TU SABES CUÁL ES EL PROBLEMA.
Elijo
el júbilo de Dios en lugar del dolor.
UCDM,
Lección 190.
Podemos decir también:
Elijo el Amor en lugar del miedo.
Elijo la bondad en lugar de la
rabia.
Elijo la alegría en lugar de la tristeza.
Elijo la paz en lugar de la rabia.
Elijo la ecuanimidad en lugar del
amor.
Siempre podemos elegir. Ese es el
libre albedrío que tenemos. Pero no sobre lo que sucede, sino sobre la forma
como interpretamos lo que sucede. Y cuando decidimos elegir cualquiera de
ellas, podemos liberarnos del dolor.
Recordemos que el dolor es necesario,
el sufrimiento es opcional. Y ese sufrimiento es autoimpuesto. Tenemos la
potestad de resolver la situación.
No podemos cambiar lo que sucede,
pero podemos cambiar la manera como lo interpretamos. No podemos cambiar el
pasado, pero podemos aprender de él lo necesario, soltarlo y seguir adelante. No
hay manera de que cambiemos el pasado, porque eso ya sucedió. Solo podemos transformar
la forma como entendemos lo que pasó, y darnos cuenta que todo lo que sucedió fue
resultado de las mejores intenciones posibles de todos sus participantes.
Nuestras emociones están directamente
relacionadas con lo que le sucede a nuestro cuerpo. Entonces, si queremos
sanar, debemos cambiar nuestra forma de entender lo que sucede, a fin de que
nuestra energía se reconduzca apropiadamente y volvamos a tener un estado de
salud apropiado.
Todos vamos a transformarnos de
diferentes maneras. Tarde o temprano pasaremos de plano, para continuar el
proceso de crecimiento en otra dimensión. La vida no muere, la vida se
transforma. Este espacio que nos toca vivir es un espacio de aprendizaje que
nos ayuda a tener experiencias y a avanzar un poco más en nuestro viaje.
¿Qué te impide soltar? Tus juicios y
creencias tan arraigados, que sientes que de hacerlo perderías algo importante.
Pero eso que crees importante no son más que pensamientos que están en tu
mente, que puedes cambiar en el momento en que lo decidas. Aquello que es fundamental
para ti, quizás para otra persona no significa nada. Simplemente porque su
pensamiento no está vinculado a esa creencia o condicionamiento. Depende de ti.
Salgamos de nuestra zona de confort,
y busquemos la forma de cuestionar aquello que hacemos, que no permite que nos
sintamos bien. Podemos decir que sabemos cuál es el problema, pero si ya lo
vimos, seguro también sabemos cuál es la solución. Tan solo tenemos el temor de cambiar y probar
lo que sabemos que puede mejorar nuestra vida. Suena un poco ilógico, pero muchas veces es así.
Nos resistimos más por miedo a cambiar, que por desconocer lo que debemos hacer.
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