoy si eso que tú dices que te afecta, no hubiese sucedido? ¿El pasado te limita o es que tú permites que
eso que sucedió te límite? ¿Qué te
impide cambiar, y ser ese personaje lleno de poder y posibilidades que
realmente eres?
A veces, en ese dialogo interno,
decimos: si esto o aquello que sucedió, no hubiesen sido de esa manera, yo no sería
quien soy ahora. Pero eso que eres ahora, es gracias a todas esas cosas que sucedieron,
y lo que quieres ser, siempre será posible que tú lo elijas. Solo tienes que
decidirte a cambiar.
Cuando le das el poder a lo que sucedió,
de afectar tu vida, dejas de ser el protagonista de la misma y te conviertes en
víctima del pasado. Como víctima, no
tienes el poder de controlar y de cambiar la situación, pues la solución no
depende de ti. Es más, en este caso, depende de algo que pasó, y que no puedes
cambiar, por lo tanto estas condenado. Esto
significa que nada de lo que hagas va a resolver la situación.
Lo único que puedes hacer es romper
con ese pasado, despedazar esos recuerdos, entender que fueron una experiencia
que viviste e interpretaste de manera particular, y que no vas a poder
cambiar. Pero eso que sucedió, no tiene por
qué marcar tu vida. E inclusive, lo puede haber marcado de una manera
apropiada, pero todo cambia de forma constante, nada permanece.
Piensa que eres un escritor, y tienes
el lápiz en tus manos, con el cual escribes la historia de tu vida. ¿Qué historia
quieres contarte? ¿Aquella en donde eres víctima de las circunstancias y no
puedes avanzar? o ¿aquella en que eres dueño de tus actos, eliges qué vas a vivir
y cambias tu historia para alcanzar tus sueños? ¿Cuál de los dos personajes
quieres ser? ¿Con cuál personaje te identificas?
Eres tal como Dios te creo. Eres poderoso,
impecable, invulnerable, triunfador, magnifico, etc. ¿Por qué no te das un voto
de confianza?
Depende solo de ti, y del esfuerzo
que quieras hacer, liberarte de tus emociones limitantes, que ralentizan tu
avance. Simplemente suelta el pasado y alcanza tus sueños. Que nada te lo impida.
De ti depende.
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