HACIA UN NUEVO YO
Te has contado una historia desde
que naciste. Has tratado de darle una
continuidad particular a esa historia, porque te has acostumbrado a pensar en
términos de acción y reacción, y como consecuencia entrelazas los hechos, de
acuerdo a una manera muy particular de ver el mundo.
Todo lo que te has contado en esa
historia refleja quién eres. De dónde vienes, a dónde vas, tus orígenes, buscas
de darle explicaciones a los sucesos de tu vida, creyendo que realmente existe
una explicación para eso.
Es más, vives la vida como si fueras
el único ser humano sobre la tierra, y crees que el mundo gira alrededor de ti,
de tus sueños, de tus logros, de tus fracasos.
Has adoptado una serie de patrones
que te ha vendido la sociedad, la educación, la cultura, los medios, y tratas
de ser eso que ellos quieren que tú seas, no lo que realmente eres. Para el
momento en que te des cuenta de quién eres y qué deseas, probablemente ya sea
muy tarde.
Si preguntamos y profundizamos, nos
daremos cuenta de que aquello que creemos importante, no lo es tanto, y que lo
que no hemos valorado adecuadamente, pueden ser las cosas más importantes de tu
vida.
Hemos comprado ideas como la
productividad, la competencia, el éxito, el dinero, vivir para producir, y
hemos obviado otras como la familia, el amor, la amistad, la salud, la paz, el
bienestar, etc.
Al final hemos caído en situaciones,
como por ejemplo la Pandemia, con un virus que nadie sabe de dónde salió, pero
que afectó al mundo por más de dos años.
O aparecen regímenes que no respetan al hombre, pero que usando el odio
y el resentimiento se enquistan en el poder, empobrecen a sus pueblos, mientras
un grupito se enriquece, bajo la mirada complaciente y cómplice de las armas.
Se critican sistemas de pensamientos
como la meritocracia o la tecnocracia, pero se establece la impunidad y la
lealtad al hombre fuerte, en desmedro de lo que necesiten los ciudadanos, sin
importar las consecuencias, depauperando a los pueblos, y llenando de pobres países
que están llenos de riquezas.
Se construyen historias a la medida
de los regímenes, buscando enemigos externos en lugares donde no existe
ninguno, solo para justificar estados policial y represivo.
Lamentablemente, ese es el mundo en
el que nos encontramos. Un mundo donde un supuesto líder lleva a la guerra a
dos países, de forma innecesaria, solo para complacer un capricho personal, sin
importar los muertos que pueda haber en esa desacertada aventura. Por supuesto,
mucho menos le importan las consecuencias sobre los demás. La famosa doctrina
de la soberanía nacional se blande contra los pueblos que osan criticar y
reclamar sindéresis. Es como que alguien
porque vive en su casa, tenga el derecho de agredir a su familia sin
consecuencias.
Mientras tanto, 8.000 millones de
personas tienen que ajustarse como consecuencia de decisiones personales
egoístas.
En un mundo globalizado, el concepto
de soberanía como argumento para someter a los pueblos, debe ser revisado, ya
que estamos completamente interconectados, y lo que suceda en un lugar afecta
inmediatamente todos los demás. Todos los actos por remotos que sean, tienen
consecuencias. Comencemos a pensar como un solo pueblo que habita un enorme
planeta, que debe velar por la salud de sus habitantes. Por supuesto que van a existir las
diferencias, pero las fronteras han sido inventadas por el hombre para
controlar a los pueblos y castigarlos con impuestos y dadivas a los señores
feudales que ocupan el poder. Las
fronteras deben desaparecer. Deben existir espacios, y los líderes necesitan
comenzar a velar por que cada estado alcance sus metas de la mejor manera
posible, beneficiando a todos sus habitantes, y generando nuevas posibilidades.
Bajo enfoques como esos, disminuirán las migraciones, como las que ocurren
ahora, con pueblos que huyen desesperadamente de regímenes en guerra no con los
demás, sino consigo mismo.
Existen corporaciones que han
desarrollado nuevas formas de comunicarse, pero usan la información como
mercancía de valor, y dejan que los demás trabajen para ellos en una loca
carrera por crear contenidos sin importar el valor o significado de los
mismos. Sin temor a equivocarnos,
podemos afirmar que internet está lleno de basura, de repeticiones sin sentido,
de personas que quieren conquistar sus quince segundos de fama, a través de un
video de tiktok, YouTube, Instagram, sin importar las consecuencias. Una
herramienta tan poderosa como internet, se ha convertido en un elemento
distractor para las mayorías, adoctrinando a las mentes más jóvenes, sobre las
cuales tienen mayor influencia, debido al tiempo que pasan conectados.
Estamos frente a un mundo en
completa transformación. Todas estas situaciones nos están confrontando con un
cambio cuyas consecuencias veremos de aquí a unos años. La Inteligencia
Artificial (IA), el Internet de las cosas (IoT) va a cambiar el panorama de
nuestra realidad, y por supuesto cambiará nuestra forma de ver e interpretar el
mundo. La tecnología sigue controlando
al mundo. Ojala que los que la desarrollan la usen en beneficio de todos.
Necesitamos desarrollar nuevas
habilidades técnicas y sociales para sobrevivir en este nuevo mundo. Es posible
que la forma de hacerlo sea preparándonos para lo que viene, trabajando en
aquello que de alguna manera podamos planificar. Quizás logremos plantear escenarios usando la
matriz FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas), revisando dónde
estamos y qué queremos lograr en los próximos 3 a 5 años.
Si nos hacemos preguntas como:
1. ¿Cuáles son mis fortalezas?
2. ¿Cuáles son mis debilidades en estos escenarios?
3. ¿Qué nuevas amenazas enfrentaremos?
4. ¿Cuáles son las oportunidades en el futuro?
Es posible que logremos reorientar
nuestros esfuerzos en la dirección acertada.
Este es un ejercicio poderoso, que
puede ayudarnos a visualizar el futuro y amoldarnos a él, con las herramientas
que disponemos en este momento, dispuestos, eso sí, a romper moldes y esquemas
de lo que hemos aprendido, a fin de conseguir mejores respuestas a novedosas
situaciones.
PREGUNTAS:
1. ¿Estas satisfecho con lo que eres
hoy?
2. ¿Qué puedes hacer para prepararte
para los nuevos escenarios?
3. ¿Cómo avizoras el futuro por venir?
4. ¿Te sientes preparado ante los
cambios?
CONTACTO:
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