EL PENSAMIENTO LÓGICO.
En estos días, y a propósito de un
curso de Lógica que estoy impartiendo, no dejo de pensar en que nuestra forma
de ver el mundo está condicionada por la forma en que pensamos, y si usamos un
pensamiento estructurado basado en la Lógica, pues dicha interpretación tendrá sus
raíces en la misma.
La Lógica es la ciencia que estudia el
Razonamiento para indicarnos si los argumentos que estamos usando son válidos o
inválidos, correctos o incorrectos, buenos o malos. En otras palabras, la
estructura de los argumentos que construimos, está basada en una forma de
pensar causal.
¿Qué implica esto?
Que nuestra forma de ver el mundo definitivamente
une causa con efecto, y creemos que es el mundo en donde se producen dichos fenómenos,
cuando realmente es en nuestra mente donde suceden. Podemos decir que lo que vemos no es lo que
realmente sucede, sino una interpretación de lo que vemos. Y por supuesto, a esto le podemos añadir las
ilusiones colectivas, que son aquellas que manejamos en conjunto. Por ejemplo,
no existía una Pandemia hasta que se generalizó en el mundo el concepto de
enfermedad pandémica, y con ello salieron afectados un grupo de personas que asumieron
los síntomas de la enfermedad. Es como cuando una persona es sumamente sensible
o hipocondriaca; esa persona estará afectada por lo que le rodea, y presentará
enfermedades, aunque esté completamente sana. En otras palabras, nuestros
pensamientos pueden afectarnos en todos los niveles; físico, energético,
emocional, mental.
Cuando vemos lo que vemos, buscamos en
nuestra mente qué es lo que estamos viendo, y de alguna manera lo conectamos
con nuestra forma de pensar. El mundo no se mueve por casualidad, por causa y
efecto. Si no, basta ver como las explicaciones de la cuántica dicen otra
cosa.
Sin embargo, la lógica que tiene sus raíces
en los filósofos griegos, y la gran influencia del pensamiento de Newton en la física,
en su famoso tercer principio en donde define la Ley de Acción y Reacción,
condicionaron nuestra manera de ver e interpretar el mundo.
Como afirmamos, la realidad es neutra.
En el momento que somos capaces de percibir cualquier fenómeno en nuestra vida,
en ese mismo momento están sucediendo infinidad de eventos a los cuales no les
prestamos atención, y cada uno de ellos esta interconectado con todos los demás. Nuestra atención se enfoca exclusivamente en temas
muy particulares, que de alguna manera se parecen a lo que pensamos. Todo aquello que no concuerde con nuestra
manera de ver el mundo, o nuestra forma de entenderlo, es descartado por no
tener significado o por ser “ilógico”.
Sin embargo, mas allá de aquello a lo
que conscientemente prestamos atención, nuestro inconsciente es capaz de captar
todo lo que sucede a nuestro alrededor, y almacenar la información aunque esta
no sea visible para nosotros. Nuestro sentido
de percepción es mucho más avanzado de lo que creemos y de lo que usamos. Inclusive me atrevo a decir que nuestra intuición
esta siempre alerta en caso de que exista cualquier cosa que pueda amenazarnos
de cualquier forma. Y esas sensaciones
viajan más rápido que la velocidad de conexión de nuestros pensamientos.
En conclusión, nuestro paradigma de interpretación
de la realidad está condicionado por nuestra forma de entender al mundo que
tiene que ver con la forma como nos hemos acostumbrado a pensar desde hace
miles de años. Sin embargo, ¿podemos cuestionarlo? ¿Qué beneficios nos traería ver
el mundo de otra manera?
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