¿Qué es un quiebre?
Normalmente uno de los primeros pasos que damos para trabajar en una sesión de Coaching es cuando entendemos cuál es el quiebre, inquietud, duda o incomodidad que trae el asistido. Al definirlo, podemos entonces proceder a indagar en las causas y efectos generados por él.
Todos vivimos en quiebres constantes. A pesar de que a veces no les llamemos por ese nombre, cualquier cambio inesperado lo genera. Podemos decir que un quiebre se entiende como la ruptura de la transparencia en nuestra vida. Es decir, un cambio que genera una brecha entre lo que habíamos pensado que debía suceder y lo que realmente sucede. Cuando esta situación ocurre, nos encontramos ante una posible toma de decisión. Si no sabemos cómo manejarla, buscaremos dentro de nuestra caja de herramientas (ergo nuestras experiencias pasadas) aquellos recursos que nos permitirán dar respuesta a esa situación. Sin embargo, la mayoría de las veces esa inquietud nos enfrenta a nuevos o desconocidos escenarios para los cuales no tenemos respuestas o las que tenemos no funcionan.
No significa que no tengamos respuesta, sino que probablemente la misma no se presenta como la solución adecuada; está en nuestro potencial, pero no sabemos cómo identificarla y emplearla. Se me ocurre, por ejemplo, una caja con muchísimas herramientas, pero desconocemos el uso de algunas de ellas. Cuando entendemos el funcionamiento de cada una de las piezas, seremos capaces de darle respuesta a la situación. Es decir, usaremos el elemento apropiado para el problema que se nos presenta. Pero, ¿Qué tiene que pasar para que te des cuenta de que esa es la herramienta adecuada? Probablemente alguien tiene que indicar la forma de manejarla. Y es allí donde interviene el Coach.
¿Qué es lo que se genera cuando hablamos de un proceso de Coaching? Es una conversación a través de la cual cuestionamos los juicios que determinan la existencia de la incomodidad. Si somos capaces de discutir esos juicios, generando otras posibilidades, es posible que tengamos nuevas alternativas de respuesta al quiebre, y el asistido salga fortalecido de dicha interacción.
Y ese nuevo potencial se da cuando aparece el darse cuenta, o un nuevo aprendizaje por parte del asistido. Recordemos que el Coaching no es una terapia, sino una experiencia dinámica de aprendizaje, y el rol del coach en este proceso es de actuar como Agente de Cambio.
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