lunes, 18 de abril de 2022

SUELTA EL PASADO

 




Suelta el pasado.

 

No hay nada que puedas hacer para resolver lo que ya paso.  Simplemente, sea lo que sea que haya sucedido, eso solo está en tu memoria, no existe en ningún otro lugar del Universo. Sea lo que sea que haya sucedido, como tú lo hayas percibido, o como lo recuerdes, eso solo existe en el espacio intemporal de tu memoria.  Desde pequeños aprendemos a relacionar causas y efectos, y también a mirarlo en términos de tiempo, porque el tiempo, es una medida del intervalo de cambio. Y es solo en nuestra memoria, es en nuestros recuerdos, algunos más claros que otros, en donde existe ese pasado. Ya los eventos ocurrieron, ya no existen. Cualquier decisión que tomemos en relación a ese momento o a partir de esa situación, afectara nuestro presente o nuestro futuro, pero de ninguna manera cambiaremos el pasado.  Por lo tanto, lo único que nos queda es aceptarlo.

 

Lo más probable es que eso que a ti te parece tan importante, seguramente, para otra persona, tendrá un significado completamente diferente, inclusive puede ser que ni siquiera se acuerde de ello. No hay nada que puedas hacer en este momento, para cambiar lo que ya sucedió. Simplemente tenía que suceder, era parte del proceso que estamos viviendo. Lo único que puedes hacer con el pasado además de soltarlo, es aprender de él, como parte de tus vivencias en este plano.

 

La vida fluye como un rio, y tiene su propio ritmo. Nada de lo que hagamos podrá cambiar la corriente de la vida.  Solo podemos ajustarnos a ella, y bailar a su ritmo, reconociéndola, aceptándola, entendiéndola, para que nuestra vida fluya en paz.  El rio de la vida se mueve como consecuencia de la inteligencia universal que rige el Universo. Todo tiene un por qué y un para qué. Que nosotros lo sepamos o lo entendamos, no importa. Igual sigue su camino. Tenemos que darnos cuenta que esa Inteligencia que mueve al Universo tiene un objetivo y es la expansión y la creación. Si nos oponemos a ella de la manera que sea, seguramente no nos sentiremos bien. Nuestra inteligencia como especie es parte de esa inteligencia universal, cuando somos capaces de acoplarnos a ella la vida se mueve de manera más diáfana.

 

La mayoría de las veces nuestras emociones están completamente involucradas con el pasado, con una situación, con una persona, con un hecho.  Para que esa emoción permanezca, es necesario que inviertas energía de tu cuerpo para mantenerla vigente. Cuando dejas de darle importancia a ese evento o situación, la energía que alimenta la emoción como consecuencia del pasado, comienza a liberarse y retorna a sanar tu cuerpo. Hasta que no seas capaz de soltar, no serás capaz de recuperar la energía que estas invirtiendo en darle vida a ese pasado, no serás capaz de sanar. Ese evento solo sigue vivo solo en tu mente,  no existe en ningún otro lado. Y cualquier otra persona que haya estado contigo en ese momento, probablemente recordara algo completamente diferente. Entonces puedes preguntarte ¿Cómo algo que ocurrió tiene distintas explicaciones? ¿Cuál es la verdad de lo que sucedió? ¿Es verdad lo que tu viste o lo que el otro vio? Cuando empiezas a hacerte esa pregunta te das cuenta de la relatividad de los recuerdos, y de que al final no significan nada.

 

Aquí comenzamos a reconocer la diferencia entre los procesos de Sanación y de Curación. Cuando trabajamos con la curación, estamos atacando los síntomas de la enfermedad; cuando trabajamos en la Sanación, estamos atacando los orígenes de la enfermedad.  A veces cuesta trabajo reconocer cual es el origen de nuestras enfermedades. Pero definitivamente, ellas vienen de procesos que muchas veces están escondidos en nuestra memoria, y que no tienen el significado que nosotros le hemos dado.

 

Por supuesto, no es fácil decirle a alguien que olvide las emociones involucradas en una situación particular que le parece tan importante. Sin embargo, cuando somos capaces de soltar, sin  importar lo que eso pueda significar para nosotros, somos capaces de aceptar nuestra responsabilidad en el proceso de sanación de nuestro cuerpo. A veces tenemos que decidir entre nuestra salud y nuestros recuerdos.  La pregunta que habría que hacerse en relación a estos procesos sería: ¿Qué gano yo con esto?

 

Los únicos responsables de nuestra salud somos nosotros mismos. Y como dice Carlos Fraga, si no eres capaz de trabajar la situación por tu cuenta, busca ayuda para superarla.  Cuando somos capaces de hacernos las preguntas difíciles, y buscar las respuestas, es cuando de seguro nos encontraremos ante las causas probables de la enfermedad. Quizás nos cueste reconocerlo, pero eso no es más que un velo de ilusión que no nos permite atender el verdadero problema. Y el verdadero problema fue que nos equivocamos en la percepción del hecho. Y entonces, aparece el milagro, que es la corrección del error de percepción.

 

Nuestro cuerpo es una maquina inteligente y maravillosa que tiene la capacidad de auto-sanarse, pero muchas veces, limitamos su capacidad con nuestras emociones, que desvían las energías necesarias para mantener el equilibrio, a procesos que nos consumen innecesariamente,  e impiden que se mantenga el equilibrio. Recordemos que todo en la vida está en la búsqueda del equilibrio. Solo si somos capaces de acercarnos a él, seremos capaces de ocuparnos de nuestra salud.  Solo nosotros somos responsables de nuestra vida, de nuestra salud y de nuestros procesos. Pongamos atención a dichos procesos.

 

Recuerda que si quieres hacer alguna consulta, o seguir leyendo y conversando sobre este u otros temas que te inquieten, estamos a tu disposición por esta vía o por fdelisau@gmail.com. También puedes escucharnos en vivo, los martes de 9:00 am a 10 am, por Radio Capital 710 AM (www.radiocapital710.com).  Puedes seguir mis cuentas de Instagram @sincrosinergia y @coach.digital.vzla o revisar los blog:

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domingo, 17 de abril de 2022

LA VERDAD CORREGIRÁ TODOS LOS ERRORES DE MI MENTE

 



UCDM Lección 107.

 La verdad corregirá todos los errores de mi mente.

 

“¿Qué otra cosa puede corregir las ilusiones sino la verdad? ¿Y que son los errores sino ilusiones que aún no se han reconocido como tales? Allí donde la verdad ha hecho acto de presencia los errores desaparecen. Simplemente se desvanecen sin dejar rastro por el que se pudiesen recordar. Desaparecen porque, sin la creencia que lo sustenta, no tienen vida. De este modo se disuelven en la nada de donde provinieron. Del polvo vienen y al polvo volverán, pues lo único que queda es la verdad.

¿Puedes imaginarte lo que sería un estado mental en el que no hubiese ilusiones? ¿Qué sensación te produce?”

 

Hace tiempo cuando comencé a leer y a estudiar UCDM (Un Curso De Milagros) me pareció sorprendente que la enseñanza fuese tan simple y a la vez tan difícil.  Es muy sencillo, solo tienes que aceptar la verdad que estas viviendo; lo complicado es que no quieres soltar las ilusiones que has creado en tu vida.

 

Y, ¿que son esas ilusiones? Pues son todos los juicios y creencias que has desarrollado a lo largo de toda tu vida, y que tanto te cuesta soltar. Sientes que vas a perder algo si las sueltas. Y probablemente así será. Vas a perder lo que no es Real, a cambio de la verdad. Tienes miedo de soltarlas porque sientes que te quedaras vacío, sin nada. Y ciertamente así será, lo único que estará de frente a ti es la verdad. De nuevo aparece otra pregunta: ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar la verdad?

 

Nos cuesta aceptar la verdad porque siempre hemos vivido en la mentira. Estamos acostumbrados a vivir en la ilusión. Hemos construido un mundo lleno de falsas ideas que, por supuesto, como toda mentira, tenemos que seguir alimentando, porque si no, se caería por su propio peso. Somos tan insistentes que no hay manera que entendamos que tan solo son ilusiones, al punto que involucramos todo nuestro cuerpo, energía y mente en esos engaños, perdemos nuestro equilibrio, y enfermamos innecesariamente. Si soltamos las ilusiones ¿Qué podemos perder?

 

Si tan solo fuésemos capaces por un solo instante de soltar la mentira en la que vivimos. Si tan solo tuviésemos el coraje de aceptar las cosas tal como son, no serían necesarios tantas guerras, asesinatos, violaciones, discusiones, sufrimientos, traiciones, etc.  Todas esas cosas que vemos fuera están dentro de nosotros, y lo que es peor, lo hacemos constantemente. Por eso cuando Jesús dijo: Ama a los demás como a ti mismo, también quiso decir: ámate primero a ti para que puedas luego amar al otro.

 

Y a propósito de ser hoy Domingo de Resurrección, la verdad es que Jesús el Gran Maestro, se levantó entre los muertos, y demostró que el Espíritu está más allá de la carne y de la mente. Y eso es lo que verdaderamente somos.  Somos un Espíritu que vive una experiencia física en un cuerpo físico. Como bien dice UCDM: “El Hijo de Dios es inocente. El pecado no existe.”

 

El Miedo es aquella emoción que protege todas nuestras ilusiones de la verdad. Nos hemos llenado de miedo, porque sentimos la verdad como una amenaza. Reconocer que estamos equivocados nos llena de una enorme ansiedad.  Creer que la incertidumbre nos afecta, o que no debemos ser vulnerables es parte del juego del Miedo.  El Miedo es una emoción mutable, inteligente, capaz de camuflajearse de muchas formas, mostrándose amable en ocasiones, temible en otras; pero su único objetivo es que permanezcamos atados a nuestro viejo Sistema de Creencias.

 

Desconfiamos del Amor, que es lo único que queda cuando no queda nada. Porque el Amor nos lleva al cambio, a la transformación. Y le tenemos Miedo al Cambio. Fuimos creados por el Amor inmenso del Universo, de la Fuente, del Tao, de la Energía, de Dios.  Y somos vida, una vida que cambia y se transforma constantemente ocupando cada espacio disponible en este Universo.  

 

“Nada que existe puede desaparecer, y algo que no existe no puede aparecer.” Eso lo leí en un libro del Maestro Shunryu Suzuki. Somos eternos. Formamos parte del Universo, siempre será así.

 

Ojala nos atrevamos a cuestionar nuestras ilusiones y a vivir en la Verdad. Muchos conflictos innecesarios desaparecerían.

 

Y para finalizar:

“Nada Real (Verdadero) puede ser amenazado.

Nada Irreal (la ilusión) existe.

En eso radica la paz de Dios.”



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¿A QUE VINIMOS?

 




¿A qué vinimos?

 

Esa pregunta nos la hemos hecho miles de veces, y lo más seguro es que nos hayamos dado diferentes respuestas. Voy a tratar de mostrar cual es mi mirada y lo que para mí significa esta pregunta.

 

Me he hecho esa pregunta infinidad de veces, y puedo decir quizás las distintas respuestas he encontrado en las distintas etapas de mi vida.

 

Cuando era niño, no recuerdo haberme cuestionado mi existencia, pero sí recuerdo haber sido feliz siendo simplemente lo que era, disfrutando de mis espacios y viviendo la vida como un infinito universo de juegos.  Recuerdo haber disfrutado cada momento de mi infancia independientemente de los problemas que existían en el exterior. Siempre confié y fui feliz.

 

Luego vino la época en que quería demostrar algo. Y a quienes primero quise demostrar que era valioso fue a mis padres, que comenzaron a depositar sobre mí una serie de inquietudes y responsabilidades propias de ellos, nada que ver conmigo.  Entonces me comencé a desvivir por hacer felices a mis padres, olvidándome de mí, y ocultando mis necesidades o deseos de cambio;  empezaron a aparecer esas emociones negativas de rabia, frustración, culpa, etc., que limitaban mi personalidad. Después y casi al mismo tiempo, comenzó la competencia entre pares y aparecieron los conflictos con los otros, porque entendí que era diferente, pero a la vez quería sentirme validado, quería ser parte del grupo.

 

Posteriormente comenzó mi época de la rebeldía, aquella en donde quería imponer mi visión del mundo, mi personalidad, lo que yo empezaba a creer. Una visión limitada que había construido con lo poco que sabía, y comencé a ser cada vez más soberbio. Es difícil pensar que a los 20 años lo sabía todo. Me creí el dueño del mundo y de la verdad. Para mí era difícil en aquel momento, aceptar que la edad y la experiencia significaban algo.  Seguí tratando de imponer mi verdad, mi visión limitada de la vida, y aumento mi frustración. E ese momento, los compañeros dejaron de ser pares y se convirtieron en competidores.  Deje de tener amigos para tener colegas, y las relaciones fueron cada vez más de conveniencia.

 

Comencé la etapa del adulto joven y empecé a trabajar y ajustándome a los modelos de comportamiento que se esperaban de mí; adopte, como cualquiera, distintos roles; el profesor, el ejecutivo, el administrador, el gerente, el empleado, el médico, el abogado, el ingeniero, el líder, etc., y en ese juego de roles fui ocultando mi verdadero ser, y la razón por la cual estaba haciendo lo que hacía. Muchas veces ante la necesidad de ganar me apropie del personaje, y sin darme cuenta, deje de ser autentico, para representar un papel, una actuación, un modelo de algo en lo cual seguramente no creía. Por supuesto mi insatisfacción iba en aumento, quizás mientras mis bolsillos se llenaban, en algunos casos, en otros no sucedió así; y busque salidas en otras cosas, adiciones al trabajo, al sexo, al juego, a las excusas, etc.  Lamentablemente eso nos lleva a convertimos, sin darnos cuenta, en seres patológicamente enfermos, que vamos arrastrando incomodidades en nuestro cuerpo y nuestra salud, llenándonos de enfermedades, de las cuales desconocemos las causas, pero intuimos qué lo produce.

 

Por supuesto, en mi vida amorosa, no todo era color de rosa. Aquello que aprendí en casa se convirtió en algo difícil de llevar adelante. Me encontré con parejas que a ciencia cierta en el tiempo, no supe cómo las escogí. ¿Por lo que decía la sociedad? ¿Por lo que creí conveniente? ¿Todavía me pregunto hoy cual fue la razón que me hizo tomar cada una de esas decisiones? Quizá porque creí el cuento de Disney o de los medios, o me adapte a la sociedad. Al final, no era feliz con lo que tenía, y me toco reinventarme o salir de la relación. Y eso me genero otras crisis que ni siquiera había imaginado. También debo agradecer, que  recibí dos maravillosos regalos del Universo, que me dieron razón de seguir adelante y de hacer esto que ahora hago, porque entendí que parte de lo que venimos a hacer tiene que ver con dar mi aporte a los que siguen, para reducir el sufrimiento innecesario.

 

Y así fui viviendo, dando tumbos entre lo que creí que debía ser y lo que realmente era. Me pregunte muchas veces ¿Qué fue lo que me pasó? ¿En qué me equivoque? ¿Por qué no tengo lo que esperaba en este momento? ¿Qué fue lo que cambio? ¿Cuándo me desvié del camino? ¿A que vine?

 

Y algo que sucede es que no podemos predecir las crisis, las relaciones, las enfermedades, las muertes, los duelos, los cambios; y debemos enfrentarnos continuamente a ellas. Aprendemos entonces que la vida es impermanente, es un continuo cambio y transformación, algo que ni siquiera nos imaginábamos en un principio.

 

Con el tiempo comprendemos que la vida tiene su propio ritmo, su propio flow, su propia manera de re-crearse. Y no nos queda más nada que hacer que ajustarnos a ella, y entender que si queremos ser felices, todos aquellos juicios que aprendimos deben ser cuestionados, deben ser revisados, y en lo posible transformados. Comprendemos que lo más importante es vivir en el ahora, ya que es lo único que nos permite ser felices verdaderamente. En el Aquí y en el Ahora,  soltamos los juicios, comenzamos a aceptar la vida tal como se nos presenta. De repente sucede algo maravilloso, y es que la vida nos sorprende con su propio ritmo, con sus propias maravillas; el Universo se hace cargo y nuestra vida se convierte en un verdadero disfrute, una verdadera aventura.  Comenzamos a ser agradecidos con nuestra vida, con nuestro cuerpo, con nuestra historia y valoramos al máximo lo que somos y cada experiencia que vivimos. Comenzamos a apreciar la maravilla de estar vivos y de poder compartir esta experiencia con todos aquellos que aparecen en nuestras vidas. Entendemos que vienen a aprender como lo hacemos nosotros, y que cada uno vive su propio proceso, de esa forma, comenzamos a ser más compasivos con el otro y a entender que todo tiene su momento. 


Empezamos a desmontar nuestras creencias, y nos damos cuenta de que aquello en lo que creíamos nunca fue verdad. Y es allí cuando al soltar esas ideas nuestra dicha y nuestra paz aumenta, porque entendemos que todo lo que sucedió era parte de una experiencia en la que nosotros no éramos más que unos buenos actores, ya que nos creímos el guion. Ahora seguimos representando lo papeles, pero como somos conscientes de lo que sucede, no nos involucramos en los papeles y dejamos de sufrir. Nos damos cuenta de que venimos a ser felices, dichosos y a vivir en paz.

 

Ojala que esta reflexión te haya servido de algo. Espero que te hayas conectado, y que sirva de ayuda para que puedas alcanzar ese estado de dicha y paz lo antes posible.  Ojala tu insatisfacción e inseguridad puedan ser sustituidas por la confianza y la fe de que estás haciendo lo correcto, y todo lo posible por ser tú mismo. Y espero que puedas entender que ser “autentico” tiene el mayor sentido posible.

 

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martes, 12 de abril de 2022

LOS 5 ACUERDOS

 



Los 5 Acuerdos

 



1.- SE IMPECABLE CON LAS PALABRAS. Habla con integridad. Di solamente lo que quieres decir. Evita hablar contra ti mismo y chismorrear sobre los demás. Utiliza el poder de tus palabras para avanzar en la dirección de la verdad y el amor.

 

Evita el convertirte en víctima. Evita asumir posiciones que te debiliten o te hagan daño.  Independientemente de lo que creas, tu eres un ser Poderoso, Magnifico,  Notable y Único. Evita traicionarte o castigarte a ti mismo.  Recuerda que los aprendizajes de nuestra infancia son poderosos, pero pertenecen al pasado, y no significan nada hoy en día.

 

Tienes el poder de cambiar tu programación mental, con solo tomar la decisión de hacerlo. Está en tus manos. Asume la responsabilidad. Haz el intento.

 

¿Cuánto tiempo tenemos que practicarlo? El que sea necesario. Algunos dicen que 21 días crean un hábito. Creo que hacer la firme propuesta de cambiar ayuda a conseguir tus objetivos. Cuando no tengas nada bueno que decir, no digas nada. Y recordemos la historia de los tres filtros de Sócrates:

 

Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:

– “¡Maestro! Quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia…”

Sócrates lo interrumpió diciendo: -“¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de los Tres Filtros lo que me vas a decir?

-“¿Los Tres Filtros…?”

-“Sí” – replicó Sócrates. El primer filtro es la VERDAD. –“¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?”

-“No… lo oí decir a unos vecinos…”

-“Pero al menos lo habrás hecho pasar por el segundo Filtro, que es la BONDAD: ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?”

-“No, en realidad no… al contrario…”

-“¡Ah!” – Interrumpió Sócrates.- “Entonces vamos a la último Filtro. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?”

– “Para ser sincero, no…. Necesario no es.”

– “Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… sepultémoslo en el olvido…”

 

No perdamos nuestro tiempo en palabras sin sentido.  Es difícil, porque nos han acostumbrado a tener respuestas para todo, y a brillar cuando decimos tonterías. Pero cambiemos el foco, aprendamos a callar cuando no sea importante y a preguntar cuando sea necesario. Nuestra comunicación mejorara, sin duda alguna.

 


 

2.- NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE. Lo que los demás dicen y hacen es una proyección de su propia realidad, de su propio sueño. Nada de lo que hacen es por ti. Cuando seas inmune a las opiniones y los actos de los demás dejaras de ser la víctima de un sufrimiento innecesario.

 

Las historias, el sueño, la ilusión son aspectos completamente personales.  No puedo hacer nada en relación a lo que tú piensas de mí. Solo puedo cambiar lo que yo pienso de mí mismo, y no es sencillo.  Podemos llegar a acuerdos con el otro, estableciendo puntos en común para ver las cosas, pero al final, la otra persona tendrá su propia interpretación y tú tendrás la tuya.

 

No es mala, no es mejor, tan solo es diferente.  Nada de lo que él diga o haga podrá cambiar la realidad. Aprende que él solo ve la realidad desde su propio tamiz, desde sus propios lentes.  No necesariamente tienen que ser iguales a los tuyos.  Pueden estar tan distorsionados como los que tú empleas. De allí la importancia de no tomarse nada de forma personal.  Que no es fácil, probablemente no lo es. Pero es sano.

 

Si nos damos cuenta de la cantidad de energía que perdemos tratando de imponer nuestros puntos de vista, de mantener nuestros sistemas de creencias, o nuestras interpretaciones, es como que tuviésemos abierto un chorro de agua, botando agua sin necesidad.  Una perdida innecesaria de energía vital que puede ser usada para sanarnos y sanar a otros.

 


 

3.- NO HAGAS SUPOSICIONES. Encuentra la valentía necesaria para preguntar y expresar lo que realmente quieres. Comunícate con los demás tan claramente como puedas, a fin de evitar malos entendidos, tristeza y dramas. Solo con este acuerdo transformaras tu vida por completo.

 

Nada más sencillo que hacer suposiciones. Nada más sencillo que tener múltiples conversaciones internas, y quejarnos o victimizarnos innecesariamente. ¿Quieres saber qué pasa? Pregunta. ¿Quieres decir algo? Dilo desde el amor y la confianza. Si es mal recibido, te darás cuenta de que hiciste un juicio equivocado en relación con la otra persona, y simplemente tendrás que ajustar tu visión. Nadie tiene por qué molestarse porque hagas una pregunta o una interrogante desde el más completo respeto.

 

Eso sí, respeta al otro, sus opiniones, su forma de ver el mundo. Si no te gusta, está bien, no es necesario que así sea, pero mantener el respeto en la relación es fundamental.

 

Evita el drama innecesario, evita ese drama a lo Delia Fiallo o a los Disney que tantas personas aún mantienen, y hacen de su vida una novela, con todo y villanos.  Aléjate de esas personas que solo piensan y viven en el drama. ¿Cómo? Pues, preguntando.

 

No te olvides que la realidad es completamente neutra. Los colores se los pones tú.

 


4.- HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO QUE PUEDAS. Lo máximo que puedas hacer cambiará de un momento a otro; será distinto cuando estés sano o cuando estés enfermo. Bajo cualquier circunstancia haz sencillamente lo máximo que puedas, y de este modo evitarás juzgarte, maltratarte y lamentarte.

 

No hagas las cosas a medias. Vive la vida, vive el momento y exprésate con total plenitud. Pon todo tu esfuerzo en alcanzar tus objetivos. Si quieres cambiar, haz todo lo posible. Pon la mejor voluntad, el mayor esfuerzo, y alcanzaras lo que buscas.

 

Si de algo puedes luego enorgullecerte fue de qué hiciste todo lo que estuvo a tu alcance.  Si no se dio, simplemente no te preocupes, sigue adelante. Era una enseñanza y un paso que tenías que dar.

 

Recuerda que la vida cambia todo el tiempo, que nada permanece, que vivimos en un mundo de impermanencia.  Necesitamos aprender a soltar y a desapegarnos de nuestras ideas limitantes en relación a lo que supuestamente somos o tenemos. Todo cambia.

 


 

5.- SE ESCÉPTICO PERO APRENDE A ESCUCHAR. No te creas a ti mismo ni creas a los demás. Utiliza el poder de la duda para poner en tela de juicio todo cuanto oyes ¿Es realmente la verdad? Escucha la intención que se esconde en las palabras y comprenderás el verdadero mensaje.

 

No tienes por qué creer en todo lo que te dicen. Pero ten la apertura y el respeto de escuchar con atención al otro. Si es verdad, cambia tu mirada. Si sigues creyendo que no es verdad, pues simplemente no pasa nada.

 

Nada va a cambiar cuando la verdad se presente. La verdad seguirá siendo verdad, aunque nosotros creamos cualquier cosa.  Lo que es en este Universo verdad, lo será aun en contra de nuestra mejor suposición.

 

Por otro lado, aprende a ser escéptico, a dudar. Pon en tela de juicio lo que has aprendido, y sigue cultivándote. Justamente aquellos que no creyeron en lo que les dijeron, fueron los innovadores.  Cristo, Buda, Newton, Einstein, Jobs, Musk, son seres que se cuestionaron las cosas todo el tiempo.

 

Es sano pensar que no todo lo que sabes es cierto, y que puede haber siempre una forma de ver las cosas de manera diferente.

 

Insisto con la energía. No la malgastes en creencias inútiles. No defiendas puntos de vista que ni siquiera entiendes.  Existe dentro de ti un profundo sabio que solo está esperando ser escuchado. Haz silencio, para que ese sabio pueda decirte lo que haz esperado durante toda tu vida y todas tus vidas, conocer.

 

Nos llenamos de conocimiento, pero no sabemos lo que es la sabiduría. Aprendamos a cultivarla.  Haz la pregunta apropiada, déjate fluir en el camino y confía en el Universo.

 

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lunes, 11 de abril de 2022

HABLANDO DE EMOCIONES

 



¿Cómo me hago cargo de mis emociones?

 

¿Por qué no soy capaz de mostrar lo que siento, lo que me duele, lo que me preocupa? ¿Por qué me cuesta expresarme?

 

¿Cómo manifiesto aquellas emociones que me cuesta expresar? Un te quiero, perdóname, gracias. ¿Cómo me conecto con el otro cuando necesito su cercanía, su contacto?

 

Cuando somos incapaces de mostrar nuestras emociones estas se transforman y se convierten en miedo, en rabia, en tristeza, depresión, culpa, vergüenza,  obsesión. ¿Cómo puedes hacerte cargo de aquello que necesitas para sanar?

 

¿Qué es lo que esperan los demás de mi? ¿Cuantas veces tengo que cubrir las necesidades de los demás? ¿Cuándo voy a pedir que me apoyen, que me quieran, que me ayuden?

 

¿Cuándo voy a ser capaz de decir cómo me siento, y reconocer que soy lo más importante en mi vida? Por qué es tan difícil.  Es realmente duro, o simplemente no he aprendido a hacerme cargo de mis emociones, de mi vida, de mis propias necesidades.

 

Si queremos un mundo sano, si queremos un mundo en donde prive el respeto y la armonía, tenemos que reconocer nuestras emociones y reconocer el poder que tienen ellas sobre nuestro estado de ánimo. Estar emocionado o sentir una emoción no es bueno o malo, simplemente es algo completamente normal.  Desde el punto de vista químico son un grupo de hormonas que actúan en tu cuerpo y afectan tu percepción de la realidad.  Este cambio en la percepción de la realidad modifica la forma como ves el mundo y tu interpretación del mismo.  Así se generan inquietudes, que muchas veces cuando no son manejadas apropiadamente, se convierten en situaciones que se salen de control.

 

¿Qué hacer cuando sientes esas emociones tan intensas? Simplemente debes aprender a manifestarlas, de la forma más apropiada posible.  Y entender que pueden aparecer en tu cuerpo, en tu mente, algunos miedos que te enfrenten con tu sentimiento de vulnerabilidad, y te conectan con debilidades y situaciones incomodas. ¿Qué hacer entonces?

 

En este caso, ¿debes ocultar tus emociones? ¿Debes manifestarlas? ¿Te hace sentido? ¿Qué pasa cuando las ocultas? ¿Qué sucede en tu cuerpo? ¿Qué sucede con la emoción? Simplemente cambia, se va transmutando, y si no es atendida, se convierte en una emoción que necesita más atención, hasta que le haces caso y puedes tomar acciones relevantes.

 

Sentir las emociones es algo completamente normal. Reconocer las emociones es entender que las mismas afectan de una u otra manera tu vida, en tus diferentes dominios. Es necesario darse cuenta que debes aprender a sentirlas, a expresarlas, y muchas veces a canalizarlas.  En una sociedad contaminada como la que vivimos, existen modelos sociales de cómo reaccionar ante una emoción, cómo manejar las emociones como un drama irresoluble, cuando la verdad es que las emociones como todo lo que es mental, tarde o temprano desaparece, o simplemente cambia. Estamos acostumbrados a buscarle explicaciones a todo para seguir manejando una realidad que no existe.

 

Si alguien te deja de querer, pues simplemente eso pasa, no debe afectar tu realidad más allá del sentimiento de sentirte abandonado o solo. Esa emoción es pasajera. Ese sentimiento es una construcción mental que hemos hecho y que de alguna manera tiene que ver con nuestra forma de mirar el mundo. Creemos que somos dueños de la vida de los demás, y obramos en consecuencia. Nos sentimos responsables de lo que le sucede a otro que creemos nos pertenece.

 

Hace mucho tiempo, Buda escribió sobre las cuatro verdades, y en la primera de ellas expresó: Existe el sufrimiento (Dukkha). Pero, ¿Qué produce el sufrimiento? Nuestra percepción de la realidad asociada con el deseo, el apego y la aversión.  En esas tres cualidades Buda dibujó las razones que generan el sufrimiento.  Y ellas se mantienen a lo largo del tiempo.

 

Pero, ¿qué es el Sufrimiento?  Para mí, la palabra sufrimiento tiene que ver con la diferencia entre lo que pensamos que debe ser y lo que realmente sucede. Esa diferencia genera una brecha que debemos llenar de alguna manera. Y normalmente la llenamos con pensamientos que nos afectan desde el punto de vista de lo que creemos que sucede.

 

Sin embargo, si tan solo imaginamos que estamos en un sueño, y de repente despertamos del mismo, encontramos una realidad diferente. Supongamos que en el sueño estamos discutiendo con alguien, y sucede que despertamos muy molestos, pero cuando entendemos que estábamos soñando, simplemente nos causa mucha gracia la situación.

 

¿A qué se debe esto? Simplemente a que despertamos a la realidad. No estaba pasando nada, fue nuestra mente la que construyó la situación, la cual no existió nunca, solo fue obra de nuestra imaginación.

 

Nos han dicho por ejemplo que tenemos nuestras propiedades, nuestros hijos, nuestra familia, nuestros hermanos, etc. Un montón de cosas nos pertenecen. Y ¿qué sucede? Pues que todas esas cosas o conceptos se convierten en extensiones de nuestra vida. Nuestra identidad se extiende, formando nuestra historia.  ¿Qué sucede cuando algo de eso cambia o desaparece? Sentimos que nos han quitado algo que era nuestro y nos duele. Perdemos una parte muy valiosa de la identidad que nos hemos construido.  ¿Cómo expresamos ese dolor? Depende de cómo lo afrontemos; puede ser una rabia, una tristeza, o miedo a perder lo demás. O también podemos llenarnos de emociones aprendidas como la culpa, la vergüenza, la frustración, la ansiedad, la preocupación, las obsesiones, etc.

 

¿Cómo podemos despertar de ese sueño tan profundo en el que estamos inmersos? ¿Cómo entender que la realidad es completamente neutra, y que los colores de la misma se los colocamos somos nosotros? Cómo darnos cuenta de que no hay bueno o malo, que esa clasificación la hemos inventado de acuerdo a nuestra conveniencia. Cómo entender que lo que sucede tiene un sentido, y ese sentido tiene que ver con la expansión natural del Universo.  Si entendemos que esa expansión se lleva a cabo queramos o no, podemos elegir vivir con alegría y en el disfrute pleno. No hay manera de evitar que el Universo se comporte como lo hace. Entonces ¿qué sentido tiene que nos ocupemos pensando en que podemos cambiarlo?

 

Cada uno de nosotros maneja su vida, de acuerdo a como aprendió a vivirla en algún momento. Pero, la buena noticia es que, esos aprendizajes pueden cambiar en el tiempo y eso es lo importante. Cuando somos capaces de ver el mundo con nuevos ojos, nuestra vida cambia completamente. Cuando somos capaces de vivir desapegados y sin mayores deseos, nuestra vida fluye como el rio y disfrutamos el paseo.  Cuando somos capaces de ver el mundo correr sin aversión, podemos vivir con alegría y amor.

 

Las personas que aparecen en nuestra vida, son parte de la experiencia. Comenzando por nuestros padres que nos abren las puertas de este mundo, así como cada una de las  personas que tienen contacto con nosotros a lo largo de nuestra estadía en este plano. Cada experiencia encierra un aprendizaje, aun cuando no sepamos cual es. Nuestro tarea es disfrutarla y aprender de ellas.

 

Asimismo, muchas veces aprendemos cosas que tenemos que soltar para ser felices, y nos toca entregar todo a la voluntad divina, aunque no podamos entender lo que sucede. Ojala en el proceso podamos pedir al Universo un poco de esa inteligencia que permita conectarnos y ser felices a lo largo del viaje de retorno a la fuente.

 

 

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COACHING. LOS AMIGOS CURAN

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